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El Teatro en Venezuela entre los siglos XVII Y XIX


Enviado por   •  6 de Febrero de 2014  •  Ensayo  •  1.449 Palabras (6 Páginas)  •  460 Visitas

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El Teatro en Venezuela entre los siglos XVII Y XIX

Mucho antes de que la tradición hispánica teatral llegara a Venezuela con el proceso de conquista y colonización, ya los indígenas que poblaban lo que actualmente corresponde a nuestro territorio desarrollaron algunas manifestaciones proto-teatrales o teatrales rudimentarias, tales como pantomimas y la representación simbólica de los fenómenos naturales. Para los mukus y jiraharas estas representaciones funcionaban como medios de cohesión espiritual y recurso educativo, para lo cual construyeron estructuras físicas especialmente diseñadas para su celebración: suerte de tinglados donde sólo hombres lograban encarnar una historia, dialogando, narrando, cantando y gesticulando. Un ejemplo de estas celebraciones, lo tenemos en La Fiesta de la Tura, fiesta ritual de los arahuacos, ayamanes y gayones de la región limítrofe de los actuales estados Lara y Falcón, la cual consistía en pantomimas relativas a los períodos de la siembra y la cosecha.

El teatro hispánico poco a poco fue introduciéndose en la venezolana colonial. En tal sentido, del 28 de junio de 1600 es la primera licencia conocida que permite la representación en Caracas de una comedia el día de Santiago Apóstol, actividad que paulatinamente se irá extendiendo hasta finales del siglo XVII y tomará mayor impulso en el siglo XVIII. En relación a los libros importados que llegaron desde la Península, figuraban algunas obras teatrales, generalmente del Barroco, de autores españoles o hispanoamericanos tales como Pedro Calderón de la Barca, Juan Pérez de Montalbán, Agustín Moreto, Juan Ruiz de Alarcón, Agustín Salazar y Torres, y Juana Inés de la Cruz. En cuanto a los lugares donde se celebraban las representaciones artísticas, tenemos que durante todo el siglo XVII y hasta que se construyó el Coliseo de Caracas a fines del siglo XVIII, la actividad teatral estuvo en manos de aficionados entusiastas, que se valían de las festividades religiosas, de la coronación de un monarca, de un matrimonio real, la creación de un virreinato; lo cual buscaba romper con la monotonía característica de la sociedad colonial. Aunque las plazas mayores eran los lugares escogidos al principio para la celebración de los actos teatrales, a mediados del siglo XVIII, se abrieron patios o corrales de comedias. Asimismo, en algunas mansiones particulares de la élite social y cultural se escenificaban piezas representadas por familiares y amigos para un auditorio selecto. A pesar de que las actividades abiertas no eliminaban las diferencias étnicas y sociales entre la población, las mismas funcionaban medios de homogeneización cultural y de transmisión de los valores de la sociedad hispánica y luego criolla, sobretodo si consideramos que para entender y apreciar un obra teatral no era indispensable saber leer.

A fines de 1766, o principios de 1767, se representan en Caracas las 2 primeras piezas que pueden atribuirse a un autor venezolano: el Auto Sacramental de Nuestra Señora del Rosario y la Loa. En ambas obras se podían apreciar la mezcla de elementos clásicos, hispanos, americanos, locales, sagrados y profanos, así como de personajes mitológicos y simbólicos que dialogan entre sí. Aunque se desconoce el nombre del autor de esta pequeña pieza, la misma responde al momento cuando a mediados del siglo XVIII llegaron a Venezuela, principalmente Caracas, La Guaira y Maracaibo, los primeros cuerpos regulares del ejército español, quienes contribuyeron a una mayor promoción de la afición por el teatro. No obstante, las representaciones teatrales fueron motivo frecuente de disputa entre el sector militar o civil y las autoridades eclesiásticas. En un dictamen de Carlos III, recibido en Caracas en 1777, se establecía que residía en la autoridad seglar la decisión sobre la representación o no de determinadas obras dramáticas. En 1784 se inaugura el primer Coliseo de que dispone la ciudad de Caracas, construido por orden del brigadier Manuel González Torres de Navarra, gobernador y capitán general. Este primer Coliseo estuvo ubicado entre las esquinas del Conde y Carmelitas y tenía una capacidad para 1.500 espectadores. En sus instalaciones actuó la primera actriz venezolana de que se tiene conocimiento: Ana María Pinelo, nativa de La Guaira. Posteriormente, a raíz de la Conspiración de Gual y España (1797) las autoridades españolas, comenzaron a seguir de cerca todas las representaciones dramáticas, con el objeto de evitar cualquier brote revolucionario.

El Coliseo de Caracas fue destruido por el terremoto de marzo de 1812, quedando suspendidas totalmente las actividades teatrales

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