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Trabajo De Literatura Venezolana I (Perez Bonalde)


Enviado por   •  2 de Junio de 2014  •  2.314 Palabras (10 Páginas)  •  812 Visitas

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¿QUIÉN ERA JOSÉ ANTONIO PÉREZ BONALDE?

Belkys Vásquez C.I.17.232.384

Una de las ultimas tendencias que se han impuesto en este nuevo milenio es el uso de la red del Internet –suena como si nos fuéramos de pesca-, pero lo cierto es que sabiendo navegar en él, podemos pescar diversas especies de reseñas. Sumergiéndome en una de tantas paginas literarias, hallé una que enumeraba una series de acontecimientos importantes que se conmemoraban en determinadas fechas, observando los diversos anuncios estaba uno que atrajo mi atención, lo citaré:

“2005: Se cumplen 113años de la muerte, en La Guaira el 4 de octubre de 1892, del eximio poeta José Antonio Pérez Bonalde, uno de las voces esenciales de Venezuela. Dueño de un poderoso estilo, es el poeta del dolor y de la muerte y su presencia en nuestros desvelos y diarios anhelos es constante. Pérez Bonalde descansa, rodeado de la admiración universal en el Panteón Nacional.”

El por qué de mi impresión se encuentra en el hecho de que es un escritor que siendo venezolano no conozco, que siendo un “eximio poeta” no me fue presentado en el colegio; no obstante, no voy a discutir este reconocido asunto que se repite con tanto escritores de sello nacional, prefiero en este caso tomarme el gusto de relacionarme con este escritor venezolano indagando sobre su producción literaria y una vez en mis manos, leerla. En mis investigaciones encontré muy poca información que de igual forma compartiré con usted, paciente lector. Leí con respecto al contexto histórico–literario que la Generación del 18 se podría considerar el comienzo de la poesía venezolana en el siglo XX y que José Antonio Pérez Bonalde, por ser uno de los poetas más innovadores del siglo XIX, pese a que muere en 1892, fue precursor del siglo XX.

Se dice que en poesía brilla el nombre de José Antonio Maitín, el primer poeta romántico, pero José Antonio Pérez Bonalde (quien nace en 1846), logra una plena expresión romántica, convirtiéndose así en el escritor mayor de esa escuela. Entonces tenemos un nuevo dato, José Antonio Pérez Bonalde pertenece a la considerada segunda generación del movimiento romántico en Latinoamérica. Por lo que me parece de menester seguirle la pista a este movimiento literario empezando desde sus raíces, claro esta que de una manera breve. El romanticismo nace a fines del siglo dieciocho en Alemania y en poco tiempo se divulga por el resto de Europa. Me proporciona un grato orgullo leer que el primer hispanohablante que utilizó la palabra romántico en un sentido de tendencia melancólica, es Francisco de Miranda al describir un paisaje suizo.

Las historias literarias coinciden en señalar los poemas “Elvira” (1832), “Los consuelos” (1834) y “La cautiva” (1837), del argentino Esteban Echeverría (1805-1851), como los primeros libros románticos hispanoamericanos que luego fueron aumentando. Pero la corriente romántica se encontró en ese entonces con unos pueblos heridos por la anarquía política, inmersos en el caos. Juan Vicente González deja este testimonio:

“Venezuela parece condenada perpetuamente a la anarquía. La ambición de los hombres es inmensa; la corrupción del pueblo inmensa también; son inmensos el disgusto y la desanimación (y contra esto), solo existe el patriotismo de unos pocos, y la valía de la autoridad, que es pequeña.”

Hay que aclarar que el romanticismo no se manifestó por igual en los distintos países, sus caracteres, en conjunto, no son aplicables a ninguna literatura ni autor en particular. Sin embargo, voy a mencionar las características mas representativas en Latinoamérica. En la literatura romántica el individualismo se manifiesta de diversas formas, pero siempre esta presente. El yo del poeta aparecía como centro del mundo. El sentimiento de la naturaleza trataba de esa contemplación al mundo natural que causó en los románticos un estado de gracia que eleva el espíritu y lo lleva a pensar en Dios. Lo que nos traslada al próximo carácter, el de sentimiento religioso que se daba cuando el alma es imaginada como santuario oculto, al que debe llegar el poeta por su afán de indagar los enigmas de su propio corazón.

Haciendo un paréntesis en este punto hay que añadir que al paso que avanza el siglo XIX, el sentimiento religioso va entrando en crisis, hasta que desemboca en la duda, el escepticismo y la negación total. En José Antonio Pérez Bonalde, el proceso de la perdida de fe es muy agudo y radical. En su búsqueda a Dios encuentra el vació del abismo. Pasa a un escepticismo, luego a una negación absoluta de la Divinidad, porque tampoco alcanza la explicarse cómo puede convenir la existencia de una Voluntad Suprema con la existencia del mal que domina por el mundo. Como ejemplo tenemos el poema titulado “Flor”, cuyos versos ofrecen con frecuencia un sentimiento elegíaco y pesimista, y dedicado su hija homologa al poema que muere en plena juventud oprimiéndole tanto su vida que escribe esta elegía punzante contra la fe, y sobre el amor que ella viva le suministraba y el dolor que ahora muerta lo esclavizaba:

“Y en torno sigue la impía calma

de este misterio que llaman vida,

y en tierra yace la flor de mi alma.

Y al lado suyo mi fe vencida.”

La otra característica del Romanticismo nace del rechazo a la tradición escéptica neoclásica, y me refiero al sentimentalismo romántico; los románticos derrochaban espontaneidad, individualismo, un proceso de interiorización que los llevaron a convertir la propia intimidad sentimental en su rasgo dominante dentro de todas sus obras. Y fue entonces cuando se inicio la proyección artística de la confidencia personal, mas adelante profundizaremos este tema cuando comentemos sobre “Vuelta A La Patria” de Pérez Bonalde, poema que transfigura en poema la vida intima de aquel hombre solitario, errante, y maltratado por la adversidad. A raíz de esta característica es que se conforma el romanticismo literario que era regido por la inspiración y el libre fluir imaginativo de la sensibilidad creando la conexión entre la obra y la inspiración.

Una vez finalizado con esta navegación por la corriente romántica, es un buen momento para retomar a los datos biográficos de José Antonio Pérez Bonalde al cual añadimos que fue además uno de los precursores del modernismo, sobre todo por sus traducciones, su dominio del alemán y el inglés le permitió llevar a cabo la traducción del Cancionero de Heinrich Heine, en 1885, y la muy alabada del poema El cuervo de Edgar Allan Poe, en 1887, que es considerada como una verdadera pieza de arte. Su trabajo está marcado por una cierta melancolía y por un tono poético rico en matices. Y no existe una mejor

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