¿Cuál es el límite de lo que deciden transmitir los programas de televisión? ¿Quién lo determina?
Enviado por TomasRampini • 7 de Noviembre de 2016 • Reseña • 1.380 Palabras (6 Páginas) • 289 Visitas
¿Cuál es el límite de lo que deciden transmitir los programas de televisión? ¿Quién lo determina?
Según lo visto en clase sobre el trabajo de los periodistas, desarrollaré el rol que cumplen los medios de comunicación como generadores de influencia en el público; y los periodistas que allí se desempeñan, como formadores de sentido de aquellas noticias que éstos transmiten.
La película “Ha vuelto”, basada en el famoso dictador de la Alemania Nazi, Adolfo Hitler, hace una parodia del mismo pero desarrollada en la Berlín del 2014. Allí nadie cree en sus palabras y aquellas personas que lo cruzan por las calles lo consideran un imitador, ya que, según los libros de historia, él se encontraba muerto.
A pesar de esto fue contactado por Fabián Sawatzki, quien era periodista de My TV, y que estaba viviendo una crisis creativa. De esta manera, lo llevó al canal con la idea de mostrarles a los productores la primicia del documental que haría con Hitler. Rápidamente fue contratado por el potencial que le veían como comediante, pero lo que en verdad buscaba Hitler era volver a ser reconocido y regresar al poder nuevamente mediante el acercamiento de aquellas personas que con sus mismos valores lo habían votado por sentirse identificados.
Una vez que Hitler fue contratado por la empresa, se puso de manifiesto el cambio que sufrió la imagen institucional de la misma ya que dos de sus factores fundamentales quedaron alterados. Uno de ellos fue la realidad, es decir, lo que el medio era antes de la aparición de Hitler; mientras que el otro aspecto fue la imagen, o sea, lo que el público creía que era. Según Justo Villafañe, la imagen es un concepto construido en la mente del público a partir de un estímulo, el cual es corregido por dicho público y cuyo resultado se da entre lo que se ve y lo que se conceptualiza. Esto se dio en la medida en la que los productores decidieron poner el programa “¡Qué grosero, viejo!”, donde Hitler tendría una participación en el horario central con la idea de que el personaje toque temas rudos como el nazismo, la persecución a los judíos o los campos de concentración. El primer día del actor en el programa se pudo apreciar que el público que asistió se incomodaba con su presencia haciendo un silencio absoluto.
Hitler ve una televisión totalmente diferente a la que había en su época, la cual era utilizada como medio para su propaganda política, acercándose a la comunicación basada en la aguja hipodérmica, que consistía en la manipulación por parte de los medios masivos hacia los receptores. De esta forma, había una aglomeración de personas donde todos actuaban de la misma forma, sometidos por los gobiernos, quienes intentaban controlar a las masas y por eso los medios eran fundamentales para influir en ellas.
Esto cambió a partir de la década del 70, cuando la comunicación dejó de ser un fenómeno de reproducción (tal como se observó en las diapositivas vistas en clase) para convertirse en uno de producción. Y fue a partir del 80 donde el receptor tomó el lugar desde donde se repiensa el proceso de comunicación. En la película se ve claramente que el receptor del mensaje que el director quiso dar se vincula con la idea del sentido que tanto los periodistas como los productores procuran darle a las apariciones de Hitler en los programas de televisión.
En esta formación de sentido, además del contexto en que son contadas las cosas, es muy importante el qué y cómo se cuenta lo que aparecerá en TV ya que los receptores del mensaje no son iguales, por lo que lo recibirán de distintas maneras.
En una de las escenas, Hitler argumenta que en la televisión sólo se ve basura, que la gente pide entretenimiento ligero y que por eso son bombardeados con estupideces, sin importar lo que realmente importa, como por ejemplo: la poca natalidad, el desempleo, el hambre, la pobreza que hay en el país, etc. Analiza que dicha información no se ve porque los medios deciden no mostrarla, el abismo nunca queda expresado por temor a que la audiencia se vuelva en contra.
Según Martín Barbero “la comunicación es una cuestión cultural y no de ideologías, donde
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