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Adam Smith Cap 2


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2014  •  448 Palabras (2 Páginas)  •  404 Visitas

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“Riqueza de las Naciones” Adam Smith

Capítulo 2. Del principio que motiva la división del trabajo.

La división del trabajo, no es en su origen una efecto de una premeditación humana, es una como consecuencia necesaria. La propensión es de negociar, cambiar o permutar una cosa por otra.

Es común entre todos los hombres. El hombre se halla siempre constituido en la necesidad de la ayuda de su semejante. “Dame tu lo que te hace falta y yo té daré lo que te falta a ti “. La mayor parte de sus necesidades son por contrato, por cambio y compra.

Como que la mayor parte de los bueno oficios que de otros recibimos, y de que necesitamos, los obtenemos por contrato o por compra, esta misma disposición permutaría es la causa original de la división del trabajo.

Poder cambiar toda aquella parte de trabajo propio que excede de su consumo por la parte del producto del trabajo ajeno que a él le hace falta, estimula al hombre para aplicarse a una ocupación particular.

No verificándose la aptitud para el cambio y la venta , cada hombre tendría que granjear por si y para si todo lo necesario y útil para su sustento y conveniencia.

Las producciones diferentes de sus talentos mismos vienen como a reunirse, por medio de la disposición permutativa, en un fondo común de donde cada uno puede sacar aquella porción que le haga falta de la producción ajena.

Hernández Lucero Marcela.

Economía Política 1.

Tarea numero 2.

“Riqueza de las Naciones” Adam Smith

Capítulo 3.

Que la división del trabajo tiene sus límites según la extensión del mercado público.

La división del trabajo es motivado por el poder permutativo, lo extensivo de esta división no pueda menos de regularse y ceñirse según lo extenso del mercado público. Cuando este es poco considerable nadie se anima a dedicarse enteramente a un empleo por falta de disposición para permutar el sobrante producto del trabajo propio, por aquella que necesita del trabajo ajeno.

Para franquear un mercado más extenso a todo género de la industria, toda especie de esta principia naturalmente a subdividirse y perfeccionarse.

Las ciudades mercantes tienen al presente un comercio reciproco muy considerable y franqueándose mutuamente sus mercados fomentan admirables progresos en la industria de unos a otros pueblos.

La ventaja de la conducción por agua, hizo que fuera muy natural que los primeros progresos de la industria y del arte se fomenten donde aquella comodidad ofrece al mundo un mercado. Por consiguiente, la extensión de sus ferias o de su mercado ordinario no podrá ser en mucho tiempo más que a proporción de las riquezas y población que aquellos limitados países con lo que su fomento y perfección habrán de ser posteriores a los progresos del vecino.

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