Werther
Enviado por aricrisbe10 • 26 de Febrero de 2015 • Síntesis • 2.151 Palabras (9 Páginas) • 301 Visitas
El embajador era un ilustrado que escribía fijándose en el lenguaje, no utilizaba figuras retoricas y era defensor de las reglas para escribir bien. Siempre repasaba todo; esto es una metáfora del racionalismo que siempre lo pasa todo por el filtro de la razón. Werther se lleva mal con este personaje porque tiene una forma de hacer las cosas al modo ilustrado, y Werther lo contradice porque es romántico.
WERTHER: es un joven artista, dotado de una gran cultura, sensible y apasionado, amante de la naturaleza. Además de esto, es una persona solitaria que vive en una sociedad que aborrece: no le gusta la burocracia, las distinciones entre clases y el tener que mostrarse de una manera “políticamente correcta”.
CARLOTA: representa el ideal femenino del romanticismo. Es una mujer bella, culta, espontánea, natural y sencilla, que personifica el papel de mujer-madre, responsable y atenta a todo y todos los que la rodean.
entre el 20 de octubre de 1771 y el 6 de diciembre de 1772. El Editor al Lector incluye el relato del final de la relación entre Werther y Carlota, además de sus últimas cartas, escritas en diciembre de 1772, así como la traducción del poema del supuesto autor Ossián, titulado Songs of Selma.
El punto de vista
Los dos primeros libros y parte del tercero están escritos en forma de cartas. El narrador es, por tanto, un narrador primera persona central: el propio protagonista, que cuenta en sus cartas sus sentimientos y lo que estos le provocan. Esta primera persona se expresa con intimidad, y con un tono muy subjetivo, lo que cuenta es para él una experiencia emotiva, esto hace aumentar la sensación de autenticidad y refuerza la verosimilitud, dándole mayor credibilidad y acercándole más al lector. Como tal, solo cuenta sus sentimientos y sus emociones, al contrario que haría un narrador omnisciente que sabe lo que piensan todos los personajes, no conoce lo que pasa por la mente de los otros personajes que participan en la novela, aunque a veces por sus gestos o sus reacciones intuye alguna cosa.
En la tercera parte el narrador pasa a ser el “editor” que narra la historia en tercera persona a partir de los testimonios de trozos de cartas de Werther o de relatos de otros personajes. Se trata, pues, de una narrador tercera persona omnisciente con respecto a la historia de Werther, aunque se identifica en primera persona (sería el mismo caso de los jóvenes que narran los distintos cuentos del Decamerón: aparecen al principio en primera persona, pero luego desaparecen del relato y se convierten en terceras personas). En esta parte final se dejan de mostrar los sentimientos y la narración está contada de forma más objetiva, con predominio de verbos de acción.
La técnica narrativa
Goethe construye el Werther como una novela epistolar: simula ser una colección de cartas escritas a un tal Guillermo, a quien Werther comunica sus decisiones y pide consejo, expresando sus sentimientos con intimidad y un tono muy subjetivo. Este recurso permite al autor destapar libremente y con verosimilitud el alma del protagonista, además de dar mayor verosimilitud a los cambios en el personaje y a las variaciones en el ritmo narrativo, para subrayar la evolución psicológica del protagonista.
Werther recoge en algunas cartas las respuestas de su amigo Wilhelm, por ejemplo, la carta del 3 de septiembre, lo que produce en ocasiones un efecto de perspectivismo.
Al final de la obra, Goethe emplea la técnica del narrador-editor, que cuenta la historia en tercera persona a partir de los testimonios de trozos de cartas de Werther o de los relatos de otros personajes: se trata de un nuevo recurso narrativo que refuerza la verosimilitud del texto, salvando el obstáculo que supondría el que Werther fuese narrador de su propio suicidio y de su entierro.
El marco escénico
El tiempo narrativo es lineal y la acción se desarrolla gradualmente, captando desde el principio la atención del lector. Los hecho arrancan del 4 de mayo de 1771 y acaban con el entierro de Werther el 26 de diciembre de 1772.
El tiempo en Werther se presenta de forma discontinua, y los períodos de tiempo transcurridos entre las cartas no son siempre semejantes; lo que podría ser fruto del cambiante estado de ánimo de Werther. En la tercera parte las referencias temporales iniciales precisas desaparecen, cosa lógica porque ya no es el protagonista sino el editor quien refiere los acontecimientos. Éste alude en el curso de su relato a la progresión temporal de dichos acontecimientos.
En cuanto al ritmo, se relatan detalladamente los acontecimientos de unos pocos días (ritmo lento) en la primera y la tercera parte, mientras que en la segunda apenas se citan algunos hechos dentro de un período largo (ritmo rápido), probablemente porque esta parte es menos significativa para el desarrollo de la historia sentimental.
El lugar donde tiene lugar la mayor parte de la acción no tiene nombre, aunque Werther dice, en la carta del día 26 de mayo, que ha construido su cabaña a una legua de la aldea de Wahlheim, un pueblo idealizado por Werther, cuyo entorno natural parece proporcionarle una gran paz espiritual y motivar sus inquietudes artísticas. En general, las localizaciones espaciales concretas son escasísimas, debido a que se da más importancia al desarrollo de la acción que al lugar donde se da la misma.
También se alude a varios espacios interiores como la casa de Werther, donde se produce su trágica muerte, y en la cual le gustaba tanto dedicarse a la pintura y la lectura tras su mudanza, y la de Carlota, en la cual Werther pasa mucho tiempo debido a su amor por ella, pese a la presencia del marido de Carlota, Alberto. Previamente se alude también a la casa familiar de su enamorada. No tenemos descripciones de estos espacios burgueses, que sirven de lugar de encuentro entre los personajes, pero sí que resulta significativa la tertulia en casa del Conde C., pues se alude al hecho de que Werther, tras asistir a ella, se retrasa en su marcha por la presencia de una bella dama, llamada B., entre los nuevos invitados que van llegando a la casa del Conde; éstos, de clase social superior a los participantes en la tertulia, empiezan a cuchichear hasta que su descontento llega a oídos del Conde C., el cual habla con Werther, y le dice amablemente que los presentes en la reunión no están a gusto con su presencia, con lo que Werther se retira apresuradamente. Este incidente demuestra que se trata de una sociedad donde cada clase social comparte los espacios separadamente.
Sin embargo, sí cobra gran importancia
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