La instancia de un ser querido en la unidad de cuidados intensivos

La hospitalización de una persona en la unidad de cuidados intensivos es una situación para la cual la familia no está preparada, ésta resulta ser una experiencia desconocida que requiere atenciones y cuidados extremos, causando mucho estrés y en ocasiones también traumas porque se relaciona con una situación de salud próxima a la muerte, causa sufrimiento, cambio de agendas, inseguridades, que necesitan un orientador o guía que se centre en la recuperación del paciente como meta fundamental, y es aquí donde se hace indispensable la práctica de enfermería.

Es importante recalcar que el paciente en cuidados intensivos muestra ciertos patrones de comportamiento propios de la enfermedad que está desarrollando, pero al mismo tiempo, por su misma condición oculta otros aspectos que ya poseía antes de enfermar y sólo la familia puede dar a conocer al profesional de enfermería para favorecer a la recuperación óptima. Partiendo de este enfoque, se deduce entonces que la familia juega un papel fundamental en el cuidado del paciente en estado crítico por eso ejerce un papel esencial en la atención y cuidados necesarios.

Es muy necesario tener presente que la prioridad de la práctica de enfermería es la recuperación de la persona en estado crítico, entonces, dentro de la satisfacción de las necesidades debe abordar de manera directa e inmediata la vinculación familiar, como parte esencial en el cuidado y en la conexión del individuo con el entorno. En este contexto, el trabajo de enfermería debe centrarse en brindar atención diferenciada a los familiares para que ellos entiendan lo que está pasando y la importancia que juegan en el cuidado del paciente, lo que debe fomentar la sensación de tranquilidad, favoreciendo la adaptación ya que esto previene resultados psicológicos adversos.

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