BANESTO
Enviado por ody10 • 8 de Noviembre de 2013 • Examen • 480 Palabras (2 Páginas) • 241 Visitas
Pasar de brillante ejemplo empresarial a ejemplarizante lección antifraude es un pelotazo. En sentido inverso al que definía a los encumbrados miembros de lo que en los años 80 se denominó "cultura del pelotazo", por supuesto. Mario Conde ha rebajado en estos años su nivel de altivez y sus maneras prepotentes. Hubo un tiempo en el que los estudiantes aspiraban a emular sus proezas empresariales y en el que hasta sus colegas y la prensa, que en petit comité dudaban de la legalidad de sus prácticas, babeaban al hablar con él.
La ingeniería financiera con la que se catapultó a los cielos y posteriormente descendió hasta las puertas del infierno no la debió aprender en los hermanos maristas de Alicante, donde este gallego de Tui (Pontevedra) -nacido en 1948- estudió cuando su padre fue trasladado allí como inspector de aduanas.
El joven Conde prometía. En Deusto se licenció con sobresaliente en derecho y dos años más tarde, en 1973, logró el número uno en las oposiciones a Abogado del Estado con plaza en Toledo. Su ambición profesional y un brillante currículum se conjugan para que al año sea trasladado a Madrid como Jefe de Estudios de la Dirección General de lo Contencioso del Estado, en el Ministerio de Hacienda. Los conocimientos atesorados en esa etapa le serían de gran valor en su meteórica carrera empresarial.
Juan Abelló, heredero de los Laboratorios Abelló, le abrió la puerta, en 1976, a un universo que le permitiría situarse en el firmamento. Su primer golpe de efecto fue la venta del laboratorio familiar a la multinacional Merck Sharp and Dohma por 2.700 millones de pesetas. La importante comisión que se embolsó le sirvió para comenzar a realizar sus propias operaciones -aún en compañía de Abelló-.El grupo Antibióticos S.A, una de las primeras empresas del sector, tanto en España como en Europa,
pasa a sus manos. En tres años, se triplica la facturación del grupo y Conde comienza a alimentar su propia leyenda al venderlo a Montedison, en 1987, por cerca de 60.000 millones de pesetas. La operación privada más espectacular realizada hasta entonces llevaba su rúbrica.
Con los dividendos obtenidos, en octubre de 1987, entra a saco en Banesto y con un argumento de peso -es uno de los dos accionistas individuales principales- satisface momentáneamente su ambición con un puesto de vicepresidente ejecutivo. A final de año, tras rechazar la oferta de fusión del Banco de Bilbao, sustituye a López de Letona como presidente de la entidad.
El banquero más joven causaba desconfianza entre los presidentes de la banca, que "olvidaban" invitarle a los almuerzos que organizaban regularmente y a los que asustaban sus efectistas resultados. Sus agresivas maneras, sin embargo, conseguían epatar a la opinión pública, incluso deslumbraban a la competencia que observaba atónita como un agujero de alrededor de 100.000 millones de ptas se convierte
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