La Luz En El Cine

Luisa Fernanda Gutiérrez

Daniela Reyes

Cinefoto – Semestre II

Escuela de Cine y Televisión

Universidad Nacional de Colombia

El príncipe de las tinieblas

Gordon Willis, una de los directores de fotografía más importantes y dedicados conocidos en la historia del cine hollywoodense, perteneciente a la ASC (American Society of Cinematographers).. Nació en Queens, Nueva York, el 28 de mayo de 1931, era hijo de dos bailarines de teatro, y su padre se desempeño como un maquillador que trabajó para Warner Bros.

Cuando terminó sus estudios en el instituto Manhasset en su ciudad natal, comenzó una formación como actor y constructor de decorados y de iluminación en el teatro, aunque le apasionaba mucho más la fotografía desde joven, por lo cual cuando se alistó en las Fuerzas Aéreas, ejerció de fotógrafo durante la Guerra de Corea. Cuando la industria de la televisión echaba a andar, a Gordon Willis no le faltó trabajo como ayudante de cámara para diferentes trabajos. "Esos días encontraba trabajo fácilmente como operador de documentales y anuncios publicitarios. Y en mi opinión no he podido tener una escuela mejor", declaró Willis.

En 1970, Willis debutó como director de fotografía en el cine con End of the Road, en donde comenzó a mostrar a los mejores directores de cine de la época su habilidad, su técnica y su don para el manejo de luz, fotografía y composición, desde ese momento mantuvo una continuidad en su trabajo muy difícil de mantener en ese medio, por lo que los directores y productores que le contratan saben que es la persona indicada para desempeñar su trabajo. En la industria le apodaron 'El Príncipe de las Tinieblas', por su tendencia a usar sombras hasta el punto de que no se suelen ver los ojos de los actores.

Trabajo con diferentes directores de reconocimiento como Francis Coppola, Alan Pakula, James Bridges, Woody Allen y Herbert Ros, que le dan a Willis la autonomía para trabaja y tomar decisiones radicales para el buen manejo de las escenas, ya que no solo se buscaba que se viera bien si no que transmitiera las sensaciones deseadas, si no seria algo sin sentido.

Cuando Gordon Willis trabaja, se nota su dedicación, comienza semanas antes de iniciar el rodaje, probando objetivos, equipos y material sensible. Después de terminar el rodaje, sigue trabajando varias semanas en el laboratorio, asegurándose de que la película se etalona y se positiva correctamente. En resumidas cuentas es un perfeccionista obsesivo .

Trabajó demostrando toda su imaginación y creatividad en producciones de comedia como Annie Hall y en dramas oscuros como El Padrino. Para hacer una buena iluminación, Willis recurría siempre a una serie de técnicas que ya tenia estipuladas para si mismo, pero que aplicadas a cada situación daban resultados totalmente diferentes. Decía que para hacer cualquier cosa, debía fijarse en lo que se ve, para así después poder reconstruir en su mente lo que ve y determinar lo que realmente merece toda la atención.

Otra de sus principales premisas, era asegurar que la estructura fotográfica, la estructura de la iluminación y la estructura del decorado deben conjugarse con un mismo estilo, ya que de otra forma, carecerían de sentido. Dando primordial importancia en todo momento a la elección del objetivo que se va a utilizar en cada momento y a la posición de la cámara.

Así mismo, a Gordon le gustaba experimentar, en algunas ocasiones filmaba con niveles de iluminación demasiado bajos para lograr diferentes efectos, pero cuando se le pregunto cuál era el método para poder rodar con tan poca luz respondió que la única regla que hay que tener en cuenta es saber qué ley es la que se esta rompiendo. Hay que entender los principios básicos de la exposición, así como la herramienta que uno está manejando: la película. Uno puede tener una enorme cantidad de luz en un decorado, pero lo importante no es la cantidad de luz, sino la exposición del material: normal, medio diafragma por debajo o lo que sea .

Cuando se utiliza cierto tipo de película, la clave es saber la tolerancia que esta tiene frente al nivel de exposición, sabiendo que cada una es diferente y no reacciona de la misma forma en todos los caso. El principal objetivo del buen manejo de la película, es hacer que en la pantalla se vea lo más real posible, teniendo en cuenta que se verá diferente en el momento de rodar que cuando sea proyectada, así el espectador podrá sentir la historia más verídica, sentirse identificado y ser parte de ella.

En este mismo orden de ideas, es igual mente importante, saber con qué objetivo se va a trabajar en cada momento del rodaje, y en qué posición se va a dejar la cámara, ya que desde el comienzo se debe tener una idea clara de la composición y de cómo se quiere que se vea para en el momento del montaje e hilar las ideas correctamente.

Por ejemplo, en algunas escenas de Todos los hombres del presidente, se necesitaba gran profundidad, por lo que se utilizaron lentes de aproximación partida, que son lentes que consiguen alterar la longitud focal del objetivo, es decir, si hay una persona cerca y otra al fondo, este lente permite enfocar al mismo tiempo los dos personajes.

Pero para tener estos buenos resultados en el momento de unir las imágenes y mantener una coherencia entre las uniones, sea hace indispensable saber los planteamientos teóricos de la película y saber con qué abertura se va a trabajar, para evitar que comience a dar saltos en la uniones y a pasar de una textura suave

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