Ética en la Enfermería
Enviado por vanessacv3 • 11 de Octubre de 2023 • Apuntes • 1.344 Palabras (6 Páginas) • 54 Visitas
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Campus Queretaro
Facultad de Enfermería 2° semestre
Ensayo “Ética en la Enfermería “
Camargo Velazquez Itzel Vanessa
Mtro. Oscar Avila Carmona
Enfermeria Fundamental
Queretaro, Qro., marzo 30 del 2023
Este trabajo tiene como objetivo analizar la utilidad de la ética del cuidado en la enfermería. Para ello es necesario definir los conceptos de “cuidado” y “ética del cuidado” y analizar la aplicación práctica de la ética del cuidado en el ámbito de la enfermería.
Palabras clave: ética, enfermería, bioética, cuidado
La ética es una disciplina de la filosofía que estudia el comportamiento humano y su relación con las nociones del bien y del mal, los preceptos morales, el deber, la felicidad y el bienestar común.
La función de la ética como disciplina es analizar los preceptos de moral, deber y virtud que guían el comportamiento humano hacia la libertad y la justicia.
Entre las ramas de la ética se reconocen las siguientes:
Metaética: estudia las teorías éticas en sí mismas y analiza los significados atribuidos a las palabras éticas.
Ética normativa o deontología: establece principios para guiar los sistemas de normas y deberes en ámbitos de interés común.
Ética aplicada: analiza la aplicación de las normas éticas y morales a situaciones
La bioética constituye una nueva disciplina que sirve de puente entre las ciencias y las humanidades
La ética implica siempre una acción acorde con estándares morales.
La ética humana no puede ser separada ya de una comprensión realista de la ecología.
Es evidente que la profesión enfermera ha incluido la ética en su plan de estudios. Además, estos profesionales tienen ya presencia en la mayoría de las asociaciones científicas de bioética, la prioridad de los gestores de nuestro sistema de salud sigue siendo atender a los múltiples avances tecnológicos de los últimos tiempos, así como el reconocimiento legal e institucional de los pacientes, la implementación de las políticas de calidad y, en general, la transformación de los sistemas generales sociales. En consecuencia, la mayoría de las reclamaciones de los pacientes se centra en la falta de proximidad y confianza con los profesionales sanitarios.
Podríamos decir que la tan excelencia clínica ha mejorado la calidad técnica de los cuidados en cuanto al uso de recursos y prestaciones, e incluso ha ayudado a la mejora en la organización de los cuidados.
La palabra “cuidado” viene del latín cogitatus, que significa reflexión, pensamiento, interés reflexivo que uno pone en algo.
Por tanto, podemos decir que el cuidado es el interés de una persona por otra, pero no solo de manera afectiva, sino reflexiva y racional. La actividad de cuidar es toda acción humana que contribuye a la ayuda y solicitud ante la necesidad del otro.
El cuidado profesional, como labor propia, debería acabar con la dualidad entre las dos conocidas dimensiones del cuidar: la técnica y la humana. Resulta entonces impracticable medir el cuidado en sentido estricto; el cuidar de manera profesional comprende tanto la parte instrumental como la trascendental; no es una sin la otra.
El acto de cuidar incluye las tareas más técnicas, es decir, las que garantizan las necesidades más básicas de las personas, y las actividades o actitudes que establecen las relaciones terapéuticas, las cuales permiten la adecuación de las perspectivas de los pacientes con la realidad, así como la propia realización del profesional y sobre todo del paciente.
Esta relación terapéutica, además de otras actividades no registrables o no cuantificables, como por ejemplo la preocupación, la educación sanitaria, la motivación, la escucha, etc., forman parte de los llamados cuidados invisibles o subvalorados.
El cuidado además es “el resultado de un proceso decisorio de lo que se pretende hacer, de lo que se es capaz de hacer y de lo que se puede llegar a hacer.
En consecuencia, el cuidado, como decisión o actitud, tiene un significado y es entonces cuando se hace necesario poseer unos valores que reporten una actitud para llevarlas a cabo.
Por todo esto, al ejercer de manera oficial, existe un compromiso profesional y ético que diferencia a la actividad enfermera de la actividad espontánea del cuidado.
Al igual que no hay un concepto definido de cuidar, tampoco hay una manera única de hacerlo. Al igual que con las personas, cada relación y cada contexto situacional es también único.
La ética del cuidado no es tanto una manera o un protocolo de cómo ejercer el cuidado, sino un modo o una actitud para llevarlo a cabo; la práctica de la ética del cuidado se concreta por medio de la relación terapéutica, aunque también se exija una lógica competencia técnica.
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