Reflexión Sobre: Kinsey, El Científico Del Sexo.
Enviado por lisoe20 • 7 de Enero de 2014 • 429 Palabras (2 Páginas) • 1.880 Visitas
Reflexión sobre: Kinsey, el científico del sexo.
“Esto es sólo un recordatorio más de lo poco que han cambiado las cosas en nuestra sociedad”…
Vivimos en una era de libertad aparente, de libre pensamiento, de libre expresión y de libertad sexual, pero al ver esta película, en primera, jamás me había puesto a pensar lo que significaría vivir en otra época diferente de la que me toco vivir (agradezco que no fue de esa manera); segunda, tuve una impresión muy grande por la cantidad de mala información y tabús que rondaban a través de un tema tan común e importante hoy en día; sin embargo pienso que con toda la cantidad de información y “libertad” , nuestra sociedad no ha cambiado mucho su postura con respecto a este tema y seguimos sintiendo vergüenza, asco, repudio, etc., en torno a cómo vivimos nuestra sexualidad y sobre todo a entablar conversaciones relacionadas con ella.
El Dr. Alfred Kinsey, tuvo una infancia reprimida por parte de un padre ultraconservador y machista, su amor por las ciencias lo llevó a perseguir su sueño y a convertirse en un entomólogo, pasando de la investigación a un obsesión que iba un poco más allá de la investigación científica, sus estudios del comportamiento sexual humano.
Una frase que repiten mucho las personas entrevistadas es: “¿Soy Normal?” y pensé, ¿qué es lo normal? Si cada individuo es tan diferente y por obvios motivos gusta de cosas diferentes a la hora de tener relaciones sexuales; sin embargo creo que es importante buscar una explicación científica al ¿cómo?, ¿qué? Y¿ por qué? de las relaciones sexuales, así como es válido el estudio de cualquier otra área del conocimiento humano. Kinsey se convirtió en un científico frío que sacrificó su matrimonio y familia por lograr la comprensión del comportamiento sexual humano, dejo a un lado la ética moral llegando a ofender, ignorar, abusar y utilizar a sus objetos de estudio: los hombres y mujeres.
La sociedad de aquella época hizo de kinsey un hombre digno de admiración y al mismo tiempo un hombre que debía ser crucificado únicamente por atreverse a hacer lo que ningún otro fue capaz de hacer, un estudio sobre la sexualidad.
En conclusión la curiosidad, según mi entendimiento, nos lleva a descubrimientos muy grandes y significativos capaces de enriquecer a toda una sociedad pero también, si esta es desmedida, nos genera obsesiones que nos llevan a perder todo sentido de lo que es o no correcto. Desde mi muy particular punto de vista, la curiosidad es el motor de las mentes brillantes.
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