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Análisis De Impuestos


Enviado por   •  10 de Febrero de 2015  •  1.252 Palabras (6 Páginas)  •  174 Visitas

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Los impuestos son directos o indirectos. Un impuesto directo es el que se exige de las mismas personas que se pretende o se desea que lo paguen. Impuestos indirectos son aquellos que se exigen a una persona con la esperanza y la intención de que esta se indemnizará a expensas de alguna otra: por ejemplo, los impuestos de consumo y los derechos de aduana. Al productor e importador de una mercancía se le exige que pague un impuesto sobre la misma no con la intención de imponerle una contribución especial, sino con la de gravar por su intermedio a los consumidores del artículo, de quienes se supone que recabará él el importe mediante un aumento del precio.

Los impuestos directos recaen sobre el ingreso o sobre el gasto. La mayor parte de los impuestos sobre el gasto son indirectos, pero hay algunos directos, ya que se imponen no al productor o al vendedor de un artículo, sino en forma inmediata al consumidor. Un impuesto sobre las casas, por ejemplo, es un impuesto directo sobre el gasto, si, como es lo corriente, se le impone el que ocupa la casa. Si se recaudara del constructor o del dueño sería un impuesto indirecto. Un impuesto sobre ventanas es un impuesto directo sobre el gasto, y así lo son también los impuestos sobre los caballos, los carruajes y todos los demás que se llaman de amillaramiento.

Las fuentes de ingreso son las rentas, las ganancias y los salarios. Esto incluye toda clase de ingresos, excepto el regalo o el robo. Puede imponerse una contribución sobre cada una de esas tres clases de ingresos o una contribución uniforme sobre todos ellos. Las examinaremos por orden. Un impuesto sobre la renta recae por entero sobre el terrateniente. No hay medio alguno de que pueda traspasar a alguien la carga. No afecta al valor o el precio de los productos de la agricultura, pues éste lo fija el costo de producción en las circunstancias menos favorables, y en esas circunstancias, según hemos demostrado repetidas veces, no se paga renta. El impuesto sobre la renta no tiene, por consiguiente, más efecto que el obvio de tomarle cierta cantidad al terrateniente para transferirla al Estado.

Un impuesto sobre las ganancias, como un impuesto sobre la renta tiene que recaer por entero en el que lo paga, al menos en su actuación inmediata. Puesto que todas las ganancias resultan igualmente afectadas, no puede obtenerse ningún alivio cambiando el empleo del capital. Si se impusiera un gravamen sobre las ganancias de una renta cualquiera de la producción, el impuesto vendría a ser en realidad un aumento en el costo de producción y el valor y el precio del articulo subirían en consecuencia, con lo que resultaría que el impuesto recaería en último término sobre los consumidores de la mercancía y no afectaría a las ganancias. Pero un impuesto general sobre las ganancias, de igual importancia para todos, no afectaría a los precios y recaería, por lo menos al principio, sólo sobre los capitalistas.

Existe, sin embargo, un efecto posterior que, en un país rico y próspero, precisa tenerse en cuenta. Cuando es tan grande el capital acumulado y el aumento anual tan rápido que sólo la emigración del capital o las continuas mejoras en la producción impiden que el país alcance el estado estacionario, cualquier circunstancia que contribuya a hacer bajar el tipo de ganancia no puede dejar de influir sobre esos fenómenos.

Pero si bien la sustracción de una parte de las ganancias crearía en general la tendencia a acelerar las mejoras en la producción, pudiera ser que no resultaran tales mejoras en realidad, o que éstas fueran de tal naturaleza que

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