INFLUENCIA DEL SUEÑO EN RELACIÓN AL RENDIMIENTO ACADÉMICO DE LOS ESTUDIANTES DE 4TO AÑO DEL COLEGIO SAN JOSÉ DE CALASANZ EN EL SEGUNDO TRIMESTRE DEL AÑO 2016
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REPÚBLICA BOLIVARINA DE VENEZUELA[pic 1][pic 2]
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN
U.E: SAN JOSÉ DE CALASANZ
CÁTEDRA: CIENCIAS BIOLÓGICAS
INFLUENCIA DEL SUEÑO EN RELACIÓN AL RENDIMIENTO ACADÉMICO DE LOS ESTUDIANTES DE 4TO AÑO DEL COLEGIO SAN JOSÉ DE CALASANZ EN EL SEGUNDO TRIMESTRE DEL AÑO 2016
Asesor:
Prof: Johan Navarro
C.I: 24.883.937
Autores:
De Aguiar. Victoria. C.I:27.488.611
Fonseca, Elena. C.I: 27.234.528
Garrido, Barbara. C.I: 27.795.908
Giffoni, Maria Fernanda. C.I:27.427.282
Rada, Osmery. C.I: 27.234.526
Betancourt, Arixay. C.I: 29.504.192
Caracas, mayo del 2016
INTRODUCCIÓN
El sueño constituye una de las funciones fisiológicas más importantes para el correcto funcionamiento de las capacidades cognoscitivas e intelectuales del ser humano. Potter y Perry (1996) plantean que el sueño es un estado de alteración de la consciencia bienestar de la persona, que se repite periódicamente durante un tiempo mantenido y restaura la energía y el bienestar de la persona. En tal sentido los seres humanos necesitan dormir para reponer las energías perdidas, de igual manera tomar en consideración la etapa etaria de la vida es importante para saber cuántas horas se debe dormir.
Según los expertos los adolescentes deben dormir un mínimo de nueve horas diarias, de tal manera que en la etapa de la adolescencia es vital tener un sueño reparador y suficiente para poder enfrentar las responsabilidades académicas de manera eficaz. La pérdida de sueño en los adolescentes genera síntomas tales como: irritabilidad, incluyendo la desobediencia, somnolencia y bajo rendimiento académico por falta de concentración, entre otros.
De allí que el objetivo general sea determinar la influencia del sueño en relación al rendimiento académico de los estudiantes de 4to año del colegio “San José de Calasanz” en el segundo trimestre del año 2016 con el fin de generar estrategias para una mejor calidad de sueño y por consiguiente un rendimiento académico óptimo.
Este estudio, según lo planteado (problemático y objetivo), corresponde a una investigación descriptiva con un trabajo de campo con una población de 72 estudiantes aproximadamente de 4to año del colegio “San José de Calasanz” en los cuales se aplicará una encuesta de 12 preguntas con la finalidad de conocer, según lo ya estipulado, factores que pueden alterar la falta de sueño y la variedad e influencia de dichos factores de su rendimiento en el área educativa.
CAPÍTULO I
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
EL PROBLEMA
Al pasar de los años diversos estudios han intentado agudizar la retención, captación y atención de los estudiantes, uno de estos estudios se refieren al descanso, el sueño que, según éstos, resulta necesario para una vida sana y una buena salud mental. El sueño es una necesidad que requieren tanto el cerebro como el cuerpo de descansar, relajarse luego del estrés, dificultades, problemas y todo tipo de movimientos que se ejecutan durante el día. Cuando se observa a una persona dormida puede parecer que no está haciendo nada, sin embargo el sueño resulta ser un período activo en el que ocurren cambios hormonales, bioquímicos, metabólicos y de temperatura corporal que son imprescindibles para un buen funcionamiento diurno. Por otra parte,
El sueño es una actividad cambiante a lo largo de la vida. Las características fisiológicas del mismo varían con la edad. Un recién nacido duerme muchas horas, pero no lo hace de forma continua. Un lactante de 6 meses ya tiene la capacidad para dormir 12 horas seguidas nocturnas y tres siestas diurnas. Un niño de 10 años duerme 10 horas seguidas nocturnas y no precisa siestas. Un adolescente debería dormir al menos 9 horas cada día, mientras que para un adulto pueden ser suficientes de 7 u 8 horas y a medida que se hace más longevo las necesidades de sueño nocturno descienden a 5 o 6 horas con dos siestas cortas de 10 a 20 minutos. Estos cambios son regulados por el núcleo supraquiasmático del hipotálamo que controla el ritmo de vigilancia-sueño.
De acuerdo a lo planteado anteriormente, el ciclo diario vigilancia-sueño permite organizar nuestra conducta en el tiempo y sincronizar internamente la regulación de muchos procesos biológicos, también de periodicidad circadiana, como puede ser el ritmo de la temperatura corporal, el ritmo del cortisol, el ritmo de la excreción de la hormona de crecimiento, entre otras. El ritmo vigilancia-sueño actúa como nuestro reloj biológico, siendo precisamente éste el que permite el sueño nocturno y una vida activa durante el día. Las hipótesis actuales apuntan que el ritmo circadiano de 24 horas sufren un retardo durante la adolescencia, es decir, la necesidad de sueño aparece más tarde, con lo que lógicamente se retrasa la hora de levantarse. Se postula que el ritmo de vigilancia-sueño tendría una periodicidad de 25/26 horas. Esto podría ser una característica del sueño en los adolescentes que nunca encuentran el momento de acostarse y casi siempre retrasan el momento de levantarse. La costumbre actual de demorar ampliamente los horarios nocturnos para el descanso los fines de semana sólo contribuye a hacer más difícil la sincronización del ritmo biológico vigilancia-sueño. De igual manera existen aspectos sociales que influyen en el sueño, sobre todo en el ámbito familiar, donde el adolescente en lugar de seguir la dinámica estipulada en la familia con respecto a la organización de los horarios, crea su propia dinámica y precisa tiempo para estar solo aislado de la “intromisión” de la familiar en la estructura de su vida haciendo que rechace la de forma espontánea el orden necesario para mantener un buen ritmo de vigilancia-sueño.
Según lo estipulado, es en la adolescencia cuando algunos jóvenes pueden experimentar cierta libertad en los horarios. Muchos, en el ambiente escolar, pueden escoger sus horarios, tienen momentos libres entres clases o saltarse las mismas. El turno de la tarde es deseado por aquellos que tienen ciertas dificultades para para levantarse por la mañana. Con respecto al sueño, también comienzan a decidir la hora de descanso, no tanto la de levantarse ya que está condicionada por sus obligaciones sociales, escuela o trabajo.
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