Mi Nombre Es Khan

“Mi nombre es Khan” es una película que deja mucho por reflexionar sobre su tema principal. Está basada en un hombre musulmán, que, tras la muerte del hijo de su esposa, emprende un viaje en busca del Presidente de los Estados Unidos de América para decirle: “Mi nombre es Khan y no soy un terrorista”. Esta búsqueda comienza luego del ataque del 11 de septiembre del 2001, a partir del cual comienza una gran islamofobia por todo el país. Se ejecutaron múltiples agresiones hacia las personas inocentes pertenecientes a la religión musulmana.

El filme nos muestra una fuerte lección sobre las diferencias entre los seres humanos, que para Khan, el personaje principal, no hay más que “personas buenas y personas malas”, pero el resto del país no piensa de esa manera. Afectados por el atentado terrorista, la población estadounidense, discriminó brutalmente a ésta religión, incriminándolos como terroristas. Khan, luego de prometerle a su esposa que no regresaría a casa hasta decirle su mensaje al Presidente, deja a un lado todas las diferencias, viendo a todas las personas separadas en esos únicos dos grupos.

No fue hasta que dos estudiantes consiguieron una grabación de Khan tratando de expresar su mensaje al Presidente, que su historia comenzó a esparcirse por los medios de comunicación. Los musulmanes comprendieron que defenderse de los insultos no los hacía terroristas, y los agresores comprendieron que sin importar el lugar de donde vengas, o la religión a la que pertenezcas, tu personalidad es la única que puede hacer la diferencia: ser bueno o ser malo.

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