La Ultima

Este film narra una historia sobre entendimiento y tolerancia entre personajes de clases sociales diferentes durante un viernes en la noche de fiesta de la Ciudad de México.

El primer aspecto a destacar es que la directora haya apostado por elegir como protagonistas a actores que todavía no son conocidos en el medio. La gran mayoría hace un buen trabajo, sobre todo Sebastian Hiriart.

Una noche Rodrigo (Hiriart), Juan (Juan Pablo Campa), Cristian (Garcia-Rulfo) y Alan (Alberto Guerra) se ponen de acuerdo para ir a Garibaldi. Durante el trayecto al lugar (al que llegan por separado) conocemos un poco el contexto de cada uno: Rodrigo sufre de una enfermedad (o tuvo un golpe en la cabeza) que hace que su madre sea sumamente sobre protectora y él esté harto. Alan tiene mucho dinero y Cristian quiere trabajar con el papá de su amigo. Finalmente Juan sólo quiere divertirse y parece no importarle mucho tener esperando a su novia toda la película.

Desafortunadamente los problemas empiezan a partir del momento en que los amigos se separan pues sucede una cosa absurda tras otra. Por ejemplo, Juan se ve involucrado con unos cuates que además de drogadictos son ladrones y sin embargo se queda paseando con ellos toda la noche. Mientras su novia lo espera se la pasa comadreando con su muchacha, quien ya en confianza le dice sus verdades acostada cómodamente en la sala.

Al respecto, las clases sociales están muy marcadas en México y son una innegable realidad, me temo que ese es el principal enemigo de la cinta. El que se presenten ciertas situaciones que, aunque utópicas, terminan por ser absolutamente irreales.

En verdad que la premisa de la película no era mala y que se cuenta con una buena producción. Sin embargo las historias son muy dispares.

Por ejemplo, la de Rodrigo es la más creíble e interesante. Realmente entendemos que haga todo por escapar de su realidad. En éste viaje conoce a una conductora de un microbus con quien encuentra mucha afinidad. Ambos comparten una noche especial, que no tiene que ser más que eso, un momento.

Por otro lado Cristian y Alan van a un stripp club en el que el primero se interesa enormemente por una bailarina que le corresponde. Lo malo en esta línea es que se incluyen peleas callejeras y reacciones de los personajes absolutamente absurdas.

Más adelante siguen pasando cosas que son falta de sentido común (como el que un millonario se meta solo a uno de los barrios más peligrosos de la ciudad o que otro decida ir a ver al hospital al hombre al que su amigo le propinó una paliza)

Los actores secundarios, a pesar de ser gente de renombre como Jorge Zarate, Luis Felipe Tovar, Gustavo Sánchez-Parra, Lisa Owen o Roberto Sosa, están muy desaprovechados. Francamente su participación es tan corta e irrelevante que podría haber sido interpretada por cualquier otro.

Entonces, esta es una cinta de momentos, algunos disfrutables

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