LA CULTURA COMO TERGIVERSADORA DE LA ENFERMEDAD Y LA SALUD

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LA CULTURA COMO TERGIVERSADORA DE LA ENFERMEDAD Y LA SALUD

En la próxima redacción nos ocuparemos de la paradoja que consiste en que el hombre sea capaz de producir un mundo que luego ha de experimentarse como algo distinto de un producto humano. Por el momento es importante destacar que la relación entre el hombre, productor, y el mundo social, su producto, es y sigue siendo dialéctica. Vale decir, que el hombre (no aislado, por supuesto, sino en sus colectividades) y su mundo social interactúan. El producto vuelve a actuar sobre el productor (Berger, P. & Luckmann, T., 1968, p.81)

Tal vez parezca disociado abordar el tema de la cultura como la generadora de tergiversar, el panorama de la salud y enfermedad, de una manera totalmente subjetiva, con fundamentos económicos como principales respaldos, y con ello deslindarse de las interpretaciones erróneas o falsas, que a menudo con voluntad y alevosía se gestan por parte de los dirigentes, autoridades o representantes de las distintas instituciones.  En el mismo tenor dice Jean, que “La cultura es aprendida, compartida, y estandarizada” (2010, p.179).

Por lo tanto, porque en gran parte de las situaciones no se hace nada en lo absoluto por solucionarlo o poner un alto total, al sistema de creencias limitantes y erróneas por parte de la población y no únicamente informarles. Sino actuar al respecto de forma tajante, como se abordan otros temas de intereses sociales; ya que como se mencionó algunos procesos pueden estar resultando dañinos, la buena noticia es que estas conductas o hábitos se pueden reaprender, generando una estandarización nutricia en el abordaje, y a su vez se puede compartir de forma masiva para el bienestar de la cultura y quienes la integran.  Lo cuestionable es que si para los representantes de los distintos grupos de la sociedad, ¿la salud y la enfermedad de la población no es prioritario para el desarrollo óptimo de sus integrantes?

Es decir que la cultura puede conceptualizarse como, recursos que establecen rangos para evaluar cualquier acción física o psicológica que no sea determinada por la biología y que estos elementos a su vez son integrados y aceptados por los distintos personajes sociales, ya que, con esto, construyen significados para las acciones e interacciones sociales vigentes, en las distintas organizaciones e implementación de estándares de operación. La cultura se integrará por valores, símbolos, normas y prácticas.  Partiendo de lo anterior se puede ejemplificar al respecto que, el ser hombre o mujer no depende exclusivamente de su genética sino en razón de su cultura, esto debido a que gran parte de sus comportamientos tienen base en lo que se ha absorbido de su cultura de lo que es hombre y mujer.  Entre algunas circunstancias que se pueden citar al respecto, se plantean temas que, hasta hoy, son polémica para los involucrados tanto de las instituciones como los mismo afectados, por mencionar algunos, los derechos de género y posibilidades de desarrollo profesional y económico de las mujeres en contraste con los hombres.

Lo que es de llamar la atención, es que, si se encuentran bases sólidas al respecto, para generar cambios ya desde décadas atrás, por la triada con que se conceptualiza la cultura; mencionando que esta puede ser aprendida, compartida y estandarizada; con fundamentos que la refuerzan aún más ya que esta se integra por valores, normas, símbolos y prácticas. ¿Quiénes serán los actores que no se permiten el avance? y no deciden responsabilizarce de su evolución en los distintos procesos; las autoridades competentes o los afectados al respecto, estos últimos preguntando si se encuentran en una zona de confort donde de pronto es más sencillo culpabilizar al opuesto, en este caso a las organizaciones y les es más factible deslindarse de la autorresponsabilidad y oportunidad de ejercer sus derechos.

 Un posible camino de generar cambios en los actores de una sociedad, es revisar, su legado transgeneracional, que les trasmitió en contexto sus enseñanzas que tienen en la actualidad a través de su cultura, y que posiblemente no les resulte sustentable o funcional en el momento presente y luego entonces decidan de manera consciente si desean sanar o prefieren seguir en la victimización.  Ya lo acento Jean con anterioridad “La cultura es compartida y estandarizada, ya que consiste en una creación humana compartida por grupos sociales específicos” (2010, p.179).

En la misma línea menciona Jean, que la cultura de un grupo, es la que provee a los individuos en sociedad de “un sistema clasificatorio y valorativo de aquellos alimentos considerados comestibles o no, define las técnicas y ambientes donde el alimento podrá ser encontrado, clasifica, organiza y valora los alimentos en varios tipos de comida tales como: “buena”, “débil”, “fuerte”, “ligera” (2010, p.181).

Partiendo de lo anterior donde se menciona que la cultura es la creadora de su propia destrucción, y se comparte de esta manera; ya que se cuestiona como hasta el día de hoy en pleno año dos mil veinte, no se pueda aun estandarizar al ser humano de una manera más salubre en cada una de las esferas que lo integran, en lo físico, psicológico, social y espiritual a nivel global.

¿Quiénes serán los actores o instituciones encargadas, de tomar decisiones a nivel mundial? y que en efecto para ciertas situaciones se despliegue mayor información y determinación en acciones que repercuten a países y culturas que no se adecuan a ciertas situaciones que representan un riesgo para ciertos núcleos sociales, en referencias a sus intereses particulares de algunos países.

 Y como se menciona algunos y tal vez como dentro de ellos no hay países reconocidos como primeras potencias mundiales, no interceden estos con las organizaciones para que las culturas o países pongan orden, a ciertas conductas o hábitos nocivos; y que tal vez lo sustentan algunos de estos, con los derechos humanos, buscando ser respetados por leyes de usos y costumbres.

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