Ultimo Tango En París

Último tango en París

Manipulable y manipulador

En la película nos muestra cómo Marlon (protagonista) manipula de una forma tan fácil –manipulador-. Todo empieza por un juego de miradas. La atracción entre ellos fue demasiado fuerte y solo bastó unas cuantas palabras para que hagan el amor. Muy buenos actores, muy apasionados ellos. El afán de Marlon para dominar la mente de ella. Además, su pasado lo persigue porque él piensa ser el culpable del suicidio de su esposa, por ende, se involucra con la joven de 19 años.

Obviamente, la manipulable es ella, una joven ilusa e inocente que se crea una dependencia física y psicológica. Obedece todo lo que él le dice, se vuelve loca por un señor que le dobla la edad. Al final, intenta escapar pero se le es imposible porque él la persigue. Él se enamoró perdidamente de ella, sin que se dé cuenta. “Si se acabó, volvamos a empezar”.

Aquellos juegos como, la caperucita y el lobo. Un lobo que sacia su sed en cada encuentro sexual. Sus juegos no tuvieron límites y ella tomó una buena decisión, obviamente, para ella. “Era un desconocido, un loco que me perseguía, intentó violarme, por eso le disparé”.

Sadomasoquismo

Este filme se caracterizó por las fuertes escenas de erotismo. Se dice que el morbo vende y así fue porque viajaron de distintos países para ver dicha película. Eso no se ve todos los días, ni en todas las películas. Estas escenas hicieron que la película ascienda y, por ratos, caiga.

De una forma tan rara Marlon desvirga a Jeanne, con mantequilla. Sí, mantequilla. Mientras él disfrutaba del friccionamiento cutáneo, ella lloraba, sufría porque fue contra su voluntad. A su vez, hacía que repita frases sobre el dolor. Es enfermizo pero si la intención del director es impactar al que esta cinta.

Así como en el primer caso, en esta se repite pero de manera inversa, ella a él pero por petición del protagonista. ¿Cuál fue la petición? Fue así, Brando le dice a Jeanne que se corte las uñas de dos dedos y después, él le ordenó que se lo meta por el ano. Ella, muy obediente, lo hace mientras él le hacía preguntas depravadas a Jeanne.

Revolución sexual

El cine erótico no llega a la obscenidad. Pese a sus numerosas escenas de desnudos de Jeanne, no es grotesco sino artístico. Este tipo de cine se creó para disfrutar y conservarlo clandestinamente. A su vez, refleja la revolución sexual donde la desnudez pasó de ser una prohibición a un arte.

La atracción de Jeanne y Marlo fue tan intenso que tuvieron intimidad en el piso, sin colchón. Donde sus almas comenzaron a bailar, al compás del sonido de sus besos y gemido de Jeanne. Así como cuando ellos bailan tango pasado de copas.

El cine erótico dejó de ser tabú en esta sociedad doble moral. No deben sumergirse en pensamiento que quizá su generación aprueba

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