Una mirada en torno al entramado del apodo burlesco
Enviado por Grisel Fernández Serrano • 11 de Noviembre de 2016 • Ensayo • 1.739 Palabras (7 Páginas) • 323 Visitas
Una mirada en torno al entramado del apodo burlesco
Comenzaré diciendo que el libro Un acercamiento pragmático al apodo burlesco de Hariet Quint es un trabajo de investigación que se presenta en gran medida gratificante al lector que se inicia en su contenido, y mejor aún, si está considerando adentrarse en el estudio lingüístico apuntalado por la pragmática. En este sentido, cabe señalar que Hariet Quint realiza un trabajo acabado y minucioso sobre el apodo burlesco, mismo que de forma clara se advierte como objeto de estudio.
La verdad yace bajo la superficie esta frase es el aliciente que determina el alcance de su estudio, alude a la metáfora de un río congelado para aterrizar la idea de la primera frase, de esto nos dice:
El intelecto detiene el movimiento, solidifica la realidad y la divide en una serie de fragmentos para analizarla. Pero la verdadera realidad se encuentra debajo de esta superficie congelada, ahí donde la corriente fluye, donde el movimiento es continuo, ya que esta realidad de la que habla Bergson se constituye en el trascurrir del tiempo (Quint, H., 2007, p. 22).
Partiendo de esta idea base, asimismo, de la pregunta ¿cómo es que si hablamos la misma lengua no entiendo estos apodos [el Indiano o el Gagarza] sin que me los expliquen? (Quint, H., 2007, p.22) elabora un principio que lo lleva a profundizar en un estudio pragmático, en tanto va franqueando lugar a conceptos como el humor, la ironía e ingenio elementos que se imbrican a su vez desenmarañan el conocimiento del apodo burlesco, no sólo desde el plano superficial y variable sino ahondando hasta el plano profundo.
El apodo burlesco es aquél que se usa “para poner en ridículo a alguien” (Diccionario de la Real Academia Española, 1999, citado por, Quien, H., 2007, p.10). Lo que llama la atención a Quint es la forma en que opera esta faceta del apodo (el apodo burlesco), ya que presenta un mecanismo muy interesante en el que destacan el ingenio, el humor la risa y la burla. En este sentido, el estudio que se realiza en este libro nos acerca a una realidad que tiene la posibilidad de explicar de forma más precisa las entrañas del apodo burlesco, y es que éste únicamente es el síntoma de un conjunto de causas que habitan en el interior de las intenciones, de las motivaciones humanas: mismas que se pueden evidenciar a través de la pragmática, entretanto, la pragmática obedece al hecho siguiente:
En la lengua hablada no todo lo que se dice se hace, es decir, que hay enunciados que tienen un mensaje implícito y que el destinatario tiene que inferir para entender. Explicar ¿cómo interpreta el destinatario de manera correcta un enunciado? (Quint, H., 2007, p. 13).
A este respecto, para explicar lo que comprende el andamiaje del apodo burlesco, Hariet Quint elabora una ramificación teórica de conceptos claves y teorías pragmáticas que abren paso a la comprensión del objeto de estudio. Tan sólo basta con el análisis pragmático que Quint hace, desde la teoría de los actos de habla y sobre los infortunios, de Austin, para comprender la articulación del apodo burlesco, no obstante, el libro dispone del apoyo de otras más, como la teoría de Coseriu sobre los entornos, la de Grice sobre el significado no natural y las implicaduras, la de cortesía de Brown y Lewinson, o la de Ricoeur acerca de la metáfora (Quint, H., 2007).
Ahora bien, es bastante atractivo el análisis que se hace del apodo burlesco circunscrito a un estudio que Mijail Bajtín realiza sobre la cultura cómica, en este sentido, él expone que lo ridículo (o las bufonerías), es nuestra segunda naturaleza, innata del hombre. De esto arguye que el ser humano tiene una doble faceta. La primera, siempre guiado por preceptos morales y éticos, teñido de seriedad. Y la segunda que es una negación, una evasiva a la realidad, un escape de la cotidianidad que ciñe a las personas en los quehaceres superfluos, con el fin de costear nuestra supervivencia, es decir: trabajar para ganarse el pan de todos los días, sufragar gastos de primera necesidad. En este punto, “tiene el deseo de soltar la carga de la cotidianidad para reírse un rato” (Quint, H., 2007, p. 67).
Bajtín también pone de relieve que las ocasiones en donde impera la risa como producto de la burla, otorga efectos curativos. Se trata entonces de una cultura cómica, de costumbres populares, de una cosmovisión. Y, para aterrizar este hecho, el libro señala algunas costumbres de México en donde el humor no deja de faltar:
Las piñatas, que algunos interpretan como símbolo del mal, se destruye a golpes acompañados de la risas y buen humor. También en México, el festejo del día de los muertos o los velorios se caracterizan por su aspecto alegre, despreocupado y burlón en cuanto a la muerte (Quint, H., 2007, p. 68).
De esta forma, partiendo de un acercamiento pragmático socio-cultural se atilda en el apodo burlesco los principios que determinan la producción por parte del emisor, visto desde la lectura de Bajtín. Este hecho es imperioso resaltar ya que las costumbres populares –en las que se anexa la costumbre de poner apodos- lleva consigo “patrones internos, inconscientes, que el individuo sigue sin darse cuenta que cumple con un modelo”(Quint, H., 2007, p. 67)..
Nos hallamos ante los principios que determinan la producción por parte del emisor, la doble faceta del ser humano, definido previamente, es uno de ellos. En segunda instancia, se encuentra el principio de la trasgresión el cual descansa en la necesidad del hombre de vivir el mundo en dos planos: el de la seriedad y el de la alegría. De este principio destila un hecho todavía más hondo, el que se designa como Igualdad social, el apodo infringe las normas de jerarquía, en el momento que se le asigna un apodo a una persona, ésta:
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