Zanate De Lerma (Quiscalus Palustris):
Enviado por jesus_simr • 14 de Diciembre de 2012 • 455 Palabras (2 Páginas) • 1.292 Visitas
Esta era una especie de ave endémica y restringida a la Ciénega de Lerma, en el Valle de Toluca, Estado de México. Su extinción se debió al crecimiento de la ciudad de México, ya que al utilizarse el agua de los manantiales del río Lerma para atender la demanda de agua potable de su población las áreas lacustres, pantanos y ciénegas desaparecieron paulatinamente, y con ellos, esta ave. Anea de Schaus (Memphis schausiana):
Especie de mariposa diurna que sólo se conoce debido a unos cuántos ejemplares que fueron colectados por W. Schaus en las cercanías de Coatepec, Veracruz, a fines del siglo XIX. Era grande, la superficie dorsal negra con campos azul/violeta plomizos y colas en el ala posterior. Ha sido buscada vanamente por coleccionistas y científicos a lo largo del presente siglo, no sólo en la región de Coatepec, sino a lo largo de toda la Sierra Madre Oriental. No se conoce la causa de su aparente extinción, pero pudiera haber influído la erradicación de los bosques mesófilos de la región para el establecimiento de cafetales.
Sólo quedan el material tipo, depositado en el Museo Británico, y una pareja, procedente de la colección Mueller, en el Museo Nacional de Historia Natural .
La extinción se acrecienta en los períodos críticos que anteceden a cambios drásticos en el destino de la vida en la Tierra. Así, se han reconocido dos grandes épocas de crisis; la Permo- Triásica, que cambió el rumbo de un planeta dominado por anfibios hacia otro dominado por dinosaurios; y la Cretácica, que cambió el dominio de los anteriores por un mundo de aves y mamíferos.
Actualmente, debido al dominio que una sola especie (la humana) está imprimiendo sobre la faz del planeta, estamos enfrentando una nueva crisis que, vista desde una óptica optimista, sólo puede significar un nuevo cambio en las formas de vida que utilizaran el planeta en el futuro; pero, habría que cuestionarse, ya que el hombre es un producto del conjunto de condiciones y organismos a los que su población y actividades están presionando y extinguiendo, si nuestra especie tendrá lugar dentro de las condiciones resultantes de la crisis que provocamos.
Los sobrevivientes de nuestra irresponsabilidad se dejan ver en forma no tan velada y son, precisamente, las especies que han sabido eludir las estrategias de exterminio que, consciente o inconscientemente, practicamos contra el resto de los seres vivos. Así, podríamos aventurar que si el cataclismo biológico llegara a ocurrir, los próximos habitantes saldrían a campear por el mundo de nuestras casas, campos de cultivo, bodegas, drenajes y mercados. No sería remoto que la vida se continuara por medio de cucarachas, ratas y ratones y todas las malezas que han desarrollado estrategias para vivir subrepticiamente a nuestro lado.
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