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Análisis Financiero Gerencial II

Franklin CabreraDocumentos de Investigación30 de Octubre de 2023

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UNIVERSIDAD MARIANO GÁLVEZ DE GUATEMALA

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA ADMINISTRACIÓN

Maestría en Administración de Negocios

Curso: Análisis Financiero Gerencial II

Ing. Hugo Armando Mérida

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Monografía:

   Riesgo Beta

Emily Cristabel González Orellana

Carné 4290-12-2531

Guatemala, 17 de agosto de 2019

INDICE

INTRODUCCIÓN        1

I. DEFINICIÓN DE BETA        2

II. RIESGO BETA        4

III. RIESGO SISTEMÁTICO        6

IV. RIESGO NO SISTEMÁTICO        8

V. RIESGO EN LOS PORTAFOLIOS DE INVERSIÓN        10

VI. CLASIFICACIÓN DE LOS RIESGOS FINANCIEROS        12

Riesgo de Mercado        12

Riesgo de Liquidez        13

Riesgo Crediticio        14

VII. CONCLUSIÓN        15

VIII. BIBLIOGRAFIA        16

INTRODUCCIÓN

I. DEFINICIÓN DE BETA

El coeficiente beta, es una medida del riesgo sistemático o no diversificable que afecta al conjunto de empresas de un mercado, es por ello, que su estimación es importante a la hora de realizar inversiones, puesto que dicho riesgo, debe ser asumido por los inversionistas. El objetivo es demostrar que el riesgo sistemático del mercado tiene un valor igual a uno, esto a partir de distintas técnicas tales como: cálculo del coeficiente beta a través de una regresión lineal, por medio del análisis de varianzas y covarianzas y por medio de gráficos y cálculo de la pendiente a través del programa Microsoft Excel. Por tanto, se puede decir, que el coeficiente beta, es una medida de la pendiente de una recta característica, que relaciona el rendimiento individual de un activo con el rendimiento del portafolio de mercado (Ehrhardt, 2010).

El coeficiente beta es una medida del riesgo inherente a un valor, tomando como referencia un indicador representativo del mercado; es decir, el coeficiente beta determina la volatilidad de un activo. De esta manera, puede decirse que la beta es directamente proporcional a la variación del mercado; es decir, el valor de un activo se moverá con el mercado en la medida de lo grande o pequeña que sea su beta. Pero, siempre hay activos que tienen un comportamiento extraño, cuya beta sea negativa, esto significa que van a moverse de manera inversamente proporcional al mercado (Van Horne, 2010).

En resumen, cuanto mayor es el valor del coeficiente beta de una acción, mayor será el riesgo sistemático o no diversificable y cuanto menor sea el valor, menor será el riesgo. Beta mide únicamente el riesgo sistemático, es decir aquel riesgo que no es posible eliminar diversificando la cartera en distintos tipos de activos. De igual manera cuando un inversionista tiene el dinero concentrado en pocos negocios no encontrará el beta como una medida representativa del negocio, debido a que el mismo subestimará el riesgo específico. Siendo beta una manera de estimar el riesgo del activo sobre la media de activos, los coeficientes beta se utilizan para diversificar la composición de una cartera de activos, mezclando convenientemente activos con beta distintos.

Cuando se habla de la beta de un activo o proyecto, se está hablando del rendimiento de dicho activo con respecto a un índice de referencia. Por tanto, la beta reflejará el grado de volatilidad de dicho activo, es decir, el grado de riesgo por cada fluctuación que tenga el rendimiento del mercado. O dicho de una manera más coloquial, a mayor beta, mayor será el riesgo que deberá asumir el inversor, por lo que deberá exigir mayor rendimiento. Pero la beta no deja de ser una estimación, dado que dicho rendimiento se calcula de datos obtenidos anteriormente, ya sean rendimientos diarios, mensuales o anuales que haya tenido el activo (Gitman, 2012).

El coeficiente de volatilidad o beta de un activo financiero muestra el rendimiento de un activo en función del riesgo de mercado. Está determinado por el contexto, por lo que no puede eliminar el riesgo, ya que este es inherente a la actividad operacional y financiera de la empresa. Para calcularlo existen varios métodos, aunque el más habitual es el estadístico a través de un modelo de regresión (con períodos que varían entre semanas, meses, años). Si la beta del mercado de estudio es igual a la unidad, en este caso, la rentabilidad del activo financiero se va a comportar igual que el índice de referencia (Marín, 2010).

