La experiencia de grabar la primera canción en el estudio

Antes de llegar al mundo del audio e incluso de la ingeniería electrónica, comencé con la música. Siendo la guitarra mi primera elección como instrumento, y el principal. En esos días me mataba los oídos y las manos tratando de sacar los solos de guns and roses, metallica, rata blanca, iron maiden, entre otros. Más adelante ingrese a estudiar el básico de música, y así poco a poco aprendiendo y estudiando más formalmente.

Mediante estudiaba tuve diferentes agrupaciones. En las cuales poco a poco empezaron a surgir presentaciones , en donde por supuesto se utilizaba amplificación, consolas, amp de guitarras y bajos , entre otros elementos regulares de audio; los cuales en su mayoría eran manejados por el grupo, y casi que totalmente sin pretender ser egocéntrico, por mí. Pero esto tiene una razón de fondo, y no precisamente por tener perfil de dictador, sino porque así como estudiaba música, también estaba estudiando ingeniería electrónica, y eso me convertía en el que más “conocía” los equipos de audio entre todos los miembros de la agrupación.

Por eso me tocó, leer manuales, buscar en internet, preguntar, etc. Pero mediante iba creciendo mi conocimiento y experiencia musical, comenzó ese gusto por el audio, sonido en vivo, y producción.

Y aumentó al momento de ir a grabar la primera canción en un estudio. A pesar del nervio, la emoción por la música, y por grabar; no podía negar que también me sentía atraído hacia la parte técnica de la grabación (claro hablaba mi medio yo, el lado ingeniero).

En medio de los varios estudios que frecuenté durante el periodo de músico de banda indie, pude observar que el común denominador era: alguien que en algún momento consiguió plata para comprar equipos de mediana o baja calidad y con los que logró montar su “estudio” casero.

Y que el conocimiento en su gran mayoría fue adquirido por internet, o práctica, sin querer desmeritar que había muchos buenísimos. Y que tampoco estoy en contra del empirismo. Me refiero al aspecto profesional, ya que muchos no lo eran. Parecían en su gran mayoría principiantes, y como mucho; amateurs.

Me llevó a un cuestionamiento personal y profesional. ¿Qué camino escoger? ¿Música o ingeniería? Después de analizar, meditar y pensar por mucho tiempo, escogí ambas. Por eso comencé con el mundo del audio. Pero me propuse como meta personal. Ser profesional desde el principio.

Imaginen tener un estudio de audio, con flexibilidad para todo tipo de clientes, y estilos musicales. Y asesoría en la grabación, pre producción y pos producción. (Esto me hubiera ayudado mucho en la época de principiante en la música y estudios), con precios flexibles para diferentes niveles, en tu ciudad, e incluso a domicilio. Porque los músicos merecen tener un espacio donde se les brinde lo que quieren, total asesoría, o solo alquiler de los equipos para la grabación.

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