Afecciones provocadas por sustancias disruptoras endocrinas

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Sergio Fernando Calle Peña (070100332020)

Cristian Alejandro Linares Trujillo (070100182020)

AFECCIONES PROVOCADAS POR SUSTANCIAS DISRUPTORAS ENDOCRINAS.

Este ejercicio académico el cual fue denominado como afecciones provocadas por sustancias disruptores endocrinas tiene como objetivo general examinar los efectos negativos que tienen estas sustancias sobre el desarrollo de la vida con el fin de promover el conocimiento de estas “nuevas” sustancias contaminantes las cuales representan un peligro latente para las comunidades que se vean expuestas a estos agentes contaminantes; la realización de este estudio se hará a través de mediciones a ecosistemas acuáticos para determinar qué porcentaje de estas sustancias está disuelto en el agua y en elementos de uso cotidiano, posteriormente, teniendo el conocimiento de la cantidad de contaminante al que están expuestas la comunidades se buscará analizar los efectos que este tenga en dichas concentraciones, teniendo en cuenta el desarrollo embrionario y las contraindicaciones que presenten organismos totalmente desarrollados, finalmente se espera encontrar las principales fuentes contaminantes a las cuales se les harán propuestas que permitan disminuir la tasa de exposición y por ende disminuir las afecciones que estos puedan causar.

Los disruptores endocrinos son un grupo de contaminantes emergentes muy heterogéneo, en el cual podemos encontrar: Disolventes, lubricantes industriales y sus subproductos como el bifenilo policlorado (PCB), los bifenilos polibromados (PBB), las dioxinas, los bisfenoles (bisfenol A; bisfenol S; bisfenol F), los plastificantes (ftalatos), los plaguicidas (metoxicloro; diclorodifeniltricloroetano, DDT; clorpirifos, Vinclozolina (Vz)) y los fármacos (dietilestilbestrol, DES). (M. Aquilino Amez, 2019). Como se puede apreciar, estas sustancias están presentes en nuestro día a día y representan un peligro latente no solo para las personas, sino para todos los organismos presentes en el ecosistema, según M. Aquilino en 2019, los disruptores endocrinos (EDC) son sustancias que pueden interferir en el sistema endocrino alterando la síntesis, el metabolismo, la unión al receptor o la eliminación de hormonas que son responsables de la regulación de la homeostasis, la reproducción y el desarrollo en los seres vivos. Estas sustancias como lo podemos notar no solo son potencialmente peligrosas para el desarrollo de la vida, sino que también son muy comunes de encontrar en productos que se usan en el día a día, recientes estudios han demostrado la presencia de estos en un 95% de las muestras biológicas tomadas (A. Abellán, 2020), siendo estos contaminantes emergentes de gran interés para la comunidad científica y en general ya que cifras como la anterior representan posibles causas para el aumento en algunas enfermedades como la obesidad, cáncer, etc., en las poblaciones.(A. Abellán, 2020).

