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ADAM SMITH


Enviado por   •  13 de Noviembre de 2012  •  2.189 Palabras (9 Páginas)  •  775 Visitas

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ADAM SMITH

Kirkcaldy, 5 de junio de 1723 (bautismo)

Edimburgo, 17 de julio de 1790

Economista británico

Biografía

Monumento a Adam Smith ante a la catedral de Edimburgo, ciudad donde murió en 1790.

Es considerado el padre de la Economía como ciencia desde la publicación de su obra La riqueza de las naciones en 1776. Es el primero de los llamados economistas clásicos, entre los que también destacan David Ricardo, Thomas Malthus y John Stuart Mill.

Cada individuo está siempre esforzándose para encontrar la inversión más beneficiosa para cualquier capital que tenga [...] Al orientar esa actividad de modo que produzca un valor máximo, él busca sólo su propio beneficio, pero en este caso como en otros una mano invisible lo conduce a promover un objetivo que no entraba en su propósitos [...] Al perseguir su propio interés frecuentemente fomentará el de la sociedad mucho más eficazmente que si de hecho intentase fomentarlo.

Adam Smith, La riqueza de las naciones, Libro IV

Entre sus aportaciones más importantes destacan:

el reconocimiento de la división del trabajo, entendida como especialización de tareas, para la reducción de costes de producción,

la acumulación de capital como fuente para el desarrollo económico, y

la defensa del mercado competitivo como el mecanismo más eficiente de asignación de recursos.

[escribe] Obra

Teoría de los sentimientos morales (1759)

Investigación acerca de la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (1776)

[escribe] Ideología

Adam Smith es uno de los grandes investigadores que más influyen en el pensamiento económico del siglo XIX, y el creador de la escuela clásica en economía. Vive en la Inglaterra de los comienzos de la revolución industrial. Escribe La riqueza de las naciones en 1776, que es un tratado sobre el funcionamiento del sistema capitalista, lo que le valdrá la enemistad de la burguesía.

Su teoría se fundamenta en la división del trabajo, en la especialización productiva y en el libre intercambio comercial. Según Adam Smith, el crecimiento económico depende de la amplitud del mercado. Pero el mercado es el gran desconocido de la economía, ya que depende tanto de la extensión geográfica como del consumo interno, y del desarrollo económico.

Para Adam Smith hay dos clases sociales dentro de la fuerza de trabajo, los trabajadores activos y los excedentes o parados, que mantienen el precio de la fuerza de trabajo en niveles reducidos.

La riqueza, para Adam Smith, depende de la capacidad productiva de la industria que produce bienes. Los servicios no crean riqueza. También desarrolla la teoría del valor, según la cual: el valor es el precio de las cosas, es decir, el precio de las materias primas, más el valor añadido por la fuerza de trabajo en su transformación. El precio de la fuerza de trabajo es un precio justo, ya que responde a las leyes de la oferta y la demanda, y es lo que el obrero necesita para sobrevivir, idea con la que justifica el modelo económico capitalista.

El mercado es el que, con medidas de compensación, pone el precio justo, por medio de una mano invisible que vela por la justicia de los precios del mercado, los cuales siempre tienden a estar lo más bajos posible. Además, según Adam Smith, los costes constantes no varían con la escala.

Adam Smith justificará el reparto de la riqueza entre el proletariado y la burguesía porque estas dos clases sociales son las que crean riqueza. Para Adam Smith, la acumulación de capital se debe a las diferencias de trabajo en condiciones iguales, por eso la burguesía tiene derecho a una mayor parte de la riqueza

El Estado debe intervenir lo menos posible y dejar que las fuerzas de la oferta y la demanda actúen libremente. Adam Smith explica, y justifica, cómo funciona el capitalismo.

Teoría de los sentimientos morales

Artículo principal: Teoría de los sentimientos morales

La Teoría de los sentimientos morales de 1759 empieza por la exploración de todas las conductas humanas, en las cuales el egoísmo no parece desempeñar un papel determinante, como aseguraba Hobbes. Sin embargo sí confiere razón a los postulados de Thomas Hobbes en que la primera tendencia del ser humano es la del amor hacia sí mismo. De ahí que se vea obligado a controlar y dominar su egoísmo, elemento fundamental para que la vida en comunidad no se convierta en una guerra de todos contra todos.

Lo que se expone entonces es el proceso de simpatía (o empatía), a través del cual un sujeto es capaz de ponerse en el lugar de otro, aún cuando no obtenga beneficio de ello. Adam Smith lo explica por la influencia de la necesidad de ser aprobado por los demás. Con esto se busca criticar a la concepción utilitarista, como aparece en Hume. El desarrollo de la obra lleva al descubrimiento del espectador imparcial, la voz interior que dictaría la propiedad o impropiedad de las acciones.

A lo largo de la obra el autor explica el origen y funcionamiento de los sentimientos morales: el resentimiento, la venganza, la virtud, la admiración, la corrupción y la justicia. El resultado es una concepción dinámica e histórica de los sistemas morales, en oposición a visiones más estáticas como las determinadas por las religiones. En términos filosóficos, la naturaleza humana estaría diseñada para avanzar fines o causas finales que no necesariamente son conocidos por los sujetos, que se guían por las causas eficientes.

La mano invisible de Adam Smith

Siglo XXI

El colapso financiero que sufrió Estados Unidos de América, provocado por la Reserva Federal, ha suministrado la oportunidad para que se exhiba una vasta y cosmopolita ignorancia sobre teoría económica.

Con jactancioso esplendor se ha exhibido la peor especie de ignorancia, que es aquélla que no sólo pretende saber lo que no sabe, sino que también pretende ser la sabiduría misma.

Es una ignorancia tan pavorosa que ni aún sabe cuál es el significado de la expresión mano invisible, que Adam Smith empleó; pero inventa un significado. Orgullosa de esa invención, esa ignorancia pretende que Smith predicaba una misteriosa y supra humana fuerza que dirigía el mercado para asignar óptimamente los recursos, y lo dotaba de un fabuloso poder para auto purificarse espontáneamente cuando los gobernantes no sólo lo corrompían sino que persistían en corromperlo.

Por primera vez Smith empleó la expresión mano invisible en su obra Historia de la Astronomía, publicada en el año 1749. En esta obra Smith afirmó que el fuego quema, el agua refresca, los cuerpos pesados descienden y los cuerpos ligeros ascienden por su propia naturaleza; y que la mano invisible de Júpiter

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