Breve historia de la organización Política de las sociedades
Enviado por Guillecnd • 26 de Mayo de 2023 • Apuntes • 1.337 Palabras (6 Páginas) • 54 Visitas
Breve historia de la organización Política de las sociedades
El primer autor analizado, Aristóteles, vivió y reflexionó en un contexto particular: la polis o ciudades-estado de la Grecia clásica. Muchas de las ideas que hoy tenemos sobre la política y, en particular, sobre la democracia, tuvieron sus orígenes por esta época. El principio de igualdad entre todos los ciudadanos ante la ley y la posibilidad de que todos los ciudadanos participen de los asuntos públicos entre otros aspectos, fueron una invención de las polis griegas, en especial Atenas. Claro está, estas sociedades eran muy diferentes a las actuales. Por lo general tenían un territorio pequeño y un número no mayor a los 250.000 habitantes. La sociedad además estaba altamente estratificada, es decir, solo una porción mínima de sus habitantes eran considerados ciudadanos. Ante estas condiciones, no resulta difícil de imaginar que las decisiones sobre los asuntos públicos recayeran sobre el conjunto total de ciudadanos, los cuales intervenían directamente en las mismas, a partir de su voto en la asamblea y la adopción de un sistema rotativo y por sorteo de cargos públicos. Esta forma de organizar la toma de decisiones políticas se conoce como democracia ateniense, que es un tipo de democracia directa.
Numerosos trabajos que dan cuenta del desarrollo de la organización política de las sociedades parten del período griego clásico, aunque la organización de los asuntos comunes a una sociedad, como ya hemos visto, está presente desde las primeras sociedades de cazadores y recolectores. En estos casos, sus decisiones eran colectivas y participativas, y no contaban con una autoridad o grupo específico que desempeñara de forma permanente tareas de gobierno. La centralización del poder en un único órgano o persona comienza a darse a medida que las sociedades se transforman en agrarias, producen un excedente material de su producción, y se vuelven sedentarias y con necesidad de controlar un territorio.
Nicolás Maquiavelo escribe en una época completamente diferente a la descripta. Este autor, considerado un representante típico del Renacimiento (siglo XV-XVI d.C.), fue político y diplomático. Su libro “El príncipe” reconoce por primera vez que la moral y la política resultan dos esferas diferenciadas; esto no implica que las acciones políticas de los gobernantes deban estar apartadas de toda consideración moral, sino que el ejercicio del poder implica una moral particular. Su visión de la política se centraba en la búsqueda y conservación del poder para lo cual los gobernantes podían utilizar diversos medios. Por otra parte, el autor denomina -al pasar- a las organizaciones políticas que concentran unitariamente el poder como lo stato, el Estado, aportando así una denominación que se transformará en uno de los conceptos centrales de la política moderna. La inestabilidad que suponían los continuos enfrentamientos en el feudalismo, dieron paso a un proceso de creciente centralización del poder en las manos de los monarcas con una cada vez más sofisticada organización político-administrativa y una mayor unificación territorial, jurídica y económica. Se abre el camino así para el desarrollo del orden económico y social capitalista, a la vez que se perfilan los primeros rasgos de una nueva forma de organización política que Maquiavelo, y nosotros a partir de él, denominamos Estado. Por Estado entendemos a un tipo de ordenamiento político particular sobre la base del cual se estructuran las relaciones sociales. El poder político se caracteriza por ser el poder coactivo en el más estricto sentido de la palabra, y se basa en la posesión de instrumentos para el ejercicio de la fuerza física. Estos instrumentos son el Derecho y las autoridades judiciales, y las fuerzas policiales y militares, en general. Otros elementos que se suelen referir con relación al Estado son: que ejerce su poder, es decir, detenta soberanía sobre un territorio y una población determinada. Considerando que el Estado es una creación moderna, es posible situar los orígenes de este tipo de organización en las monarquías europeas del siglo XV y XVII. En esta época, las monarquías logran controlar e imponer soberanía sobre un territorio relativamente extenso. Para centralizar su poder, disponen el uso de una moneda y una lengua común, sistematizan costumbres y leyes dispersas en un único cuerpo legal, a la vez que crean órganos para ejercer funciones fiscales, administrativas, militares y judiciales. Los monarcas en los orígenes del Estado moderno gobernaban en muchos casos con plenas facultades, y se creía que su poder provenía de Dios, por lo cual, solían ejercer sus funciones de forma arbitraria, cometiéndose muchos abusos contra sus súbditos. Quienes veían más limitados sus poderes eran los burgueses, una nueva clase social, producto de la riqueza que generaba el desarrollo creciente del capitalismo y el comercio, pero que no contaban con reconocimiento de sus derechos políticos como la nobleza, que representaba la aristocracia tradicional.
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