Análisis Económico en México

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Impacto de las empresas transnacionales en la economía de México.

Las empresas transnacionales se definen como aquellas sociedades que invierten en varios países con la finalidad de maximizar sus beneficios, bajo las normativas y legislación de cada uno de ellos, en busca de abarcar una visión global (Pugel, 2009). Su trascendencia se aborda en la globalización, fenómeno moderno que ha crecido a pasos agigantados y ha “consumido” a muchas naciones; el cual consiste en cómo los países entran cada vez más en una dependencia recíproca a causa de un comercio transnacional con bienes, servicios, fuerzas de trabajo y el movimiento del capital y la tecnología (Safranski, 2004).

México exhibe una gran dependencia económica del extranjero, que ha sabido aprovechar tal situación, y que hoy ocupa una posición estratégica en la economía nacional. Resulta que el país maneja un territorio bastante atractivo para dichas economías y se ve reflejado en la adopción y desarrollo de empresas transnacionales; las cuales se han colocado como una de las principales fuentes de financiamiento y han impulsado un reacomodo en los capitales, permitiendo la acumulación de más de 50 mil 723 millones de dólares en los últimos años (Gutiérrez, 2006). El surgimiento de éstas abre paso a la eliminación de las fronteras y al “libre” comercio entre los países.

El objetivo de incrementar los beneficios, nace como consecuencia de la ampliación y expansión de mercados; en busca de materias primas más baratas y otros factores que generen ventaja a la hora de colocarse en dichos mercados.

Con el presente escrito se pretende dar a conocer el impacto de dichas empresas, que han dominado a la economía mexicana en los recientes años, generando distintas reacciones en la sociedad, que son necesarias identificar para analizar el desarrollo de la misma; construyendo a través de una ardua investigación tanto aspectos positivos como negativos de esta situación.

Antecedentes y desarrollo histórico de las empresas transnacionales en México.

Los procesos de globalización han ido de la mano de épocas y acontecimientos de las distintitas sociedades del mundo; como caso de estudio, se toma a la sociedad mexicana para destacar el nacimiento y desarrollo de lo anterior manifestado.

La Inversión Extranjera Directa (IED) en México, ha sido clave en la situación económica del país; ésta busca la instalación de capitales a largo plazo en países extranjeros, con la finalidad de crear desarrollo económico para sus participantes (Garay, 2012). Un claro ejemplo de los capitales invertidos en el extranjero son aquellas empresas establecidas más allá de su país de origen, las transnacionales.

Históricamente hablando la consolidación de la economía mundial tiene su origen en la industrialización y la modernización de las naciones, promovidas por la Revolución Industrial en el siglo XVIII. Desde el siglo XIX, los capitales que se desarrollan en el país han sido provenientes de empresas de Estados Unidos y Europa, donde se destacó la inversión en el sector minero, petrolero, textil y transporte (Cortés, 2005).

La Revolución de 1910, a pesar de generar acontecimientos importantes para la economía de la nación, mantuvo una época de inversión extranjera directa estable. Cabe destacar que el periodo de gobierno por parte de Lázaro Cárdenas de 1934 a 1940, generó una caída en la variable anteriormente mencionada, puesto que se podría decir que México entró al modelo de la nacionalización, con hechos tan importantes como la expropiación petrolera, obteniendo como resultados un mayor impulso a la industria nacional.

Otro acontecimiento importante fue la segunda guerra mundial, a partir de ésta, la política económica del México se analizó en base a dos modelos económicos: el proteccionismo y el neoliberalismo. El primero consiste, en como su nombre lo dice, proteger la economía del país y a su producción, a través de la aplicación de ciertas medidas que lo escuden frente a la competencia internacional (Jiménez M. , 2010). Sin embargo, el resultado de éste no fue nada favorable, el aislamiento de la economía mexicana ante el comercio internacional y las barreras arancelarias; limitaron y generaron una deficiencia en las exportaciones del país, lo cual trajo consigo una recesión en la economía mexicana.

El 1986, México se unió al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, GATT por sus siglas en inglés, este acuerdo multilateral, firmado en 1947, abarca el tema sobre el comercio internacional y el conjunto de reglas de conducta para las relaciones comerciales (Cortés, 2005). Este suceso, inicia con la culminación de la época del proteccionismo, y da el surgimiento del segundo modelo establecido en la política económica, el neoliberalismo; dejando a un lado la economía cerrada; ésta promueve la competitividad entre particulares para alcanzar a las industrias a nivel internacional. Lo que prometía un despegue en el desarrollo de la economía mexicana.

En la actualidad esta situación se maneja bajo los avances tecnológicos y la globalización, que tienen sus inicios en la época de los 90’s, donde surge el concepto de un mundo globalizado y las empresas transnacionales se encargan de protagonizar dicho movimiento. Haciendo que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, firmado en 1994, fortaleciera dicha importancia y posición de las mismas, ahora México necesitaba responder como participante de dicho acuerdo, así que abrió sus puertas a las empresas trasnacionales para que éstas sirvieran de apoyo a la plataforma de exportación hacia los países vecinos.

Impacto positivo y negativo del desarrollo de las empresas transnacionales.

El estudio de los efectos de las empresas transnacionales conlleva analizar dos perspectivas. Los beneficios que éstas proporcionan al país receptor, no solamente a el ámbito económico, sino al desarrollo en general del mismo. Y por otra parte los perjuicios que originan sus actividades, que en muchas ocasiones tienen mayor peso frente a sus beneficios. Sin embargo, depende de cada uno de los gobiernos, el panorama que se le quiera dar.

Cabe mencionar y resaltar que las empresas transnacionales, tienen, como cualquier otra empresa el objetivo primordial de generar rentabilidad, no obstante, éstas deben adecuarse a los parámetros de visión global al que buscan expandirse.

Una de sus principales funciones, es la realización de actividades económicas en diversos países, así como la elaboración común y aplicación de una estrategia unificada, de cada una de sus corporaciones hacia la empresa matriz, en el ámbito del comercio internacional (Ramírez, 2008). El poder de las mismas radica en su importancia dentro de la economía. El buen funcionamiento de una empresa transnacional recae en su estructuración y organización; si ésta se encarga de cumplir con los objetivos anteriormente planteados atraerá beneficios tales como:

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