Enfoque informativo–preventivo

Enfoque informativo–preventivo

Se encuentra fundamentado en la difusión de conocimientos anatómicos y fisiológicos sobre el sistema reproductivo humano, para evitar embarazos y enfermedades de transmisión sexual en jóvenes. Promueve el uso de métodos anticonceptivos para prevenir las enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados, además de abstenerse de tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, es decir, enfocar la actividad sexual de manera restringida ya que solo se circunscribe al ámbito de las relaciones íntimas de pareja. (Vásquez y Beltrán, 2014). A pesar de que este conocimiento es fundamental, se cree que se está cometiendo un grave error. Esto coincide con el criterio de Behar (1992), citado por Quintero y Roba (2010) quien afirma que el error de este enfoque es que prioriza los aspectos patológicos de la sexualidad, olvidándose de los aspectos afectivos, placenteros, éticos y creativos de la sexualidad humana.

Este enfoque se encuentre centrado en la transmisión de información al individuo, pero no lo ubica en el centro del proceso de educación (Reyes et al., 2019). En este ámbito de ideas, Castillo y Torres (2005) afirman esta concepción patológica de la sexualidad que busca evitar riesgos, específicamente corre el de que el individuo establezca una asociación entre sexualidad y peligro, ya que la educación sexual enfocada en la prevención muchas veces pasa por alto la transformación psicológica del adolescente, sus ansiedades y problemas, con sus iguales y familiares, por lo que no ayuda con la formación de una conducta responsable, donde pueda utilizar los métodos anticonceptivos y profilácticos disponibles.

El enfoque moralizante

La Iglesia Católica apoya este enfoque, el cual es impartido en instituciones educativas controladas por grupos religiosos (Vásquez y Beltrán, 2014). Este método, que se sustenta en la imposición de exigencias morales de fuerte carácter religioso, en la imposición de tradiciones patriarcales en la familia, con sus fuertes estereotipos sexuales, es una de las tendencias con mayor incidencia en la educación sexual (Quintero y Roba, 2010). Esto porque frecuentemente se manifiesta en la represión y castigo de los adolescentes por cuestiones que son normales y necesarias a esta edad, con la finalidad de preservarlos de los daños que pueden acarrearles los intercambios sexuales (González y Castellanos. 2003).

Referencias

Castillo, N., & Torres, M. (2005). Metodología para la Educación de la Sexualidad de los Adolescentes en el contexto de las Actividades Extra docentes del nuevo Modelo Educativo de Secundaria Básica. ISP Rafael María de Mendive. https://rc.upr.edu.cu/bitstream/DICT/1854/1/Castillo_05.pdf

González, A., & Castellanos, B. (1996). Sexualidad y géneros. Alternativas para su educación ante los retos del siglo XXI. Revista Sexologia y Sociedad, 3(10), 27-33. https://revsexologiaysociedad.sld.cu/index.php/sexologiaysociedad/article/view/452/494

...