Crítica de Jamie Uys
Enviado por joel1994 • 18 de Agosto de 2013 • 857 Palabras (4 Páginas) • 304 Visitas
The Gods Must Be Crazy no solamente es una película que puedo calificar de comedia, sino que lleva implícito un mensaje social que valoro ahora, igual que lo hice la primera vez que la vi, esta cinta dirigida y escrita por el galardonado director sudafricano Jamie Uys, que quiso abordar una comedia, luego de filmar el documental humorístico Animals Are Beautiful People (1974) y su experiencia filmando Dirkie (1970), abordando su amor por África, valiéndose de una manufactura de escuela clásica de los años cincuentas a la vez que dinámica de los setentas, estilo que se refleja perfectamente en Los dioses deben estar locos.
El director deseaba mostrar de forma humorística una historia primordial del mito de los dioses y el hombre en plena edad contemporánea pero es una idea tan buena que no debió ser una comedia tan campechana y eso se puede ver a leguas cuando la película literalmente se viene abajo por el exceso de momentos absurdos a cuenta del reparto de actores blancos, aunque esa en parte podría ser la intención del director al mostrar la absurda naturaleza humana contemporánea a través de un viajero del tiempo del pasado que nos narra sus aventuras en las tierras de los dioses, como si de la Iliada de Homero se tratase.
Trama
En las regiones remotas del inhóspito desierto de Kalahari vive una tribus de bosquimanos que han mantenido su existencia durante los últimos 20.000 años sin el contacto con los hombres de otras tierras. Esto implica no estar contaminados por las influencia de la era contemporánea.
Su lenguaje, es un dialecto bastante curioso donde una serie de chasquidos y clics emanan de sus bocas. Ellos creen tener todo lo que necesitan de los dioses, aunque de vez en cuando los bosquimanos miran hacia arriba, al cielo infinito y miran inquietos los paseos de los dioses por sus tierras, cada vez de forma más regular.
Pero un día, un extraño objeto cae a la tierra del mundo de los dioses, algo nunca visto antes por la tribu, que es en realidad una botella de Coca-Cola, que lanzó un piloto inconsciente desde su avión. Se maravillan del objeto misterioso, y pronto descubren sus muchos usos más allá de lo que el hueso y la madera es capaz de hacer.
Sin embargo, dado que los dioses solamente les dieron a la tribu un único objeto, el malestar entre sus integrantes aflora por primera vez en miles de años, despertando la lucha y el recelo por la posesión de la ahora herramienta indispensable de sus tareas diarias.
Xi (N!xau) decide que debe deshacerse de esa "cosa maligna" antes de que haga más daño a su pueblo. Y así, Xi inicia su travesía hacia el final de la tierra para lanzar la "cosa maligna" por el borde, para que nadie más padezca su ira e infortunio.
En el camino, Xi se encuentra con algunas de las criaturas más extrañas
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