El Circo - Charles Chaplin

EL CIRCO

CHARLES CHAPLIN

“Las palabras sobran”, se ha repetido hasta el cansancio y ha sido confirmado por los estudios interpretativos principalmente de la escuela de “Palo Alto” y su principal axioma “Es imposible no Comunicar”. Y es que cada gesto, cada movimiento corporal, cada señal, incluso las imperceptibles van dejando significados. En este contexto, debido principalmente a la tecnología del momento se desarrollan la mayor parte de trabajos de Charles Chaplin y su personaje sobresaliente: “Charlot” o el pequeño vagabundo.

Si bien vagabundo es un término peyorativo, pudiera ser que viene de la raíz “vaga mundo” entendiéndose como una persona que transita por el mundo, sin tener un lugar fijo en el cuál vivir; citando a Nelson Estupiñan Bass “La Patria de todo hombre está donde encuentre la vida” Y eso es en esencia Charlot en la mayor parte de sus películas; aparece de la nada y se va con ella, como el viento; sin embargo sus apariciones no pasan desapercibidas.

Puesto que vivir no es limitarse a respirar y ver pasar los astros sobre el cielo uno tras otro; sino dejar huellas, la trascendencia no se marca sólo por dejar un legado, sino se marca en la solidaridad por ayudar al otro, en apartarse del egoísmo y preferir la felicidad ajena a la propia. De todas maneras; Charlot trasciende por su espíritu filántropo y Chaplin por su legado en el plano artístico. Sobresale su excelente actuación, su expresión corporal, su expresión facial, su ¿gracias? ¿torpeza?, su humor y su humanismo. Posee la destreza de un acróbata y el ilusionismo de un Houdini.

La escena final; quedarse en el centro del circo, para sentirse como el artista que no deja de recibir aplausos (hasta hoy) y luego seguir su camino, queda grabada en la frágil memoria. Se suele relacionar al círculo con la perfección, imposible de alcanzar, pero fácil de rozar a través de la belleza, sólo lograda cuando se exalta al género humano. El seguir caminando puede expresarse como un anhelo de libertad; este término es uno de los más prostituidos de nuestra lengua, Ser libre es imposible, aunque pudiera ser que una forma cercana de alcanzarlo es atándose el grillete de “vagabundo”.

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