Los remakes en Cine
Enviado por Aequs • 18 de Mayo de 2012 • Ensayo • 2.099 Palabras (9 Páginas) • 644 Visitas
Remakes
Ensayo
Remake es el término en inglés que identifica las producciones audiovisuales que reproducen fielmente la trama, personajes, ambientación y prácticamente cualquier detalle de una obra anterior. El término equivalente en español sería "reposición", "refrito" o "reedición". Sin embargo, la palabra inglesa está ampliamente extendida entre los hispanohablantes, sobre todo en relación a cine y televisión.
En televisión se le denomina remake a una nueva versión de un programa previamente lanzado como una telenovela, o a una versión local de alguna serie en diferente país que el original, esto se ha convertido en una forma común de hacer telenovelas, principalmente en México.
En el cine, es una nueva versión de una película previamente lanzada. Por ejemplo, la película de 2001 Ocean's Eleven es un remake de la película de 1960 Cuadrilla de los once.
Los remakes en Cine
La consideración de tres filmes recientes de Hollywood quizás podría ayudar a considerar las recetas actuales: El aro (The Ring, 2001), la versión dirigida por Gore Verbinski del filme japonés Ringu (1998) de Hideo Nakata; El amanecer de los muertos (Dawn of the Dead, 2004) de Zack Snyder, basada en la cinta de culto homónima de George A. Romero (1978), y King Kong (2005), en la que Peter Jackson rehizo el clásico de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack (1933).
¿Qué es lo que hace artísticamente acertados o no a los remakes? Esa es la segunda pregunta que cabe hacerse aquí, yendo más allá del lugar común cierto del interés comercial en historias cuyo éxito ha sido comprobado. Para tratar de responderla en relación con estos tres filmes, que se mencionan todos en género de terror, podría empezar del antecedente de que la posibilidad de alcanzar un buen resultado se basa en el desarrollo de las potencialidades no especificadas del original y en las inquietudes que los realizadores puedan expresar en su versión, sin traicionar el filme anterior. Las tres cintas en cuestión hacen manifiesto en el título, además, que son remakes de otras películas. Ese es el reto artístico que enfrentan los realizadores que no intentan ocultar la obra que le antecede: aceptar que la calidad de la película anterior es la vara con la que los medirán.
El desarrollo de potencialidades no especificadas puede tener un aspecto meramente cuantitativo. Es claro en el King Kong de Peter Jackson. Si en el original se topan con un estegosaurio, en la cinta de 2005 es una manada de brontosaurios, y si el primer Kong peleaba con un tiranosaurio, en el segundo lo hace con tres, y pasándose a Ann Darrow de una mano a otra mientras lucha, por sólo poner dos ejemplos de la más cruda expansión del espectáculo. Pero el uso más extenso de los efectos por computadora actuales no contribuye realmente al desarrollo de Kong, que con la técnica de animación en stop motion de 1933 tiene más expresividad. La cinta de Jackson no cuenta con un trabajo como el de Willis O'Brien en los efectos especiales. Hay más tecnología pero menos arte, en síntesis. Otro elemento compensa en cierto modo esa carencia: el sonido. Lo que transmite el rostro de Kong en el original lo hacen los suspiros en el remake.
En el trabajo con los personajes que se desarrolla más refinadamente el King Kong original en el remake de 2005, y ello es posible principalmente por la actuación de Naomi Watts. Una secuencia marca gráficamente la diferencia con Fay Wray. Cuando tiene a la rubia en sus manos, el primer Kong le quita la ropa. El gesto revelador del gorila del filme de Jackson es darle un golpecito al bastón del clown en el que se convierte Ann Darrow para entretener al gorila. Kong también juega con ella, haciéndola caer al suelo. En ambos filmes la metáfora es la de protección de la mujer bella e indefensa de los bichos peligrosos que acechan en la jungla primitiva. Ella evoca las amenazas reales de la sociedad humana. Pero si en el King Kong de 1932 el pacto con el monstruo masculino más fuerte es a cambio de sexo, en el segundo hay compenetración. La relación entre el personaje de Watts y Kong es más de diversión que de apetito sexual. La seducción es por el humor y el ingenio que incluso el gorila demuestra, y por esa vía es que llega a establecerse un romance apasionado. Como correlato, la segunda Darrow no anda por el barco en ropas traslúcidas ni su arte consiste básicamente en gritar como la primera. No es una screaming blonde sino una actriz, y se embarca en el viaje que la lleva a la isla por ir tras su dramaturgo favorito. Hay en ello también un juego que mide el talento de Naomi Watts con el de Fay Wray.
En “El amanecer de los muertos” el problema del desarrollo del primer filme en el segundo es diferente. Zack Snyder afronta una historia basada en problemas sociales que ya no son percibidos de la misma manera en la época de su película. Los realizadores acertaron al darse cuenta de ello y tratar de seguir más el espíritu que la letra de Romero, a través de un filme en el que los zombies son pretexto para ocuparse de cuestiones que también atañen a la sociedad, pero que son otros asuntos. El giro se percibe contundentemente en lo que ocurre en el centro comercial. El tema del consumismo, que es el núcleo del filme original, fue concentrado en una secuencia de montaje. Pero aparece un problema nuevo: el del personal privado de seguridad. También es diferente la cuestión de los medios de comunicación. Si en el primer filme se hacía mofa de la autoridad de los expertos que son invitados a los programas, en el segundo son tantas las transmisiones que la redundancia banaliza todos los mensajes. "Díganme algo que yo no sepa", grita reveladoramente uno de los personajes. El giro incluye la frase clave de la cinta de Romero, puesta en boca de un policía: "When there's no more room in hell, the dead will walk again". En el remake la dice el mismo actor,
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