Efecto de la música en el ser humano

¿Alguna vez te has puesto a pensar sobre cómo sería el mundo sin la música? el simple hecho de imaginar una fiesta sin música, vendría siendo algo parecido a consumir comida mexicana sin picante. Nuestro cerebro capta melodías o bien podríamos decir vibraciones, pero ¿Cómo es que tales vibraciones nos pueden provocar un cúmulo de emociones tales que pueden llegar a cambiar nuestro estado de ánimo? En el presente escrito se busca informar sobre cómo es que desarrollamos el gusto por la música. Así como las distintas formas en que ésta influye en el ser humano.

Efecto de la música en el ser humano

¿Por qué nos gusta la música y qué efectos tiene en nuestro cuerpo?

Antes de pasar a analizar los efectos que genera la música en nosotros, comencemos con lo primordial, ¿Qué es la música? lo podemos definir como el arte de combinar los sonidos de una manera organizada agradables al oído, de tal manera que atienda a los tres elementos que ésta tiene, como son: la melodía, la armonía y el ritmo.

Se sabe que los seres humanos construyen su identidad con  vestuario, peinado, lenguaje,  y así como también con la apropiación en este caso de los bienes musicales, los cuales se convierten en sujetos culturales, de acuerdo con la manera que tienen de entender el mundo, y de vivirlo, de identificarse y diferenciarse.

¿Existe algún mecanismo que controle las emociones que sugiere la música? ¿Nuestra capacidad de crear melodías está relacionada con el funcionamiento de nuestro organismo? Es posible que la música genere los ritmos internos de nuestro cuerpo, como el latido del corazón, el tiempo de la respiración o la intensidad l de las palabras.

Pude explicarse por qué todas las manifestaciones musicales del mundo cuentan con una base emocional común. Por muy diferentes que sean su estructura, tonalidad o ritmo, las músicas del planeta comparten una línea básica, que aunque una persona que no logre entender el idioma que están hablando podrá identificar qué tipo de música es.

Los humanos, somos capaces de reconocer estructuras de una pieza musical y proyectar  sentimientos y expectativas sobre ellas.

La razón por la cual desarrollamos el gusto por la música es debido a que nos causa placer, ya que está estrechamente relacionado con la dopamina, también conocida como la hormona del placer. Todo aquello que nos gusta conlleva a nuestro cuerpo a secretar esta sustancia en el cerebro, como es el caso de: la comida, el sexo y  las drogas.

La música mejora nuestras capacidades relativas,  cuando escuchamos una canción o cuando tocamos un instrumento, nuestro sistema genera conexiones neuronales que afectan a casi todas las regiones del cerebro que controlan las funciones motrices, lingüísticas, emocionales o incluso sociales.

Pero los efectos de la música en nuestro cerebro no se quedan ahí también provoca actividad en las franjas del cerebro que afectan a nuestra capacidad de aprendizaje, percepción del dolor, creatividad, amor y tristeza.

Los efectos de la música en el cuerpo también son cuestión de química es habitual que, cuando escuchamos una canción, los estímulos neurológicos generan respuestas, como la liberación de esta hormona, conocida como ‘la hormona del placer’, que tiene múltiples beneficios: regula el sueño, el humor, el placer, la memoria, la atención.

Además, dependiendo del tipo de música que estemos escuchando, el cerebro tiende a liberar otros tipos de estímulos neurológicos.

Cuándo escuchamos melodías, nuestras ondas cerebrales cambian para adaptar la respiración y los latidos del corazón al ritmo de la melodía, éste efecto solo le ocurre al ser humano y puede ser la explicación de por qué, al practicar ejercicio, nuestra resistencia mejora con las canciones más rápidas y movidas, la velocidad a la que se desarrolla estas canciones tiene un gran efecto expresivo, y que nuestra capacidad de memorizar los tiempos  es casi exacta.

Además, este tipo de música también aumenta nuestro estado de alerta nos puede ayudar a "confundir" a nuestro cerebro y anular las señales de fatiga o flojera que envía, lo cual desembocaría en detener la actividad.

Tenemos una sensibilidad  tan extraordinaria para percibir las diferencias de intensidad, por ello su manipulación se utiliza para producir efectos expresivos en la música dependiendo del tipo de sonido o nota que se desarrolle en la canción será el ritmo que se generara en nuestros cuerpos.

En el caso de los niños, es evidente que la música genera estados de relajación y concentración beneficiosos, que el estímulo produce conexiones neuronales que se inicia durante la infancia. Los pequeños se muestran familiarizados con canciones que han escuchado dentro del vientre materno y que su memoria de estos acontecimientos puede durar hasta un año, esto demuestra que aunque estén en el vientre  materno nos influye el tipo de canciones que nos coloquen para escuchar.

Los bebés de apenas unos meses de edad son capaces de reconocer las melodías de una nana que les canta habitualmente su madre aunque se le cambie la clave y el tono ellos recordarán la melodía que se les solía cantar.

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