Sistema De Produccion
Enviado por angel1494 • 8 de Abril de 2015 • 2.327 Palabras (10 Páginas) • 153 Visitas
También es un camino hacia una disminución de la creciente brecha entre ricos y pobres y para frenar el avance de los graves problemas medioambientales existentes. Y para ello son determinantes tanto la participación ciudadana y el acceso a la información, cómo el compromiso político para la continuidad y ampliación de los proyectos existentes y la creación de condiciones que favorezcan además, el surgimiento de nuevas experiencias que promuevan la mejora de la calidad de vida entre la población más pobre. Condiciones ya alcanzadas en los paises desarrollados y que se refleja en el planteamiento dado a los huertos urbanos como veremos a continuación.
La agricultura urbana como alternativa para el consumo de productos ecológicos, la educación medioambiental y el ocio
El consumo de productos de buena calidad y la preocupación con la agricultura sostenible está implícita en los programas de agricultura urbana, con vistas a resolver problemas de deficiencia alimentaria en los países subdesarrollados, aunque en los países desarrollados esta preocupación también existe y obviamente está desvinculada de la deficiencia alimentaria.
Esto es así porque, aparte de situaciones específicas como fueron las dos grandes guerras mundiales y otros períodos de hambruna que asolaron Europa en diferentes siglos, estos países han vivido en las últimas décadas un período de suficiencia alimentaria y nutricional que ha hecho que los huertos perdiesen la importancia que tuvieron en períodos de dificultad.
Sin embargo una vez satisfechas las necesidades primarias, aparecen otras que están implícitas en un nuevo discurso que reivindica más calidad de vida en las ciudades, la sostenibilidad medioambiental y la integración social. Todo esto está relacionado con la inmigración hacia las ciudades y con la densificación de éstas; con nuevas exigencias, como la de estar en contacto con la naturaleza y consumir productos naturales, y también con experiencias como las de los huertos urbanos.
Para que se haya producido esta nueva actitud, la información y la concienciación han sido clave. El interés por alimentos libres de componentes sintéticos y que promueven el equilibrio del ecosistema ha puesto de manifiesto que la agricultura comercial y a gran escala, forma parte de sistemas agrarios que a partir de la "revolución verde" incrementaron de forma descontrolada la energía externa, representada principalmente por los agrotóxicos y fertilizantes, y que esto ha reducido drásticamente la eficiencia de los suelos y la disminución de la calidad de los alimentos. Un informe de la Comisión Europea demuestra que el consumo de productos ecológicos está creciendo a tasas anuales próximas al diez por ciento en los principales países miembros[46].
También ha contribuido a esta nueva postura, la percepción de que el consumo de alimentos ecológicos adquiridos mediante venta directa o circuitos cortos disminuye los gastos de transporte y la contaminación, y refuerza los productos endémicos. Una condición que creemos necesaria para frenar los efectos de la creciente huella socio-ecológica ambiental, resultado de un deterioro del medio natural sin parangón que nos está llevando a una situación insostenible y que solo se resolverá a medida que consigamos aplicar nuevos conceptos de desarrollo[47].
En este sentido son importantes los movimientos urbanos alternativos y contraculturales que reivindican una sociedad más justa y más respetuosa con el medioambiente, como el Movimiento 15 M que se inició en Madrid en la Puerta del Sol el 15 de mayo de 2011. Extendido por la mayoría de las ciudades españolas y contando con el apoyo de organizaciones sociales como las asociaciones de vecinos (AA.VV.), grupos de ecologistas y anti-sistema, como los denominados okupas, estos movimientos promovieron, durante sus acampadas, charlas y talleres, y construyeron colectivamente, en medio de la Puerta del Sol en Madrid y en los jardines de la Plaza Cataluña en Barcelona, huertos urbanos (figuras 5 y 6). Conocidos como "huertos de los indignados", simbolizaron, según sus organizadores, por un lado, la necesidad de que se introduzcan las cuestiones ambientales en el centro de la agenda política; y por otro, representaron la posibilidad de crear nuevas zonas verdes que diversificaran el paisaje urbano y promovieran espacios interclasistas e intergeneracionales de encuentro y participación ciudadana, además de ser una herramienta para promover la educación ambiental[48].
Figuras 5 y 6. Fotos de huertos construidos en las acampadas del Movimiento M 15 de Madrid (a izquierda) y Barcelona (a derecha)
Fuente:<http://www.aavvmadrid.org/index.php/aavv/Galeria-de-fotos/Huerto-de-la-acampada-del-15-M-en-la-Puerta-del-Sol> y foto de Miriam H. Zaar (24-5-2011)
Apuntando en esta dirección, en Europa también aumenta el interés y se amplían las áreas destinadas a los huertos particulares y comunitarios en las ciudades. Principalmente por la preocupación por hábitos saludables y la necesidad de estar en contacto con áreas verdes, donde los índices de CO2 son ínfimos o inexistentes, donde abunda el O2, como en los bosques, jardines y huertos; y que está asociada a dos tipos fundamentales de proyectos. En uno está presente la educación ambiental y el aprendizaje sobre los ciclos productivos en los que participan niños y jóvenes; el otro está relacionado con el ocio y la posibilidad de relacionarse y de asociarse mediante diversas actividades realizadas paralelamente a las prácticas agrícolas, como reuniones sociales, comidas y fiestas. En ambos casos, están implícitos, la producción de alimentos de calidad con bajo coste y el compromiso medioambiental.
Se trata de un nuevo estilo de vida en que la cultura de lo rural tiene un papel importante en la biodiversidad de las ciudades (microclima, calidad del aire, suelos, estética urbana, etc)[49], y promueve el contacto con la naturaleza, el ocio y el desarrollo de las relaciones sociales en una sociedad cada vez más multicultural.
Con este abanico de propósitos existen muchas experiencias interesantes en Europa Occidental, aunque aquí citaremos algunas que consideramos más representativas, sea por su carácter público, por su especificidad o porque abarque áreas más amplias. Una de ellas se está produciendo en Londres, y tiene como objetivo convertir para 2012, un total de 2.012 fincas en huertos urbanos. El proyecto se denomina Capital Growth y está siendo impulsado por Boris Johnson, alcalde de la capital inglesa. Tiene como objetivo transformar espacios urbanos públicos o privados, vacíos o subutilizados en oases of food growing
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