Introducción Autobiografía Anthony Kiedis
Enviado por AlanEdward94 • 30 de Junio de 2013 • 733 Palabras (3 Páginas) • 459 Visitas
Estoy sentado en el sofá de la sala de estar de mi casa en Hollywood Hills. Es un día de
enero despejado y fresco, y desde mi posición, puedo ver la bonita extensión conocida
como San Fernando Valley. Cuando yo era más joven, me uní a la creencia
convencional, compartida por cada uno que vivía en la parte de las colinas de
Hollywood, de que el “Valley” era un lugar donde los perdedores que no pudieron
triunfar en Hollywood venían a desaparecer. Cuanto más tiempo vivo aquí, más
consigo apreciar el Valle como una parte conmovedora y más tranquila de la
experiencia que es Los Ángeles. Ahora no puedo esperar a despertar y mirar fuera
sobre estas majestuosas montañas alineadas cubiertas con nieve.
Pero el timbre interrumpe mi ensueño. Unos pocos minutos más tarde, una bonita
mujer joven entra en la sala de estar, trayendo un bolso de cuero, ella lo abre y
comienza a sacar su equipo. Termina su preparación, ella se pone sus guantes
esterilizados de goma y entonces se sienta junto a mí en el sofá.
Su larga y elegante jeringa de cristal está hecha a mano en Italia. Ésta es conectada a
una pieza de plástico con forma de spaghetti que contiene un pequeño microfiltro así
ninguna impureza pasará en mi torrente sanguíneo. La aguja es una completamente
nueva y totalmente esterilizada variante microfina de mariposa
Hoy mi amigo ha extraviado su torniquete normal médico, así que ella lleva su media
de red de pesca rosada y lo usa para atarlo a mi brazo derecho. Ella frota mi vena
expuesta con una esponja con alcohol, entonces penetra la vena con la aguja. Mi
sangre se vuelve rezumando en el delgado tubo, y entonces ella lentamente mete el
contenido de la jeringa en mi corriente sanguíneo.
Inmediatamente yo siento el peso familiar en el centro de mi pecho, así que yo solo me
tiro hacia atrás y me relajo. Yo solía dejarla inyectarme cuatro veces en una sesión,
pero ahora estoy abatido para dos jeringas llenas. Después del primer pinchazo ella
llena la jeringa nuevamente y me da un segundo pinchazo, ella retira la aguja, abre un
esponja de algodón estéril, y aplica presión en mi heridita del pinchazo durante al
menos un minuto para evitar magullar o marcar sobre mis brazos. Yo nunca tuve
ninguna pista de su ministerio. Finalmente, ella coge un trocito de cinta médica y
adjunta el algodón a mi brazo
Entonces nos sentamos y hablamos sobre la sobriedad.
Tres años antes, podría haber tenido heroína china blanca en esa jeringa. Durante años
y años, yo llenaba jeringas y me las inyectaba con cocaína, speed, heroína negra,
heroína persa, e incluso, a veces LSD. Pero hoy yo obtengo mis inyecciones de mi bella
enfermera,
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