PUNTO Y APARTE
Enviado por AlexLMonster • 23 de Septiembre de 2013 • 415 Palabras (2 Páginas) • 460 Visitas
imos algo creado por el hombre lo llamamos vandalismo , pero cuando destruimos algo creado por la naturaleza le llamamos progreso”
Hola , que tal muy buena tardes.. soy :_____________________ y yo les voy a hablar sobre el vandalismo como los son los grafitis, muchas veces son mal vistos por los ciudadanos como daño material aunque hay que tener en cuenta que no siempre es mala visto por todos, pues es un arte que tiene que estar en la calle, a cualquier nivel y a la vista de todos. La calle necesita expresarse, mutar, respirar y reinventarse a cada momento y así lo hace, aunque no siempre en la dirección adecuada, si está bien, que pintemos y nos expresemos, pero hay que saber en dónde y cuándo.
La formación de una banda delictiva juvenil suele surgir de manera espontánea, cuando los chicos se reúnen en salones recreativos, discotecas o a la salida del colegio. En general, sus miembros tienen en común el experimentar la misma incomprensión, rechazo o dificultades familiares, escolares o sociales. Todos comparten una gran insatisfacción por el mundo en que viven y por el futuro que la sociedad pretende imponerles, razón que les lleva a preferir estar con el grupo de iguales antes que en casa.
El vandalismo de los jóvenes de hoy está marcado por la crueldad. El volumen de delincuencia permanece estable en las capas sociales más bajas, pero está aumentando de forma considerable entre los jóvenes de la alta sociedad. Preocupante es también que disminuya el promedio de edad de los delincuentes, aumentando la violencia de los delitos y la presencia femenina en los actos delictivos.
Es importante tener en cuenta que el delincuente no se hace en un día. En su curriculum encontraremos una situación familiar conflictiva, la inadaptación escolar, mentiras y falsificación de notas, pequeños robos domésticos o en comercios (el 60 % de los adolescentes ladrones cometieron el primer robo antes de los diez años de edad, y quizá no fue detectado en aquel momento), novillos, fugas de casa, vagabundeo... y así se empieza a vivir al margen de las normas sociales.
La personalidad del joven delincuente es emocionalmente inmadura. Está estructurada sobre una base de satisfacción rápida de los deseos y con muy baja tolerancia a las frustraciones. La sociedad de consumo se encarga de ponerle la miel en la boca, animándole a la apropiación de objetos que tengan valor de símbolo-poder como exponente material de éxito social (motos, coches, etc.).
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