Version Pedro Paramo
Enviado por alextito • 7 de Octubre de 2012 • 7.598 Palabras (31 Páginas) • 458 Visitas
Capítulo 1. Juan Preciado llega a Comala en busca de su padre: Pedro Páramo.
Juan Preciado por instrucciones y para cumplir las promesas de su madre, Dolores, busca en Comala a su padre: Pedro Páramo. En el trayecto de su viaje encuentra un arriero el que dice también ser hijo de Pedro Páramo. En boca del arriero escucha la descripción de lo que es "La Media Luna". Juan Preciado llega a un pueblo abandonado y deshabitado; se entera que Pedro Páramo murió hace años. "Se ve tan triste", le comenta al arriero, quien responde: "Son los tiempos, señor". Lo que ve no correspode con los que recuerda le narró su madre, quien vivió y murió deseando volver. Aparentemente hay un segundo arriero (—me contestó el otro—) (Pag. 9
Capítulo 2. En un monólogo Juan Preciado describe su llegada a Comala.
Rememora: —apenas ayer estaba en Sayula. Se cruza por el camino de una mujer quien la dirige a la casa de Eduviges a la orilla del río. Recuerda la descripción que del lugar le hacía su madre en vida y piensa: "Te equivocaste de domicilio. Me diste una dirección mal dada. Me mandaste al '¿dónde es esto y dónde es aquello?' A un pueblo solitario. Buscando a alguien que no existe."
Capítulo 3. Juan Preciado se queda en Comala.
El arriero -llamado Abundio, que continúa hacia su destino le sugiere buscar a Eduviges.
Capítulo 4. Juan Preciado es recibido por Eduviges.
Quien le informa haber sido notificada por su madre Doloritas con antelación de su visita. A Juan Preciado le sorprende el aviso: "si su madre murió hace siete días". Le comenta —además, haber sido muy amiga de su mamá. "Poco faltó para que tú fueras hijo mío" —le dice, para aclararle que en otra ocasión le dará detalles. Aquí se menciona por primera vez el nombre de la madre de Juan Preciado: Doloritas.
Capítulo 5.
Descripción de las últimas manifestaciones de la lluvia sobre las hojas y sobre la tierra. Pedro Páramo, de niño, estando en el excusado evoca a Susana. Su madre le pide no estar tanto en ese lugar y ocuparse en hacer algo de provecho.
Capítulo 6.
La madre y la abuela de Pedro Páramo le piden vaya de compras. Pedro sigue evocando a Susana. Se empiezan a manifestar su inclinación por el dinero para él y para pagar los encargos. La abuela se lamenta del tamaño pequeño de la casa en donde la llevó a vivir su recién difunto esposo. La abuela poseía una mirada de las que parecen adivinar lo que tiene uno dentro.
Capítulo 7.
Pedro Páramo es inquirido por su madre por no haber asistido al rosario del novenario de la muerte de su abuelo, a lo que le contesta: "me siento triste". Pedro Páramo continúa evocando a Susana estando en su cuarto, apreciando en los vidrios de la ventana el recorrido de las gotas de lluvia —que aún continúa—, iluminadas por los relámpagos. Los sollozos de la madre se confunden con la lluvia y con el reloj de la iglesia dando su aviso hora tras hora.
Capítulo 8. Juan Preciado y Eduviges intercambian comentarios.
Eduviges le informa que el arriero Abundio quien lo encaminó hacia su casa estaba sordo, inclusive, ya está muerto —le dice Eduviges. Entonces no pudo haber sido él. Inocencio Osorio, Saltaperico, provocador de sueños atendía a las mujeres enfermas con sobadas y sobadas, hasta llegar a la entrepierna. Tanto picaba que a veces atinaba, —le relata. Ella estuvo a punto de ser su madre. En la noche de boda ella sustituyo a su madre, ya que estaba "brava la luna". Sin embargo como Pedro Páramo se quedó dormido ni siquiera la tocó. Fue hasta la madrugada que su madre de Juan Preciado tomó el lugar y un año después —"naciste tu". Le narra cómo Pedro Páramo le hizo la vida imposible a Doloritas, hasta obligarla a abandonarlo, refugiándose en Colima con su tía Gertrudis, quien en repetidas ocasiones le pidió que se regresara, que buscara a Pedro Páramo.
Capítulo 9. Pedro Páramo evoca el día que Susana se fue de Comala.
Pedro Páramo y su abuela dialogan, ella le pide resignación para aprender un oficio sin pago; él le responde que eso se lo dejen a otros, él no está para resignaciones. Ella sentencia: Siento que te va a ir mal Pedro Páramo.
Capítulo 10. Muerte de Miguel Páramo.
Eduviges acompañada de Juan Preciado escuchan pasar al caballo de Miguel Páramo. Eduviges narra lo que sucedió la noche en que murió: en boca del mismo Miguel Páramo: saltó un lienzo y después siguió corriendo entre humo y neblina. Fue mas allá según sus cálculos y no encontró a Contla ni nada. Si se lo cuento a alguien dirán que estoy loco. Loco no Miguel, debes estar muerto, le dice Eduviges. Mañana tu padre se torcerá de dolor. A la mañana siguiente es invitada al velorio a hacer compañía llorando. El Colorado volvió solo y les hizo pensar que algo había sucedido. El caballo no ha dormido, no ha dejado de puro correr, como que está dañado por dentro.
Capítulo 11.
En un ambiente gris propio de la madrugada Pedro Páramo, semidormido escucha a su madre llorar la muerte de su padre. Se pregunta ¿Y a ti quién te mató, madre?
Capítulo 12.
El padre Rentería es invitado a dar la última bendición a Miguel Páramo muerto. Pedro Páramo le pide deje de odiarlo, no sin razón y olvidar ya que Miguel fue el que mató a su hermano y violó a su sobrina Ana y por algunas monedas finalmente accede.
Capítulo 13.
El padre Rentería le informa a si sobrina Anita de la muerte de Miguel Páramo y aprovecha para preguntarle si efectivamente él fue el que la violó. Ella dice no poder asegurarlo ya que fue de noche. El padre da gracias a Dios por habérselo llevado de esta tierra en donde tanto daño causó.
Capítulo 14.
El caballo alazán de Miguel Páramo al galope llega de Contla con la cabeza hacia atrás, como si alguien lo viniera siguiendo. Varios peones comentan la muerte de Miguel Páramo y la forma como participaron en el entierro. Un carretero les comenta que han visto al ánima de Miguel tocando la ventana de fulanita.
Capítulo 15.
En un monólogo el padre Rentería pasa una mala noche y hace un análisis de su desempeño como cura de Comala. Se inclinó más por los poderosos, ya que "las oraciones no llenan el estómago" y traicionó a los pobres, a los que le entregaron su fe, a los que solicitaron interceder entre ellos y Dios. Recuerda cómo le negó el perdón a María Dyada, quien fue a pedir salvara a su hermana Eduviges al haberse suicidado.
Capítulo 16.
Juan Preciado es llevado por
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