Trabajo práctico 1er trimestre. “2001 Relatos en Crisis”
Enviado por Catalina Alonso • 21 de Mayo de 2018 • Práctica o problema • 1.310 Palabras (6 Páginas) • 141 Visitas
Trabajo práctico 1er trimestre.
“2001 Relatos en Crisis”
Paloma Alonso
6° 1ª
1.- Investigar sobre las causas que dieron origen a la llamada “Crisis del 2001”, con que otros nombres se la conoce? Tener en cuenta para la investigación los siguientes conceptos: neoliberalismo, corralito, corralón, crisis de representatividad, estado de sitio.
2.- Por qué la gente se manifiesta de manera expontanea los días 19 y 20 de diciembre? Cómo terminó esa manifestación?
3.- Realiza una entrevista a una persona adulta para que te comente como vivió esos días.
4.- Busca imágenes (periódicas o no) relacionadas con algunos de los cuentos.
5.- A partir de la lectura de los relatos determina como vivió cada sector social en esos acontecimientos.
1.- La hiperinflación que concluyó con el gobierno radical creó un clima catastrófico propicio para que los acreedores externos, aliados a fracciones empresarias locales, delinearan un profundo programa de reformas estructurales, diseñado para maximizar ganancias privadas a costa del patrimonio público y del ya debilitado proceso de acumulación local. Serán las reformas estructurales de los ´90, acompañadas por el Plan de Convertibilidad lanzado en 1991, las causas más próximas de la crisis de 2001.
Las causas inmediatas:
Se ha señalado al tipo de cambio artificialmente revaluado como la causa de los enormes desequilibrios del período, ya que estimuló fuertemente la importaciones (destruyendo la industria local), hizo perder competitividad a las exportaciones (reduciendo el margen de ganancia, o haciéndolas desaparecer), propició las actividades especulativas y llevó a un enorme endeudamiento público y privado que derivó en la incapacidad de la economía de obtener los créditos necesarios para pagar sus compromisos externos. Pero la revaluación cambiaria no fue más que una parte del conjunto de las políticas implementadas en ese período de fundamentalismo neo-liberal.
Según esa visión ideológica, el Estado debía crear un “clima de negocios” que propiciara la inversión privada. En la práctica, eso significó la total subordinación de las políticas públicas a las necesidades y demandas de las diversas fracciones empresarias. Sin embargo, la sumatoria de favores a diversos intereses particulares no constituye una política productiva. Las políticas de apertura importadora, privatización a precio vil de las empresas públicas y la desregulación a favor de intereses privados, no tuvo otra meta que la de otorgar rentas en condiciones privilegiadas a determinados actores locales y extranjeros. El tipo de cambio artificialmente sostenido con endeudamiento externo fue parte de esas medidas: favoreció la concesión de una gran masa de créditos al país, muy útiles para los financistas internacionales y los comisionistas locales que necesitaban colocar fondos en economías periféricas; favoreció la importación de todo tipo de bienes de consumo, provenientes de firmas extranjeras, lo que le proporcionó a la población la sensación (ficticia) de progreso y de “acceso” a la modernidad; favoreció la remisión de utilidades mucho más elevadas en dólares de las firmas extranjeras a sus casas matrices, ya que podían obtener muchos más dólares gracias a la baratura de los mismos debido al “1 a 1”; favoreció la ilusión de estabilidad de precios, ya que la brutal disrupción de la producción local y la enorme masa de desempleados que se fue acumulando a lo largo de esos años, presionó hacia la baja el salario nominal.
El desempleo, que llegó al 18% -con un subempleo semejante- a mediados de la década, fue un aspecto relevante del “modelo”, ya que permitía un fuerte disciplinamiento laboral, y fue un antecedente social directo de las jornadas de diciembre de 2001. El movimiento piquetero surgirá a todo lo largo del país como estrategia de auto defensa de diversos grupos poblacionales frente a la destrucción masiva de puestos de trabajo públicos y privados que propiciará la convertibilidad, y la total imposibilidad de insertarse en un aparato productivo en constante achicamiento. Desde 1998 los indicadores económicos y sociales no dejaron retroceder permanente: cayeron el nivel de actividad, el empleo, los ingresos, las finanzas públicas. La fuga hacia delante de la gestión menemista (con Fernández) consistió en la venta de valiosos activos públicos (YPF), mientras en la gestión delaruísta (con Machinea, López Murphy y Cavallo), se insistió con el endeudamiento externo y los recortes presupuestarios para liberar recursos para… poder pagar deuda.
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