En la actualidad los contaminantes disruptores endocrinos están generando una de las problemáticas más graves a nivel ambiental y de salud mundial, ya que estos están asociados hoy en día a la producción casi que del 95% de nuestras cosas de uso cotidiano, y si bien son unos contaminantes que surgieron hace relativamente poco, actualmente generan un problema serio para el ecosistema y las relaciones tróficas dentro de la fauna, adicionalmente, se han asociado gracias a estudios recientes con el aumento de algunas enfermedades como ASMA, obesidad, infertilidad, e incluso problemas en el neurodesarrollo (A. Abellan, 2020). Ahora bien, ¿Qué tiene que ver esta problemática con el proyecto de modernidad? o mejor aún ¿el sistema económico actual tiene alguna influencia dentro de esta problemática?, son preguntas que al momento de iniciar una investigación relacionada con problemáticas ambientales se deben evaluar, por eso es importante el resaltada que la actual “modernidad” no es más que un intento del ser humano y su pensamiento antropocentrista de intentar controlar todo a su antojo, con esto se hace referencia al empleamiento de químicos para generar productos con mayor durabilidad, embaces con una facilidad de manejo y producción, juguetes con plásticos nocivos para el desarrollo embrionario y de edad temprana, cosméticos, entre otros, todo con el fin de tener de una manera más “fácil” recursos los cuales en tiempos atrás eran más complejos de encontrar y preservar, sin embargo y como se ha evidenciado a lo largo de la historia, este proceso de modernización no ha contemplado efectos secundarios dentro de la producción, distribución, consumo y posterior desecho de los diferentes materiales que se han generado, durante este proceso tampoco se tiene en cuenta el ambiente y los recursos naturales como un medio con el cual se debe convivir de manera sostenible, sino que siempre se ha tendió la idea de “la naturaleza al servicio de ser humano” y esto es lo que ha llevado a un desarrollo acelerado con efectos negativos en nuestro entorno por parte de las sociedades en continua producción. Con lo anterior, ahora surge una pregunta adicional, ¿La modernización es mala?, como un intento por resolver este interrogante, podemos decir que no lo es, la modernización no es el problema, el problema es el cómo la ejecutamos como sociedad, ahí es donde entramos al análisis del actual sistema económico capitalista, donde podemos observar que la ideología principal es producir indiscrimidamente y en este procesos evitar el gasto excesivo para obtener así lo que son las “ganancias”, sin embargo este mismo afán de producir y producir es el que a llevado al desarrollo de problemáticas como la que hemos venido planteando, la cual es los contaminantes disruptores endocrinos”, Pues hace falta ver el origen de estos para darnos cuenta que, esto fue ocasionado por la irresponsabilidad en primera instancia de la industria farmacéutica en los años 70, donde se ofreció un producto como el dietilestilbestrol como un estrógeno sintético que tenía como fin la disminución del riesgo de un aborto espontaneo en mujeres con embarazos riesgosos, con esto en mente, podemos iniciar con un pequeño análisis, donde el resultado es obvio y es, como no se hicieron estudios de un compuesto sintético el cual era de consumo en una población riesgosa y los efectos que podría ocasionar este a largo plazo, esto mismo se genera por el egocentrismo humano y de la ciencia tradicional donde se cree que todo lo que hacen dentro de un laboratorio es perfecto y no va conllevar riesgos a futuro, continuando con nuestro análisis de la relación con el sistema económico actual, el desarrollo a lo largo de los últimos años de empresas productoras de plásticos, juguetes, cosméticos, etc. Han empleado el uso de compuestos como el bisfenol (disruptor endocrino) sin tener en cuenta los efectos secundarios que estos pueden producir por una exposición a largo plazo, todo esto por el afán de producir y generar las tan preciadas ganancias para los magnates dueños de dichas empresas. Entonces es aquí donde llegamos a una conclusión, y es el hecho de que las ganas de generar dinero y bienes materiales para el beneficio de unos pocos, ha conllevado al surgimiento de problemáticas tan serias como estas, que aun hoy día, conociendo los riesgos que la presencia de esta conlleva, no se han tomado medidas en el asunto, y esto es simple de deducir el porqué, y no es falta de interés, sino más bien es el hecho de que tomar cartas en asuntos como el de los disruptores endocrinos conllevaría gastos que lastimosamente para las personas que tienen la manera de invertir en estas investigaciones y regulaciones, produciendo objetos de mejor calidad y menor riesgo no están interesadas, pues esto rompería con su esquema del sistema económico donde lo importante no es el bienestar sino “menor costo de producción y mayores ganancias”, entonces, la modernización y los avances como sociedad no es en si el problema, sino es más bien el cómo estamos usando los nuevos conocimientos, ¿estamos siendo conscientes de la manera en que se emplean los compuestos químicos?, cosas como estas no son posibles de dimensionar para un capitalista con sus riquezas y demás, ya que para estos no existe nadie más allá de sus bienes, y hasta que como sociedad no se aprenda a sobreponer el bien general sobre el personal, no podremos referirnos a nosotros como una “sociedad moderna o avanzada”.

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