Dramatización
Enviado por alegigi1 • 15 de Enero de 2013 • 6.057 Palabras (25 Páginas) • 403 Visitas
Preámbulo
Jugar, expresar, crear… (comunicar)
Aquello que enriquece al niño en su capacidad creativa no es la obra creadora sino su proceso creador, es ese suceder continuo de decisiones, de toma de postura ante un diálogo abierto con aquello que se esté creando. Esto es lo que le afianza en su personalidad. ¿Y no es acaso esto la base de partida de toda educación? … Lo que no queda reflejado en el papel, aquello que no se ve ni se oye es importante porque ha quedado plasmado en lo más profundo del ser, es el alimento de sus raíces. Y ha sido engendrado durante el proceso creativo.
Adriana Bisquert
Como veremos, plantear recursos artísticos en los que la creatividad sea el móvil de acceso al conocimiento no es una idea nueva. Sin embargo, quizá sí sea una idea digna de rescatar, de tener seriamente en cuenta en la era tecnológica en la que se mueven nuestros niños, en la que también nos movemos los que no hemos olvidado qué es eso de ser niño. En estas páginas, hemos tratado de exponer la necesidad de insertar el arte, las artes, los procesos artísticos como medio para el pleno desarrollo de la persona dentro de los ámbitos educativos. Creemos que un sistema global de conocimiento y mejora de las múltiples capacidades de la persona es fundamental en las aulas.
Por eso, y como ejemplo concreto de investigación realizada, observada y analizada desde esta óptica, haremos alusión en sucesivas ocasiones a la mejora de la expresión oral (tanto en lo referido a lo verbal como a lo no verbal) en Educación Infantil y Primaria, utilizando la dramatización como puente, el juego dramático expresivo como llave para la exploración de los lenguajes e inteligencias (múltiples, como afirmara
Gardner) de niños y niñas en el contexto escolar. claves para una enseñanza artístico-creativa: la dramatización 12
«El juego dramático es una apremiante invitación a todos los lenguajes.»
(Daste y otros, 1978)
No obstante, esta propuesta puede vertebrarse desde otras perspectivas y ser utilizada para el avance paulatino en otros ámbitos curriculares, como veremos en el apartado relativo a las Inteligencias Múltiples. Sin embargo, desde la Didáctica de la Lengua y la Literatura, nos acercado con objetivos relacionados con la comunicación, pues creemos que sin ella no es posible la enseñanza, la educación misma.
La comunicación desde una perspectiva creativa, activa, lúdica (pero no sólo lúdica), sistematizada… artística. «Después de todos nuestros estudios, solamente adquirimos aquellos que ponemos en práctica.» (Goethe)
Dramatizar para expresar, para sentar las bases del intercambio entre las personas… Expresar para ser. Comunicar para ser. Crear para ser.
Enseñar desde estos parámetros, desde el arte también como medio.
Que el niño aprenda desde lo que le caracteriza como tal: el juego, la creatividad, la espontaneidad no sólo verbal sino icónica o musical. Y todo ello mostrado y captado desde la Literatura Infantil que nos lleva al Teatro Infantil, la cual nos ofrecerá la clave: Dramatización. El arte de la palabra, de la expresión para los niños desde el prisma del género dramático para la exploración del universo cultural al que paulatinamente se adentran, como artífices que serán, de eso que llamamos futuro.13
1 DramatizAcción
1.1. Dramatización
Dentro del panorama de la literatura infantil, quizá el género teatral sea el menos cuidado. La complejidad que encierra por la multitud de elementos, lenguajes y personas que lo llevan de la letra impresa a la viva voz, no suele atraer ni a autores ni a críticos, lo cual provoca una insuficiencia de material didáctico en las aulas, o que los docentes no sepan hacer un buen uso de éste por falta de conocimiento de sus dimensiones (Álvarez, 1991). Si la Lengua y la Literatura son necesarias para el desarrollo del niño y de igual modo es necesario que se den procesos de enseñanza-aprendizaje en la praxis, es decir, aunando teoría y práctica, y aceptamos la literatura infantil como guía para la consecución de competencias en el alumnado, he aquí uno de los géneros de la misma que aúna un componente oral, práctico y comprensivo que nos resulta esencial para la formación de las personas (Cerrillo y García Padrino,
1997; López y Encabo, 2004; López, Coyle y Encabo, 2005).
El teatro infantil –y como veremos más adelante, la dramatización como modalidad del mismo (Almena, 1997: 119-120)–, se ha visto tradicionalmente (entendiendo tradicionalmente a partir del siglo xix en donde aparecen más autores concienciados, dedicados exclusivamente a un público infantil) como acto lúdico, donde se hace hincapié en el fin, la representación infantil en contextos generalmente escolares. De ahí quizá también venga su desprestigio a la hora de plantear una sistematización del trabajo dramático con objetivos didácticos, comunicativos y expresivos de modo estructurado. Aquellos que piensan así, adolecen (a nuestro entender) de falta de conocimientos, pues se limitarían a una de las vías que el teatro infantil nos ofrece; pero también somos otros los que, sin desterrar el carácter lúdico, dinámico y festivo que este género claves para una enseñanza artístico-creativa: la dramatización pudiera tener, creemos en el teatro como fuente infinita que nos nutre y nos ofrece estrategias para desarrollarnos íntegramente en el mundo, en la sociedad y como individuos, facilitando algo tan esencial como es la comunicación y la expresión (hablar, leer, escribir, escuchar, conciencia corporal y vocal, icónica, musical…) (Laferrière, 2001: 84; Cervera,
1989: 32). Quizá unos pocos hayamos tenido la suerte de trabajar estos aspectos de modo sistemático y creativo en niveles superiores (Escuelas Superiores de Arte Dramático) y ya es hora de que la maravilla se lleve a la base, al niño cuando está en pleno desarrollo: al ámbito escolar.
Si analizamos la sociedad como aspecto inseparable de todo proceso de enseñanza-aprendizaje, vemos que no acompaña en su demanda general a las expectativas o ideas que defendemos. Si bien se ha demostrado la necesidad de la lengua como eje transversal de todo conocimiento y proceso comunicativo entre las personas que conforman la susodicha sociedad; y a su vez las implicaciones que tienen lenguaje y
pensamiento-pensamiento y lenguaje; la importancia de conocer en la práctica nuestro uso expresivo tanto verbal como no verbal (Mascaró, 2001: 67) y la necesidad del desarrollo de la creatividad, la individualidad, el cooperativismo y la autonomía… Pese a todos estos ejes fundamentales, parece fácilmente observable la tendencia homogeneizadora a la formación mediante los mass media
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