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Historias


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2014  •  809 Palabras (4 Páginas)  •  209 Visitas

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Las Tres Rejas

El joven discípulo de un filósofo sabio llegó a casa de este y le dijo:

—Maestro, un amigo suyo estuvo hablando mal de usted.

—¡Espera! —lo interrumpió el filósofo—.

¿Ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?

—¿Las tres rejas? —Sí. La primera es la reja de la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?

—No; lo oí comentar a unos vecinos.

—Entonces al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Esto que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?

—No, en realidad no. Al contrario...

— ¡Vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?

—A decir verdad, no.

—Entonces —dijo el sabio sonriendo—, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido.

Aprovechar una situacion desfavorable

Cuenta esta historia que un joven de la ciudad se fué al campo y le compró un burro a un viejo campesino, por $ 100.

El campesino acordó entregarle el animal al día siguiente, pero al día siguiente el campesino le dijo:

- Lo siento hijo, pero tengo malas noticias... el burro murió.

- Bueno, entonces devuélvame mi dinero...

- No puedo, ya lo he gastado…

- Bien... da igual, entrégueme el burro...

- Y ¿para qué?... ¿Qué va a hacer con él?

- Lo voy a rifar.

- ¡Estás loco! ¿Cómo vas a rifar un burro muerto?

- Es que no voy a decir a nadie que está muerto, por supuesto.

Un mes después de este suceso, se volvieron a encontrar el viejo vendedor y el joven comprador.

-Que pasó con el Burro?

- Lo rifé, vendí 500 rifas a $ 2.- y gané $998.-

-¿Y nadie se quejó?

- Sólo el ganador... pero a él le devolví sus $ 2.

CONCLUSIÓN: éste es un ejemplo de cómo convertir una situación desfavorable, en un éxito.

Un Maestro y un escorpión

Un maestro oriental, cuando vió como un escorpión se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua.

Cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose.

El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el escorpión lo picó.

Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: "Perdone... ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?".

El maestro respondió: "La

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