LA FINALIDAD DE LA MÚSICA: Arte o música, música o negocio

LA FINALIDAD DE LA MÚSICA:

Arte o música, música o negocio.

Empecemos por el principio:

  Eres un niño, de tu padre y de tu madre, y te meten en un colegio con niños de sus padres y de sus madres. Te enseñan a escribir, a hablar correctamente, a comunicarte, a contar (todavía no toca pensar, te dicen), cualidades útiles desde cualquier punto de vista.

Van pasando cursos, y van metiendo (Supongo que amagos a genios, carcas frustrados o  retrógrados progresistas) en cabezas ajenas a las suyas, datos y más datos (a cual mas banal) de los conocimientos del mundo, o de la historia, o de no sé cuantas pamplinas más, qué más da.

En un ecosistema donde en voz alta suena la palabra igualdad (la cual es inexistente desde ciertas perspectivas) van insertando poco a poco una competitividad, en un principio, dócil, sana; donde cada cual tiene que esforzarse por una puntuación más elevada, por un resultado académico óptimo, o por un número mayor.

     “¿Cuándo toca pensar?” -- Pregunta alguna mente inquieta.

     “Piensa, piensa, en como sacar más nota” --  Responden con cierto sarcasmo que roza el insulto.

Siguen pasando cursos, y lo banal ahora parece imprescindible, los números el respeto que te tengan, y el resultado académico el condicionante de un futuro confortable, o no (tener mas o menos pasta)

La competitividad ya no es dócil, ya es el ecosistema entero (Ecosistema llamado igualdad). El conocimiento un medio para obtener un resultado y no una finalidad (Que aunque al principio banal, finalidad era). Y los niños... los niños de sus padres y de sus madres, no más que instrumentos fácilmente manipulables (El pensar sigue sin llegar), capital humano, almacenes de datos banales, creadores de números...creadores por números...amagos de amagos a genios.

   “¿Y el saber dónde queda?” -- Preguntan los de siempre.

   “¿No sabes muchas cosas ya?” -- Responden como siempre.

Ya no importa como se sienta el individuo. Se han olvidado por completo de enseñar a que este se encuentre mejor en cada momento con lo que hace. Solo importa el como lo haga; solo importan los que lo hacen mejor, los que almacenan el mayor numero de datos banales, los que son calculadoras humanas, o los amagos a genios en cualquier disciplina. No importa el saber, no importa el arte. Y bajo el nombre del ecosistema hay individuos frustrados por haber cambiado la finalidad por el resultado, por haber cambiado el querer saber, por el saber mejor.

Y te das cuenta con el paso de los años que de un plumazo se ha borrado al individuo, se han borrado a las personas, y ahora éstas miden su grandeza por si se saben de memoria tal libro o tocan cual sonata. Cuando la grandeza del individuo está en que puede aprenderse de memoria tal libro, o tocar cual sonata, dando igual el resultado, pues la finalidad es que haciéndolo, éste sea feliz.

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