Los Cosechadores Y Yo

Este documental fue hecho por Agnés Varda antes del año 2000, y se enfoca en los espigadores, pepenadores y recolectores de las distintas ciudades de Francia. La mujer descubre que mientras algunas personas ejercen esta actividad por necesidad, otras la hacen por elección dependiendo de su contexto social o el fin que buscan.

Es importante definir a los diferentes “cosechadores” de nuestra era, en los cuales la investigadora se orienta: a un espigador se le conoce como una persona que recolecta desperdicios de los tubérculos que las empresas dejan en sus cosechas; un pepenador es el sujeto que recoge los desechos de los mercados o de los botes de basura y el recolector es un individuo que junta objetos abandonados por sus dueños para reciclarlos o arreglarlos para uso personal o para venderlos.

El video muestra claramente un mundo desconocido por la mayoría de las personas y al descubrirlo, causa un impacto en la forma de pensar, pues se puede notar que hay seres que tienen un nivel social medio y realizan esos actos, porque están conscientes de que viven en una sociedad sumamente consumista y que muchas veces las industrias no cosechan completamente los alimentos dejando toneladas de frutas y verduras en buen estado, por este motivo deciden convertirse en espigadores o pepenadores, pues saben que mucha gente no tienen solvencia económica para sus necesidades alimenticias y se indignan al ver tantos residuos que las empresas etiquetan como insuficientes para el comercio. De igual manera, los recolectores obtienen cosas desechadas por sus propietarios, para su rehusó o su venta; en algunos casos, los ciudadanos destruían las televisiones para sacarles el cobre; en otra situación, un artista conseguía objetos para utilizarlos en los cuadros de sus pinturas y otros los usaban para crear esculturas. Pero no todas las personas adoptan estas actividades por gusto, sino por necesidad, porque sus limitaciones económicas no les permiten acudir a centros comerciales para abastecerse de alimentos frescos.

En conclusión, este documental es una ventana que enseña la cruda verdad de las comunidades civilizadas y su objetivo es concientizar al espectador para que valore sus posesiones electrónicas, si este considera que se han descompuesto, el video puede considerarse como una invitación al espectador para buscarle otro uso: un librero, un asiento o algún otro mueble; asimismo, la película exhorta a no desperdiciar alimentos, ya sea por su fecha de caducidad o porque es comida que no se ingirió por completo. Es cierto, en estos tiempos de crisis, tanto económica como cultural, una persona no puede darse el lujo de utilizar y consumir incorrectamente productos comestibles, electrónicos, etc.

Dirigida por Agnès Varda

Francia, 2000, 82 min.

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