VOLANDO SOBRE EL PANTANO

Capitulo 1:

Lisbeth parecía desconcertada por mi insistencia.

Dejó su vaso de refresco sobre la mesa y me miró de forma transparente por unos segundos. No te entiendo, habíamos convenido olvidar ese asunto y ahora quieres revivirlo.

La brisa del mar le alborotó el largo cabello. La miré temblando con la carta de mi hermana en la mano. Que yo sepa, Alma no sufrió como tú sufriste, pero seguramente no se necesita vivir algo tan duro para hundirse. En cambio, otra persona puede hallarse rodeada de mucha gente y sentirse mortalmente desdichada al saberse ignorada.

Capitulo 2:

Lisbeth se detuvo en su relato. Su historia no sólo me dolía, sino que me causaba una gama de sentimientos mezclados. Ira, celos, nerviosismo. Te dije que iba a ser penoso hablar de esto. No, Es decir, sí. En realidad estoy impactado. Entonces apoyó su cabeza en mi hombro. Teníamos cuatro meses de habernos unido en matrimonio. Esta vez, la luna de miel, en la que aún nos encontrábamos, estaba a punto de convertirse en tierra de amargura.

Capitulo 3:

A los dieciocho años de edad formaba parte del equipo colegial de futbol. Pasaba horas en el campo, me gustaba entrenar y anhelaba llegar a ser un jugador profesional. Sin embargo, nuestro grupo era malo y resultaba difícil tratar de superarse rodeado de tanta apatía. Fuimos llevados al Ministerio Público y encerrados en pestilentes separos.

Capitulo 4:

Joel sí telefoneó a su padre desde la delegación de policía. El hombre se presentó en la jefatura casi de inmediato e hizo los engorrosos trámites para obtener la libertad de su hijo. Me quedé helado en la entrada. ¿Y mi madre?, ¿y mi hermana? ¿Se estaba celebrando ese saturnal en la casa donde ellas dormían? ¿Habrían ido al departamento de arriba?, ¿o estarían asustadas, cada una en su recámara sin poder conciliar el sueño? Me encontraba boquiabierto haciéndome esas preguntas cuando papá me descubrió.

Capitulo 5:

Hice una larga pausa en mi relato. ¿En qué piensas? preguntó Lisbeth al verme repentinamente callado. Mi problema familiar era complejo. Sus palabras me dolieron más que el golpe de mí padre. No razoné que mamá efectivamente había enloquecido un poco ante la presión indómita de tener que soportar a un esposo alcohólico. Sólo agaché la cara sintiendo el veneno de una gran amargura en el alma.

Capitulo 6:

Esa noche dormí con una silla atrancando la puerta. ¿Dormir, dije? Pasé el tiempo solamente. Pendiente de los ruidos exteriores, pensando que en cualquier momento mis nuevos enemigos llegarían a reclamarme el dinero que ya no tenía, recordando las palabras del padre de Joel: 'Eres lo que guardas en la cabeza. Tus ideas te hacen libre o esclavo.

Capitulo 7:

El piloto había iniciado el descenso en un aeropuerto intermedio para volver a llenar de combustible el tanque. Observé la oscuridad de la noche a través de la pequeña ventanilla. La joven se hizo para atrás con una evidente mueca de desconfianza. De mis dos preguntas, ¿qué tenía que ver una con la otra? Me miró con recelo y articulando lentamente contestó: Me llamo Lisbeth. El grupo es de autoayuda para mujeres violadas. Y cerró la puerta.

Capitulo 8:

Lisbeth tenía la vista perdida en los recuerdos. La avioneta había vuelto a despegar después de cargar combustible y nos hallábamos cruzando por una zona de calma absoluta. Por unos momentos ambos habíamos olvidado que estábamos haciendo un viaje. Cuando llegamos a mi casa, abrí la puerta y di grandes pasos, pero en el jardín delantero, antes de llegar a la puerta, me detuve hecha pedazos. Vi a través del cristal de la sala la silueta de mi padre que caminaba en el interior.

Capitulo 9:

Me solté el cinturón de seguridad e intenté ponerme de pie en la avioneta. El techo era tan bajo que sólo logré dar un paso

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