Calidad y satisfaccion todo para mis clientes

¡Calidad y satisfacción! todo para mis clientes

¿Calidad y satisfacción? Pues sí. Este texto está dedicado a todos los empresarios emprendedores que con cada producto  o servicio que ofrecen al mercado  buscan la fidelidad de sus clientes. Si bien es cierto son aspectos muy importantes que se debe tomar en cuenta  al dirigir una empresa, no solo nos ayudara con la venta de los productos,  ayudara también en la estabilidad de nuestra empresa.

Gracias a la  gran variedad de empresas que existen  y  también la variedad de sus productos estamos en un círculo de competencia y lo que queremos es el éxito de nuestro producto.  Muchos  están  en proceso de diseñar nuevos productos, y nos ponemos a pensar en cuál sería el producto que traiga más arraigo en el mercado, pero también es necesario saber que el éxito de cada producto implica calidad y satisfacción y eso no lo defines tú ,ni tus trabajadores ,eso te lo hacen saber los consumidores de tu producto, probablemente si logramos dicha satisfacción, estos comentaran de lo favorable  que fue su experiencia al usar nuestros productos, lo que es favorable también para una empresa, pues tendrá más posibilidad de ganancia. Debe ser emocionante ver tus productos en el ranking de los más vendidos.

Como cualquier empresario, todos buscan que sus productos tengan éxito. Nos planteamos estrategias  como ofertas, y muchas veces estas no funcionan, para tener éxito debemos partir del diseño del producto; muchos pensamos que el tener una imagen llamativa del producto pueda captar la atención del cliente y quizá sí, pero no garantiza su fidelidad. Lo que se debe ver, y lo que debe ser más importante en el diseño de un producto, es la calidad lo que antecede a la satisfacción de tus clientes.

Comenzaremos hablando de calidad, ¿Qué implica?, ¿De qué nos sirve?, ¿Esto me ayudara? Si bien es cierto, no todos los productos tienen éxito y esto suele suceder por el mal manejo de productividad y diseño del producto, pues si no se manejan de una manera adecuada, puede traer daños para la empresa como pérdida de venta, capital, reconocimiento, entre otras. Para vender un producto no basta solo con una buena imagen y propaganda comercial adecuada; si buscamos la fidelidad del cliente, lo primero que debes hacer es ver para quiénes va estar dirigido tu nuevo producto, ver las necesidades que tienen tus consumidores ,para así poder diseñar nuevos productos que satisfagan las expectativas deseadas por cada uno de ellos.

 El producto que ofrecerás al mercado tiene que estar elaborado con los mejores materiales e insumos y una delicada higiene, muy aparte de las reglas que tienes que cumplir para diseñar un producto también está la calidad del servicio “Jiang Wang, 2006; defiende que la calidad del servicio es algo que debe controlarse atenta y continuamente, porque la calidad no es sólo una idea: es una forma concreta de hacer las cosas, un objetivo empírico de excelencia de cuya consecución sólo tenemos noticia si la controlamos adecuadamente” (Citado por Dorado, 2006), por ejemplo cuando vamos a una tienda no solo calificamos el producto también la atención; que tan acogedor es el local, la afabilidad de los trabajadores y sobre todo que te brinde seguridad ,todos estos aspectos determinan la visita frecuente de tus clientes y lo que permite el desarrollo del producto o servicio que vienes ofreciendo.

 Ahora el servicio que ofrecen tus trabajadores debe ser de trato amable y comprometerlos realmente con el producto, para esto se necesita que el personal de servicio este motivado y esto se pueda lograr con un sueldo muy bien remunerado, entonces te darás cuenta que el éxito no solo se centra en el producto, sino que gira alrededor de todo lo que implica su diseño y venta.

Si logramos todos los estándares de calidad, estaríamos llegando al nivel de competitividad que requiere el mercado, entonces   podremos hablar de satisfacción, lo que  implica la calidad percibida por nuestros clientes “Philip Kotler, define la satisfacción del cliente como el nivel del estado de ánimo de una persona que resulta de comparar el rendimiento percibido de un producto o servicio con sus expectativas [2]” (citado por Thompson, 2006). Ellos deciden si compran o no  nuestro producto, pero a cambio del producto, sacrifican un poco de dinero que quizá pudo estar destinada para otro producto, es por eso que cuando alguien toma nuestro producto por primera vez, la satisfacción tiene que ser plena, para que tenga el incentivo de seguir consumiendo el producto, si esto sucede probablemente nuestro producto sea recomendado y así llegue a que más personas lo conozcan y puedan adquirirlo con más frecuencia. Ahora, si nuestro producto cumple con las expectativas que requieren nuestros clientes, estos no discutirán el precio, pues estarán dispuestos a pagar por el gran servicio que estas brindando.

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