Ensayo de la película “La tierra prometida”
Enviado por ivansc • 21 de Marzo de 2016 • Ensayo • 1.655 Palabras (7 Páginas) • 1.327 Visitas
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Ensayo de la película “La tierra prometida”.
Título original: La tierra prometida (La dulce esperanza)
Guión: Ricardo Garibay
La historia tiene lugar, inicialmente en algún lugar de Tlaxcala para posteriormente ubicarse en la gran ciudad de México de mediados de la década de los ochentas, donde provenientes de todos los rincones de la república llegan a las diferentes terminales de autobuses (del Sur, del Norte, Poniente, a la Tapo) y otros más en la estación de ferrocarriles de Buena Vista; allí, en esos años, yo era niño y como mi mamá era enfermera del Hospital Colonia (perteneciente a Ferrocarriles de México) visitaba la terminal con mucha frecuencia, por lo que me tocaba ver mucha gente proveniente de muchos lugares del país, como mencionan los artículos relacionados con el guión del maestro Garibay, venían o vienen con sueños a veces lejanos de alcanzar, abandonando sus tierras, sus raíces y sus hogares.
La historia se centra en una de esas familias, provenientes de la provincia, con ocho integrantes, que deciden dejar atrás su pasado y comenzar de nuevo, ya que en su lugar de origen determinan que las posibilidades de progreso propio se van agotando cada día que pasa, por lo que decide, el jefe de la familia (Serafín) que la “Capital” será la solución a sus problemas, al fin y al cabo allá vive su compadre.
La trama asocia que mucha de esta gente va a la capital porque ahí tienen parientes, amigos, compadres, y algunos de ellos han mejorado su situación, han conseguido chambas, terrenos, y eso les alienta a desertar de sus lugares de origen.
Sin embargo, en la historia no solo se muestran las dificultadas que toda la familia pasa para obtener sustento, también se observa como la ciudad puede echar a perder y descarríar a muchos jóvenes sin orientación, las dificultades para obtener un trabajo, para sobrevivir con mínimos recursos.
Se puede observar como cada uno de los integrantes de la familia buscan cada uno por su lado hacerse de recursos o alimento para pasar los días, vemos como el padre de familia pasa por el zócalo a un lado de la catedral pidiendo trabajo, sin mucha suerte, a electricistas, albañiles, plomeros y azulejeros, mientras que los hijos menores de diez-doce años, niño y niña, deambulando por diversos lugares, negándose a aceptar la caridad, el sándwich, que le ofrece un señor o una familia en Chapultepec, corriendo, entretenidos en ver a los animales en el zoológico, en sus jaulas, y que éstos sí tienen comida hasta se relamen los labios cuando como el tigre o los hipopótamos.
Se plantea el orgullo del hombre que se niega a dar su brazo a torcer, a aceptar ayuda, a recibir mendrugos; que trata de aferrarse a sus principios y verá cómo se aplastan sus sueños, empezando por la enfermedad del bebé por falta de alimento y medicinas. Finalmente, el más vulnerable de todos, no resiste más y fallece; el sepelio del bebé, muestra la pobreza, la solidaridad, y la desgracia de la familia. El aguante de la mamá, las quejas porque no hay ni para tortillas, y cuando hay a la jovencita le roban el dinero.
El entorno, en ciudad Nezahualcoyotl, es acorde al tema (una de tantas películas giradas en este emblemático lugar, desgraciadamente siempre como escenario de la mala vida), a las penurias y a lo que aguarda a los hijos mayores: calles sin pavimentar, polvorientas, casas a medio construir, vecinas chismosas, malandrines, prostitutas, drogas. Los adultos se entretienen en la cantina o en un tugurio.[1]
Mientras que los mayores dramas se dan con los hijos de mayor edad. El hijo mayor, sin ilusiones, sin aspiraciones, solo se dedica a vagar y a dormir, y en un arranque de ira, el padre lo corre a patadas de la casa; vagando por la basílica de Guadalupe se le acerca a unos peregrinos y les roba una mochila donde obtiene dinero y comida. En una escena se ve como se sube a un “Ruta 100” y lo siguen dos ratas de poca monta que han observado cómo le hace al “dos de bastos”. Sus nuevos cuates le enseñarán otras formas de robo, además le iniciarán en la mariguana, “para quitarse el hambre”. Se aventarán al robo de un banco, donde cae abatido, sin que sus padres se enteren jamás.
Al igual que la prostitución, el desempleo, la desintegración familiar, la falta de educación, son detonantes de la delincuencia en México, los jóvenes que no tienen la posibilidad de estudiar, de trabajar o que proviene de hogares disfuncionales, se les hace fácil ponerse a delinquir para cubrir sus necesidades.
La hija mayor primero mira con curiosidad a las prostitutas y sus vestuarios, pantalones pegados, minifaldas ajustadas hablando por teléfono en la tienda. En un momento estará del lado de las viejas metiches que las ven de lejos, las rechazan y las critican, pero Severiana se siente cada vez más atraída por la manera de vivir de las chicas malas. Finalmente la convencen de trabajar donde ellas, a fichar. La presentan con la Madama, que de principio está renuente, pero sabe que la “carne nueva” siempre sirve. a subirse la falda para mostrar las piernas. Le da un nuevo nombre, en vez de Severiana, la bautiza como Mirna. Al principio le cuesta trabajo, se niega a tomar o que la toquen, pero luego le agarra gusto y se transforma, aunque, como en toda historia de tragedia, al final la suerte le deja de sonreír cuando le quita el dinero a uno de los clientes y al llevárselo a la “Madama” ésta solo le da una pequeña parte del botín y cuando ella reclama la termina corriendo del congal.
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