Ensayo> La ladrona de libros
Enviado por lizeth1313 • 19 de Enero de 2016 • Reseña • 1.315 Palabras (6 Páginas) • 578 Visitas
La ladrona de libros
Estudiante: Lizeth Dayana Jiménez Malagón
Docente: Zareth Salamanca
Gimnasio San Mateo
Lengua Castellana
Código 15
Zipaquirá, Colombia
Agosto de 2015
La ladrona de libros
“La muerte sigue a la vida con tanta seguridad como la noche sigue al día, el invierno sigue al otoño o la vejez sigue a la juventud” (Daisaku Ikeda). Actualmente se habla del tema como el paso hacia lo que se llama religiosamente “el cielo” y “el infierno”, ese momento terrible del que nadie puede escapar, algo realmente curioso si se toma en cuenta que nadie sabe con certeza que sucede en ese transferencia, por tanto, no hay razones para sostener el miedo si no se sabe cuáles son las terribles circunstancias por las que se tendría que pasar.
La ladrona de libros no es una película que responda preguntas como: ¿Existe Dios? ¿Qué viene después de la muerte? ¿A dónde va el fallecido? Ni nada parecido, a diferencia de los demás puntos de vista se enfoca en las consecuencias que este momento tiene en la realidad, el dolor inexplicable de los recuerdos de la persona que ya no podrá moverse ni pensar porque ya no tiene vida.
Fue un total acierto tomar como escenario el Tercer Reich (El estado Nazi que rápidamente se transformó en un gobierno en el cual los alemanes no tenían ningún derecho básico garantizado), a pesar de que los lugares donde transcurrieron los hechos no cambiaban mucho, se logró demostrar eventos generales que marcaron aquella época, los diferente estilos de vida que iban determinados según el apoyo que se le daba a Adolf Hitler (Máximo dirigente de la Alemania nazi. Tras ser nombrado canciller en 1933, liquidó las instituciones democráticas de la república e instauró una dictadura que impulso la superioridad de la raza aria, exaltación nacionalista, anticomunismo y antisemitismo)
En el comienzo de la historia se puede hacer una gran comparación, Liesel (Sophie Nélisse), la protagonista; venía con las secuelas del hambre, la agresividad, la pobreza y el miedo, que se vieron claramente reflejadas en su hermano cuando murió en el tren y tuvo que ser enterrado improvisadamente. Luego llega la chica a una población donde la esperan sus padres adoptivos, Rosa (Emily Watson) y Hans (Geoffrey Rush) Hubermann, estas personas más que estar entusiasmadas por tener una nueva hija, estaban interesados por los subsidios que les entregarían por acoger a la niña, pues según se entiende el señor trabajaba haciendo oficios varios al no querer ir como voluntario a la guerra y la señora, ayudaba lavando ropa a la esposa de un alto mando Nazi, por consiguiente, al llegar a aquella familia eran otras las condiciones de vida que se le proponían, como la aceptación de la dictadura, comida, dormitorio, educación y el amor que fue creciendo entre ellos con los años.
Es importante aclarar que la madre de la protagonista (Heike Makatsch) dio en adopción a sus hijos porque estaba inapta para darles calidad de vida, al ser parte del Partido Comunista de Alemania se enfrentaba a estar constantemente escapando de las autoridades Nazis, escabulléndose para que no la mandaran ni a ella ni a sus hijos a los campos de concentración (se refiere a un campo en el cual se confina a la gente, usualmente bajo condiciones duras y sin respeto a las normas legales sobre el arresto o encarcelación) o hacia la muerte, sin duda alguna se puede pensar que su acto fue heroico y no egoísta al alejar a los niños de ella para que tuvieran una vida más estable que la que ella les podía ofrecer, aunque esta oportunidad llego tarde para el hijo menor.
Como lo demuestra gráficamente la película, la formación pedagógica impartida para aquel entonces iba basada en la ideología y alabanza de Hitler, se puede razonar que personas como el amigo de Liesel, Rudy Steiner (Nico Liersch), no eran conscientes de lo que significaba apoyar aquellas ideas, ya que en una de las escenas él se llena de tierra para simular a Jesse Owens, uno de los hombres más rápidos del mundo; su padre al ver esto lo regaña cuando el niño le dice que quiere ser negro, argumentando que lo que dice está mal, es decir, el padre le está imponiendo una estigmatización racial que busca discriminar, de cierta forma adiestrándolo a ver esto como algo negativo cuando no debería ser así. Por otro lado, si se analiza con detenimiento, los infantes en estos años se alegraban cuando se declaraba la guerra porque pensaban que estaban en lo correcto, ya que así lo pensaban sus familiares, sin darse cuenta que si Alemania seguía ganando las guerras ellos seguirían siendo presos sin libertad ni democracia, algo que Max Vanderburg (Ben Schnetzer), el judío que escondían en el sótano la familia Hubermann le hizo entender a Liesel en la escena donde esta le trae el periódico.
...