Antropología y antención primaria a la salud

Antropología Social y Atención Primaria de Salud: Un encuentro ineludible

La reunión de antropología social y atención primaria puede entenderse como inevitable, ineludible o si se quiere inexorable, a poco que reparemos en cómo se estructura la subdisciplina de antropología de la medicina y a que tengamos en mente las razones que forzaron a los foros de salud a configurar un modelo de prestación sanitaria como el de atención primaria, diferente a las opciones existentes hasta el momento de su constitución.

En cierto sentido, los límites entre lo que, menos programáticamente, se entiende ahora como atención primaria y la antropología de la salud son difíciles de trazar.


Los trabajadores de la salud que están incluidos en el primario ya no se limitan a curar, sino que siguen cursos de epidemiología, tienen en cuenta las condiciones económicas y profesionales y sus usuarios, están atentos a cómo estructuran sus sexualidad y se preocupan por sus alteraciones e incluso organizan discusiones por su cuenta o sea también procesan contexto lo que tradicionalmente estaba enfermo y curado.

Alteraciones funcionales que se habían catalogado en la ciencia médica.

Desde 1978, la atención primaria de salud ha sido atención de salud esencial, universalmente disponible para individuos y familias en la comunidad, por medios aceptables para y a través de su plena participación y que la comunidad y el país puede apoyar.

Ella constituye parte integral tanto del sistema de salud del país como del desarrollo social y económico de la comunidad.

O más exactamente, la enfermedad es entendida como un estado aislable y no un estado, y la cura como una dinámica relacional más que una sucesión con principio y fin del conocimiento de la anatomía fisiológica.

Esta preocupación por el contexto es la base de lo social mismo que, al estar interesado en las producciones culturales, está esencialmente interesado en los marcos explicativos de fenómenos que de otro modo serían incomprensibles.

Y más concretamente, para la antropología de la salud, centrándose en la variabilidad en la identificación y actuación frente a lo que las diferentes culturas, incluida la del antropólogo, entienden por salud enfermedad.

incluso la sobreabundancia de tareas o facetas que la atención primaria recuerda el viejo deseo de los inicios de la antropología como disciplina: dedicarse por extensión al todo” de la persona.

Además, en última instancia el eje sobre el que descansa la extensión de la atención primaria es el establecimiento y la instauración de una forma de “ver” la salud/enfermedad.

La definición misma de atención primaria, sus objetivos y enfoques o formas de reflexión, pasan por lo que la sociedad presenta tradicionalmente como su lugar natural de investigación: los colectivos.

Este concepto, en realidad una “idea-fuerza ”, es lo que nos obliga a mirar este discurso y este cuidado desde una reflexión sobre el otro, y otra que no tiene sentido que en uno para una medicina de atención primaria entendida como comunidad.

Si algo caracteriza a la atención primaria es la idea de trabajar en la comunidad -medicina comunitaria- como única vía para establecer estrategias y alcanzar los objetivos de salud que se propongan.

En ese sentido y destacando tanto el peso de la comunidad, la referencia a la antropología social vuelve a ser obligada.

La comunidad, si afirmamos su existencia, se debe a los lazos culturales que compartimos con otros que se nos imponen cuando pensamos y actuamos.


• Estudio de los índices de morbilidad y mortalidad, y su comparación con otros países.

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