El Grill De Cesar, Ecuador
Enviado por Camilaestudiante • 17 de Junio de 2015 • 699 Palabras (3 Páginas) • 292 Visitas
“ Cristóbal y el grill de Cesar”
Cristóbal, un joven quiteño de 17 años, decide entrar a la primera película que empezaba alrededor de las 6 de la tarde en el cine independiente ocho y medio, entró solo y salió acompañado.
Mientras compraba el tiquete recordó aquel domingo en que su tío le propuso viajar a Europa y quedarse a vivir un tiempo con el:
- “ Acá otro lado del charco las casas son hermosas, antiguas, es bien bonito, vente, yo te armo el colchón en la sala.“
Entra, se sentó en silencio en la última fila, era él único en la sala, sacó de la mochila un frasco de zanahorias picadas en tiritas y se las comió mientras comenzaba la pelicula “ El Grill de Cesar”.
“ Mi papa Cesar pensó que algún día me haría cargo de su grill restaurante en el Ecuador, pero me fui a Alemania y me hice vegetariano, desde entonces no tuvimos mucho que contarnos” (Darío Aguirre).
Entonces Cristóbal que estaba sentado en medio de la pequeña sala, recordó su viaje. Observaba con ojos entreabiertos al Berlín de ahora, la arquitectura, son muy diferentes a las casas en eterna construcción del Ecuador.
Los edificios son antiguos y representan a diferentes etapas históricas, el barroco, el renacimiento, símbolos constantes del camino de la perfección del hombre del razonamiento sobre todas las cosas. La arquitectura Europea se ve organizada y lógica, las casas son indiscutiblemente diferentes.
En la película, la familia de Cesar en Ecuador, vive al revéz, es un desentendimiento completo, se observan los choferes impidendo el paso del transeúnte, los problemas de manejar a medias el negocio de la familia o las pasiones por encima de las razones, como el hecho de construir una casa de 4 pisos y jamás terminarla de construir.
Sabía que esta historia no tiene que ver con los animales, pero Cristobal no podía dejar de pensar en como el padre de Cesar parecía justamente eso un animal carnívoro.
Igual que los feroces leones, era devorado por sentimientos, compartía historias de deudas por ser más solidario con los vecinos, o amar a su esposa estando separados, y como cualquier animal salvaje, es torpe en las tareas que no son sus instintos, no se supo salir de ese papel de ser el hombre trabajador de la casa”.
En medio de la película Cristóbal hace una pausa para ir al baño. Se quita el saco pesado que lo acaloraba y mira por la ventana del lugar, una tenue luz reflejaba el atardecer de la luz Ecuatoriana, reflejando entre las nubes, la esperanza por encontrar una respuesta en la película que tan extrañamente decidió ver solo.
Pero no estaba solo. Enseguida, una mesera se le acerca, hizo un comentario de lo hermoso que es el cielo de Quito, y regresa a caja sin cuestionar por ninguna orden en su libreta garabateada.
Se
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