Amor A La Musica
Enviado por Gar24 • 8 de Septiembre de 2014 • 1.005 Palabras (5 Páginas) • 400 Visitas
Los conceptos sirven para limitar la realidad y convertirla en algo comprensible. Cuando esto se pierde de vista, tenemos conceptos tan amplios y que significan tantas cosas que en realidad no significan nada.
Sin embargo, algunos conceptos pueden tener muchas cosas en común. Esto es lo que ocurre con el amor y la música. No se trata de una visión romántica o romantizada: si bien la música "mueve los afectos" (o dicho en palabras de nuestro tiempo: produce sentimientos), el amor hace exactamente lo mismo. Por ello, tanto el amor como la música pueden tener en nosotros un mismo efecto, si bien la causa muy diferente.
En este sentido, sería inútil confeccionar un artículo nombrando todas las piezas instrumentales u óperas que han sido inspiradas en el amor; entre otras cosas, porque incluso para las piezas que no tratan a este sentimiento de manera explícita, probablemente lo hagan implícitamente... ¡Quién sabe las fuentes de inspiración de los autores! A veces no las conocen ni ellos mismos.
Mucho más fácil sería nombrar las óperas que en su argumento no incluyen algo que las relacione con el amor; ¡son muchísimas menos! Intentemos profundizar de una manera filosófica en el amor y dejemos de lado la idea de hacer un absurdo inventario que de poco nos serviría.
Está claro que el arte es aún más arte cuando se nutre de sentimientos, y no sólo de ideas. La mayoría de los experimentos únicamente "numéricos" de mediados de siglo (Schoenberg, dodecafonismo "intelectual", algunas piezas de Xenakis, etc.) han fracasado desde un punto de vista histórico. Y digo "han fracasado" porque no se tocan tanto ni tienen tantos adeptos como otras músicas "modernas" que no atienden al hecho estético como algo deshumanizado.
Por otro lado, no seamos pretenciosos... quizás en un futuro ésta sea la música que se escuche. Pero, sinceramente, lo dudo; en muchos de esos experimentos se sobrevaloraba la capacidad perceptiva del ser humano: aún faltan milenios de evolución genética para que nuestro cerebro pueda decodificar las relaciones numéricas complejas que puede portar una música, tal y como un ordenador podría hacerlo, y además encontrar algún tipo de belleza en ello.
Una demostración matemática no es bella en sí misma. Lo bello es la idea "genial" que se le debió ocurrir a alguien para realizarla, a la vez que bello es el placer que sentimos cuando nosotros nos hacemos partícipes de esa idea. Pero un puñado de números y fórmulas no son nada de nada. El hombre es lo realmente importante.
No crean ustedes que porque Kasparov perdiera ante Deep-Blue es acaso Deep-Blue la máquina más inteligente del mundo. Lo que sí tiene Deep-Blue es una capacidad de procesamiento, una profundidad de jugadas y una biblioteca de partidas infinitamente mayor que cualquier persona. ¡Pero qué significa eso! Precisamente la intuición, la capacidad de "equivocarse" y el amor son las cualidades que han hecho al hombre "inteligente" (han propiciado que evolucionemos y lleguemos a este momento).
La genialidad de una demostración es exactamente igual que
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