UNAS INSTITUCIONES COMPLETAS Y AUSTERAS

UNAS INSTITUCIONES COMPLETAS Y AUSTERAS

La forma- prisión se ha constituido en el exterior del aparato judicial, su propósito inicial era repartir a los individuos, clasificarlos, obteniendo de ellos el máximo de tiempo y fuerza, educando su cuerpo y codificando su comportamiento, manteniéndolos en una visibilidad y formar un aparato de observación hacia ellos, esta forma general pretendía volver a los individuos dóciles y útiles, por un trabajo preciso sobre su cuerpo. Se diseñó la institución- prisión antes de que la ley la definiera como una pena máxima. Durante los siglos XVIII y XIX se da el paso a una penalidad de detención, lo cual era algo nuevo. El primer rasgo fue la prisión, la cual era pieza fundamental en el “arsenal punitivo” marcando así un momento significativo en la historia de la justicia penal. En el viraje de estos siglos, una nueva legislación define el poder de castigar como una función general de la sociedad que se ejerce con igualdad. Al hacer de la detención una pena máxima, se introduce también procesos de dominación característicos del poder, de esta manera nace la prisión, “pena de las sociedades civilizadas” lo cual, a los primeros años del S. XIX se tendría conciencia.

Se define a la prisión como un funcionamiento de la sociedad, la que ha hecho olvidar los demás castigos que los reformadores de siglo XVIII imaginaron; se convierte así el “encarcelamiento” la base casi entera de nuestra escala penal actual “Es el progreso de las ideas y el suavizamiento de las costumbres”. La prisión se funda sobre la forma simple de “privación de libertad” y es el castigo igualitario, esta permite además cuantificar la pena según la variable de tiempo; hay también una forma-salario que se constituye en una sociedad industrial su “evidencia” económica. Cualquier delito cometido lesiona a toda la sociedad.

La prisión es entonces una forma civilizada de pena, desde un principio, la prisión no fue una privación de libertad sino una “detención legal” encargada de un suplemento correctivo que la privación de libertad permite hacer funcionar en el sistema legal. A principios del siglo XIX se cubre a la vez la privación de la libertad y la transformación técnica de los individuos. La prisión es el mecanismo diferente ya que no debe tener la misma forma, según se trate de un acusado o de un condenado, debe asegurar un castigo no sólo graduado sino también diversificado en cuando a sus fines. La duración del encierro va según el delito cometido.

Esta institución busca regenerar lo moral y el trabajo. Los reclusos se ven pues obligados a realizar trabajos para que en él contraigan una necesidad de ocupación. “Las técnicas correctoras forman parte inmediatamente de la armazón institucional de la detención penal”. A partir de esto, se realizan diferentes investigaciones y programas para mejorar el funcionamiento, entre

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