El Universo Y La Vida

EL UNIVERSO Y LA VIDA

Hace 13700 millones de años (+- 1%) nuestro universo empezó con el big bang o gran explosión. El universo se expandió, se enfrió y se oscureció. La energía se convirtió en materia, principalmente en átomos de hidrógeno, y estos átomos se acumularon en grandes nubes que se alejaron unas de otras, formando tiempo después las galaxias. Las primeras generaciones de estrellas se formaron dentro de estas galaxias, avivando la energía oculta en la materia e inundando el cosmos de luz. Los átomos de hidrógeno habían formado soles y luz estelar.

En aquellos tiempos aun no había planetas desde donde admirar el esplendor del universo, sin embargo en la profundidad de los hornos estelares, una fusión nuclear estaba dando origen a átomos más pequeños: de carbono, oxígeno, silicio y hierro (elementos pesados). Estos elementos, las cenizas que deja el hidrógeno, fueron la materia prima de la que surgirían más tarde los planetas y la vida. Al principio los elementos pesados estaban atrapados en el corazón de las estrellas, pero las estrellas masivas pronto agotaron su combustible, y en su agonía, devolvieron casi toda su sustancia al espacio. El gas interestelar se hizo rico en elementos pesados. En las galaxias, entre ellas la Vía Láctea, la materia del cosmos se recicló formando nuevas generaciones de estrellas que eran ricas en átomos pesados, un legado de sus antecesoras estelares. Y en el frío espacio interestelar se formaron grandes nubes turbulentas atraídas por la gravedad y movidas por la luz estelar. En sus profundidades, los átomos pesados se condensaron en granos de polvo rocoso y hielo, y en complejas moléculas basadas en el carbono. Los átomos de hidrógeno habían proporcionado la materia de la vida. En otras nubes, conglomerados más masivos de gas y polvo formaron nuevas generaciones de estrellas. A medida que se formaban las nuevas estrellas, se adhirieron a ellas pequeñas condensaciones de materia. Imperceptibles motas de roca y metal, h

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ielo y gas, que darían lugar a los planetas, y en estos mundos, como en las nubes interestelares, se formaron moléculas orgánicas hechas de átomos que se habían producido en el interior de las estrellas.

En los lagos y en los océanos de muchos mundos (entre ellos el planeta Tierra) la luz estelar (en nuestro caso la del sol) destruyó moléculas que luego se unieron químicamente. Un día, entre estos experimentos naturales, surgió en nuestro planeta una molécula que podía hacer copias de sí misma (tenía que surgir en algún momento debido a las condiciones dadas). Con el tiempo, la auto-reproducción se fue haciendo más exacta. Las moléculas que se copiaban mejor hacían más copias, la selección natural estaba en marcha, se habían desarrollado elaboradas formaciones moleculares. Lenta e imperceptiblemente, la vida

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