CASO VITAL Nota: El caso Vital fue preparado por el Prof. Horacio Rieznik tomando como base una situación real, con fines puramente didácticos.
Enviado por Alan2314 • 29 de Octubre de 2016 • Informe • 4.907 Palabras (20 Páginas) • 844 Visitas
CASO VITAL
Nota: El caso Vital fue preparado por el Prof. Horacio Rieznik tomando como base una situación real, con fines puramente didácticos.
A principios de 1992, la tradicional cadena de autoservicios VITAL desarrollaba sus actividades en el área de Capital y Gran Buenos Aires. Poseía más de 35 establecimientos en distintos barrios y localidades del área metropolitana. Su fundador, Manuel Rupérez, conducía y controlaba personalmente el negocio hasta en sus detalles. Contaba para ello con una estructura de administración formada por gerentes de su más estrecha confianza, muchos de ellos familiares directos.
VITAL había crecido en forma sostenida desde la fundación del primer local en 1974. Habiendo transformado su almacén original en un autoservicio, Rupérez tuvo el acierto de replicar ese modelo en otros locales de tamaño medio, ubicados en zonas residenciales populosas. Las dimensiones de cada local superaban a Ias de los típicos almacenes barriales, pero no alcanzaban las de un supermercado. Los supermercados, a su vez, no eran para él una competencia dado que ( eran escasos y lejanos. Una clave de su éxito consistió en ofrecer, en las sucursales de VITAL,
mayor variedad de productos y mayor rapidez de atención a un público acostumbrado a la escala y V'
estilo de almacenes barriales.
VITAL progresó hasta desarrollar negocios de tamaño mucho mayor, equiparables a supermercados medianos, impulsado por el auge que estos establecimientos fueron tomando desde mediados de los '80. La estructura de todas las sucursales era muy similar, estando encabezada en cada caso por un Gerente de Local, secundado por Jefes de Área Comercial (compras y ventas), de Administración y Finanzas, y de Operaciones. El Gerente de Local formaba parte del círculo de confianza de Rupérez, y en todos los casos había sido contratado y entrenado por él mismo para la función. El resto de la estructura de conducción y del personal de cada local eran seleccionados por el Gerente de Local, antes del inicio de las operaciones, bajo el monitoreo indirecto de Rupérez, quien de este modo delegaba - no obstante - buena parte de su autoridad de decisión en los Gerentes de Local.
A fin de entrenar a los Gerentes de Local, Rupérez programaba para ellos las que llamaba
« pasantías gerenciales» en 3 ó 4 sucursales de la cadena a lo largo de otros tantos meses, durante las cuales el nuevo Gerente de Local aprendía acerca de la operación de cada una de ellas. Simultáneamente, este nuevo Gerente intervenía en el proyecto de instalación del comercio que comandaría, asumiendo personalmente - en ese contexto - el proceso de selección de Jefes y empleados.
Rupérez presidía VITAL, ejerciendo su función de manera itinerante, con presencia y control directo sobre cada local. Concurría aleatoriamente a las sucursales para « muestrear» la operación, obtener información e impartir instrucciones. Al nivel « corporativo» de VITAL, era secundado sólo por un Administrador General que consolidaba la contabilidad de toda la cadena y lo ayudaba en el control de gestión. No existían otras funciones corporativas, ya que cada local manejaba
autónoma mente sus relaciones comerciales con los distribuidores que los abastecían. Aún habiendo alcanzado una escala importante, la cadena era básicamente un agregado de sucursales individuales que operaban de manera similar al que había sido el primer autoservicio fundado por Rupérez. La conducción de Rupérezse ejercía siempre de « 1 á 1 », no existiendo ningún espacio o instancia de integración entre los locales, más que los vínculos informales establecidos entre los Gerentes de Local a raíz de su proceso de entrenamiento.
Esta forma de crecimiento condujo a que la transferencia del modelo de gestión de un local a otro se diera gracias a la conducción centralizada de Rupérez, y al entrenamiento que recibía cada Gerente de Local que luego reproducía lo aprendido en la sucursal a su cargo.
A principios de los '90, grandes cadenas de supermercados comenzaron progresivamente a instalarse en el país, basadas en modelos de negocios totalmente diferentes al de VITAL. Los
« nuevos supermercados» aumentaron en pocos años en tamaño y cantidad, ocupando cada vez más áreas urbanas antes carentes de este tipo de comercios. Observando la creciente desaparición de los almacenes barriales ante la irresistible atractividad y competitividad de «los nuevos supermercados », Rupérez comprendió en seguida que « el próximo a desaparecer en la lista» era VITAL. Todo indicaba que la estrategia de siempre, limitada a la variedad de productos y a la rapidez de atención ya no alcanzaba para ganar ni retener clientela. Al mismo tiempo, Rupérez ignoraba totalmente cómo transformar a VITAL en una organización competitiva con «los nuevos... », si bien reconocía que el sostenimiento de sus prácticas tradicionales sólo podían llevarlo a la quiebra.
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