En resumen, las betas proporcionan información valiosa de una empresa, pero nunca es completa. Por ejemplo, existen compañías que son jóvenes en la cotización de bolsa y que no han generado suficiente información como para tener un histórico de precio que pueda otorgarle un parámetro fiable del al que atenerse. Como se ha informado antes, las betas no reflejan todos los riesgos del mercado que se pueden correr. Esto es, existen otros peligros a los que una compañía ha de enfrentarse sola, como por ejemplo los políticos, riesgos cambiarios, de crédito, etc. Se debe tomar en cuenta también que el cálculo de las betas, al basarse en oscilaciones de precios anteriores, no se puede utilizar para realizar predicciones de precios para un futuro, y no tienen por qué coincidir.

II. RIESGO BETA

El propósito de todo inversionista y administrador de fondos es obtener la máxima rentabilidad al menor riesgo posible, y para ello es importante medir a éste último. Uno de los indicadores más populares de riesgo en el mercado de valores es una medida estadística conocida como beta. Los betas miden la volatilidad de las acciones en relación al mercado, o más bien un índice representativo de éste como es el S&P 500. Por definición, el mercado tiene un beta equivalente a 1, mientras que las acciones de una empresa mostrarán un beta de acuerdo a su desviación del mercado (Milla Gutiérrez, 2011).

Todo inversionista tiene una tolerancia de riesgo, ya que en toda inversión siempre existirá el temor a perder el capital que tanto trabajo ha costado reunir. Si se trata de un inversionista principiante lo más seguro es que la tolerancia de riesgo sea baja y busque colocar el dinero en acciones de baja volatilidad. Mientras que los inversionistas más experimentados buscarán un riesgo más alto para obtener mayores ganancias. Cuando las betas resultan de mucha ayuda, se puede seleccionar las inversiones de acuerdo a la tolerancia de riesgo. Si la tolerancia de riesgo es alta, no tendrá problemas en añadir al portafolio aquellas acciones cuyos betas sean altos (Osorio, 2010).

En resumen, las empresas en general lo que buscan es la comparación de las betas obtenidas frente al mercado. En este caso la beta de las organizaciones deberá estar más alta a la que tenga el mercado en general o el mercado específico al que están evaluando para que pueda ser viable competir. Los betas ayudarán a comparar el nivel de riesgo entre diferentes acciones. Por lo tanto, las empresas coordinan de manera global las ventas, la producción, las finanzas y la investigación y desarrollo de los productos, mientras que la mundialización de las actividades económicas se presenta como un proceso en el que se dan simultáneamente por lo menos dos de las tres dimensiones siguientes: la globalización de la producción, la globalización del producto y la globalización del mercado.

Una de las limitaciones de los betas es que no incorporan toda la información de las empresas. Por ejemplo, una empresa que es relativamente nueva en la cotización en bolsa, no tendrá suficiente información en el precio histórico como para establecer una medida confiable. Otro factor que se debe considerar es que no se los pueden usar como instrumento de predicción de precios futuros, ya que los betas se basan en fluctuaciones de precios pasados, los mismos que no necesariamente se reflejarán en el futuro. Los betas miden el riesgo del mercado, pero no miden los otros riesgos que la empresa enfrenta por sí sola como riesgo político, de crédito, cambiario, etc (Gallardo Cervantes, 2012).

Debido a que los betas tienden a fluctuar constantemente, ésta medida de poco sirve para los inversionistas a largo plazo, por lo que es necesario complementar el análisis con los demás fundamentos de la empresa. El análisis empírico del riesgo beta se basa en los rendimientos mensuales de once sectores económicos que están representados en el mercado bursátil español. La serie de rendimientos disponibles de cada sector comprende el período muestral entre enero y junio. Es interesante analizar con más detalle cómo ha evolucionado el coeficiente beta de los distintos sectores a lo largo del tiempo. Conocer las características de la evolución temporal del riesgo beta implica conocer, al menos en parte, las características del comportamiento temporal de los rendimientos esperados de los activos (Roca, 2011).

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