Ensayo Del Libro Yunus
Enviado por STEFANIASANCHEZ • 23 de Agosto de 2011 • 2.123 Palabras (9 Páginas) • 1.183 Visitas
INTRODUCCION
Esta es la historia de una revolución. O de cómo cambiar el mundo con 27 dólares. Una historia tan increíble como un cuento de hadas, pero real. Esta es la historia del inventor del Grameen Bank, el banco de los pobres: un sistema para terminar con la pobreza mundial, que además funciona.
Gracias al Grameen Bank, el diez por ciento de la población bengalí ha salido de la pobreza. Para el rebelde Muhammad Yunus, esto es sólo el principio.
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MUHAMMAD YUNUS
LA REVOLUCION DE LOS POBRES
Muhammad Yunus, estudiante de Ciencias Económicas que vivía en Bangladesh cuando aún no se llamaba Bangladesh. El joven Muhammad Yunus, pues ése era su nombre, se fue a estudiar a Estados Unidos y mientras estuvo fuera hubo una guerra en su país. Aquello terminó en independencia, pero a un alto precio: "Se había derramado mucha sangre y el país estaba en ruinas. Se tuvo que empezar desde cero, pero había un entusiasmo enorme. Pensamos que podíamos construir una sociedad hermosa".
Entusiasmado y contagiado de esa euforia, el doctor Muhammad Yunus abandona su vida americana y un prometedor futuro profesional. Acepta la dirección del Departamento de Economía en la Universidad de Chittagong (Bangladesh). Confía en que sus conocimientos pueden ayudar a construir un país mejor, pero pronto se topa con la realidad: "Como en todos los países de reciente independencia, la euforia se convirtió en una pesadilla muy rápidamente".
En 1974 una hambruna asola Bangladesh. El joven profesor Muhammad Yunus, en su recorrido diario hacia la Universidad, pasa por aldeas donde la miseria es extrema. "Hay muchas maneras de morir, pero el hambre es la peor. Llega un momento en el que ya no se distingue entre una persona viva y una muerta, el proceso es tan gradual que todo se difumina". Pronto Yunus no puede soportar el contraste entre el ambiente universitario y la desolación que le rodea. La diferencia entre teoría y práctica es demasiada. "Cuando uno tiene que ver cómo la muerte llega a los que están a su alrededor, se pregunta: ¿qué es la vida, de qué trata?
Además si estás enseñando en la Universidad todas esas teorías económicas tan elegantes que no tienen significado alguno para la gente que te rodea, sientes que no vales nada. Te sientes vacío como ser humano".
El buscador Muhammad Yunus se dedica entonces a estudiar lo que tiene más a mano. "Decidí que debía renunciar a todo lo que había aprendido en las aulas para intentar simplemente ser un ser humano y buscar un modo de ser útil a otros seres humanos. No tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero sí tenía una extrema frustración. Procedo de un país donde las frustraciones se alimentan". Durante un tiempo, Yunus se dedicó a convivir con los habitantes de la aldea de Jobra, cercana a la Universidad. Allí observó que uno de los grandes problemas eran los prestamistas, que imponían condiciones tan abusivas que la gente vivía en estado de semi-esclavitud. Un estudiante de Yunus elaboró una lista de estas personas y el resultado fue de shock: 42 personas, que necesitarían en total 27 dólares. Unas 4.000 pesetas. "Esa fue la sorpresa más impactante que he tenido jamás, porque como alumno de economía me han enseñado a hablar en términos de billones de dólares. Nunca nadie, jamás, me había hablado de cantidades menores a un dolar per cápita". El primer impulso de Yunus es ponerlo de su propio bolsillo. "No quería que pareciera que les estaba haciendo un favor, sólo pensé que ya que pedían dinero a un prestamista podían pedírmelo a mí, pero yo no les cobraría nada. Podían simplemente prometer devolvérmelo".
"Lo que no esperaba era la reacción que eso generó. Estaban tan contentos ante una cantidad tan pequeña. Y esto generó en mí la idea de que los bancos deberían hacer eso, porque la tarea de los bancos es prestar dinero a la gente. Así que visité al director del banco del campus
Universitario, y cuando le propuse prestar dinero a los pobres se cayó de la silla. Pensó que bromeaba". Ése fue el comienzo de un largo tira y afloja. La conversación con el director terminó en batalla campal y Yunus apeló a los directivos. La respuesta fue en todas partes la misma: no se puede prestar dinero a los pobres porque no pueden devolverlo. Pero Yunus, para hacerles ceder, se ofreció como aval. Después de seis meses el banco lo aceptó, para un máximo de 300 dólares. "Ahí descubrí el valor neto de un profesor universitario".
Con los 300 dólares en la mano, el visionario Muhammad Yunus se preparó para el salto al vacío. "Di adiós a tu dinero", le dijo el director del banco, pero se recuperó hasta el último céntimo. El director del banco lo atribuyó a la suerte, pero Yunus probó que se equivocaba, ampliando el préstamo a otra aldea más, y luego a cinco, diez, veinte, cincuenta... "El dinero volvía siempre, pero el director del banco no repensó su posición, no podía aceptar que hubiese un fallo en su idea inicial. Porque la gente puede estar equivocada, pero el sistema bancario no".
Entonces Yunus decidió que, ya que en el banco no le hacían ni caso, montaría su propio banco. A su manera. El gobierno puso el grito en el cielo con un argumento evidente: bastantes problemas hay dando dinero a los ricos, porque no lo devuelven, como para dárselo a los pobres. Pero Yunus fue inflexible y después de dos años insistiendo consiguió el permiso para abrir el Grameen Bank (literalmente, el banco del pueblo) era el año 1983.
LA CONSOLIDACION
El banquero Muhammad Yunus, que no tenía ni idea de cómo funciona un banco, se puso manos a la obra siguiendo un criterio muy simple. "Cuando había un problema buscábamos una solución, la poníamos a prueba y si no funcionaba, buscábamos otra cosa. Eso fue sencillo. Ante una dificultad, mirábamos qué hacían los bancos tradicionales... y lo hacíamos al revés".
El funcionamiento del Grameen Bank es, cuanto menos, atípico: para pedir un crédito la única condición es ser pobre. No se precisa aval ni experiencia laboral, la base del Grameen Bank es la confianza. Se presta preferentemente a mujeres. Los créditos tienen un interés similar al de un banco normal y se piden en grupos de cinco personas. No hay abogados ni juicios por impago, se considera que el 3% de morosos -un porcentaje ridículo comparado con el de un banco tradicional- no devuelve el dinero porque no quiera,
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