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Analisis del caso Sr gomez quiere vender sus acciones


Enviado por   •  28 de Julio de 2016  •  Tarea  •  2.234 Palabras (9 Páginas)  •  634 Visitas

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Bibliografía:

Van Horne, J. & Wachowicz, J. (2002) Fundamentos de la administración financiera. México: Pearson Educación.

Horne, J. y Wachowicz, J. (2010) Fundamentos de la Administración Financiera 10ma Edición. México. PEarson Educación.

Ross, S., Westerfield, R y Jaffe, J. () Finanzas corporativas 9a. Edición. México. McGraw-Hill Educación.

Título

El señor Gómez quiere vender sus acciones

Introducción

La función de decisión de la administración financiera puede desglosarse en tres áreas importantes: decisiones de inversión, financiamiento y administración de bienes, las cuales analizaremos más adelante. En este proyecto veremos como el sr. Gomez recibió de parte de Telefonos de Mexico S.A. de C.V. (TELMEX), en marzo de 1999 cobro dividendos trimestrales y con desilusión está dudando si seguir con las acciones o venderlas a valor de la acción. Se hará una análisis financiero para revisar cuál será la mejor opción para el sr. Gómez por medio de instrumentos de análisis y estimaciones.

Antecedentes del problema

En el mes de septiembre del 1989, el gobierno mexicano presidido por Carlos Salinas de Gortari anunció la necesidad de reprivatizar a Teléfonos de México, con el objetivo de que se modernizara y creciera; así mismo, dio a conocer las bases para realizar la venta de la empresa. En el mes de agosto de 1990 se publicaron la convocatoria y las bases para la subasta. Poco después, durante el mes de diciembre del mismo año, la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) notificó al Grupo Carso y sus asociados –la Southwestern Bell y France Cable & Ratio-, que habían obtenido la licitación en la subasta de la empresa.

En consecuencia el Sindicato de los Telefonistas de la República Mexicana (STRM), a través de un fideicomiso, obtuvo de Nacional Financiera un crédito para adquirir el 4.4% de las acciones serie “A”, acciones con derecho a voz y voto; y después también compró acciones de la serie “L”, acciones sin derecho a voto.

Posteriormente, por acuerdo entre los trabajadores y conveniencia de los mismos, el sindicato tomó la alternativa de que aquel trabajador que quisiera sus acciones las podía solicitar y se le entregarían, pudiendo disponer de ellas a través de una casa de bolsa. El lote accionario que recibió la mayoría de los trabajadores sindicalizados de esa empresa se integraba de 6000 acciones, formado por la serie “A” y “L” en porcentajes similares.

Identificación de protagonistas

Señor Gómez - hombre de carácter jocoso y simpático pero igualmente respetuoso, con estudios truncados de contador público, con ímpetu de obtener ganancia a través de su ahorro, y trabajador sindicalizado con bastante antigüedad laboral dentro de Telmex, quien al igual que sus compañeros, se vio beneficiado económicamente cuando después se privatizó.

Otros trabajadores sindicalizados de esta empresa, también fueron beneficiados con este privilegio pero en una proporción mucho menor. Jamás habían tenido una cartera de acciones, por lo tanto, la inexperiencia e ignorancia del aspecto financiero ocasionó que no supieran administrar ni aprovechar adecuadamente este beneficio.  

Asesor Financiero - Este asesor fue asignado por la casa de bolsa, quien le dijo que por el simple hecho de tener esa cartera de acciones, ya participaba en el mercado secundario, comentario que no le sono grato al sr. Gómez, ya que él relacionaba el tamaño de la compañía con primario, por lo cual pensaba que lo querían engañar.

Definición del problema

El señor Gómez había recibido de Teléfonos de México, S.A. de C.V. (Telmex), un lote accionario cuyo valor aproximado en ese momento era de 52,727.06 pesos.

En marzo de 1999 cobró sus dividendos trimestrales, por $1,050.00 pesos. Con desilusión afirmaba a sus compañeros que, seguramente si él invirtiera el importe de la venta total de sus acciones en cualquier banco, recibiría más por intereses que por dividendos. Las tasas de interés que pagaban los bancos eran de 14.51% promedio anual y él pensaba que podría recibir $1,938.98 trimestrales; además conservaría su capital. Quería decidirse antes de concluir el mes de marzo entre continuar con su cartera de acciones o venderlas e invertir el importe obtenido en cualquier banco, donde según él recibiría más rendimientos anualmente. En verdad desconocía la problemática que enfrentaba, pues ignoraba el funcionamiento del mercado y confundía dividendos por intereses y no sabía qué eran las ganancias de capital.                                

El Sr. Gómez sentía gran incertidumbre por su inversión porque en realidad ignoraba el ámbito financiero; y creyendo saber y ser un experto decía: “las mejores son, como su nombre lo dice, las acciones preferentes y después la comunes” lo decía como si entendiera que las acciones preferentes fueran las preferidas porque se ganaba mas con ellas que con las comunes. Así mismo, había escuchado sobre los índices accionarios, entre ellos el índice de precios y cotizaciones (IPC) el cual muchas veces lo confundía con el índice nacional de precios al consumidor (INPC).                 

En la casa de bolsa le asignaron un asesor financiero quien también le dijo que él, por el simple hecho de tener esa cartera de acciones, ya participaba en el mercado secundario y no muy convencido argüía: “como que un mercado secundario, si Telmex es la empresa más importante del mercado de las acciones en México, por lo tanto debe ser del mercado mas importante,`el primario`, claro está” decía, “nos quieren engatusar”.

                                        

Alguien, quizás el asesor de la bolsa le dijo sin mayor explicación que el importe de sus acciones en ese momento era aproximadamente de $52,000.00, compárese con el Anexo 1 pero sentía un gran temor de que de un día para otro ya no tuviera nada, pues había escuchado por ahí o visto en películas que algunos individuos habían sido grandemente ricos y por haber invertido en la bolsa, de un día para otro se quedaron pobres y con jocosidad pero asimismo con cierto temor decía: “Bueno pues a ver si mañana no nos salen con que ya no tenemos nada”.                         

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